━━━━━━ ✰ ⌇ ⌗𝐄𝐑𝐎𝐒: sin duda un ser excepcional; ojos tan profundos como el océano que escondían mil secretos y a la vez gritaban tantas verdades; labios deseables, como una manzana madura lista para ser mordida; codiciable, definitivamente una fr...
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Jimin POV.
Cubrí mi boca con la mano para evitar que mi risa se escuchara, delatando así mi escondite. Era la quinta vez que lograba ganar el juego y con suerte, iría por una sexta ahora.
Vi a mi hermana pasar de largo el árbol en el que yo estaba escondido, me felicite en silencio por mi elección, las hojas casi secas del árbol cubrían y se mezclaban a la perfección con mi rojizo cabello.
—Sé que estás por aquí —mi hermana comenzó a reír y yo la imité en silencio, era tan divertido jugar con ellas.
Retrocedí un poco más intentando fundirme con el tronco, el hueco en el que estaba era algo incómodo, pero nada que no pudiera manejar.
—Perséfone —llamó Déspena, sabiendo que odiaba que me llamara así— me rindo, ya sal.
—¡Qué fácil te rindes! —grité saliendo de mi escondite y haciéndola chillar del susto.
—¡Malo! —se quejó ella riendo.
Después de unas horas más jugando volví al Olimpo.
—¿Y mamá? —pregunté mirando alrededor.
—Estoy aquí —dijo una dulce voz dejando una corona de flores sobre mi cabeza—. ¿Pudiste lograr hacer crecer flores hoy?
—Pude —asentí sonriendo.
—Vamos a cenar cariño porque papá...
—Mira a quién tenemos aquí —la casi insultante, altanera y seductora voz de HoSeok, Dios del Inframundo envolvió nuestro alrededor.
Mi madre tomó mi mano y juntó nuestros cuerpos de manera disimulada. De entre las sombras entonces salió el ser más cruel que jamás conocí... Mi tío. Su cabello negro ligeramente despeinado, las llamas de fuego color celeste que lo rodeaban constantemente parecían lamer en nuestra dirección, sus ojos color chocolate relampagueaban con algo muy parecido a la lujuria y sus carnosos labios rojos sonreían de manera coqueta.
—Hades —saludó mamá poniendo mi cuerpo ligeramente detrás del suyo— Zeus no dijo que...
—No es que tú seas importante como para que el dueño y señor del Olimpo te avise sobre mis visitas —respondió HoSeok mirando a mi madre con suficiencia— han pasado siglos desde la última vez que te vi... JiMin —comentó mirándome fijamente— deberías tener cuidado o algún sátiro va a reclamar tu mano pronto, en especial si sigues jugando en los bosques hasta tan tarde.
Mi cuerpo se tensó y clavé la mirada en mis pies descalzos, podía sentir la furiosa mirada de mi madre sobre mí. Estaba demasiado consciente de que mamá me había prohibido ir a jugar con mis hermanas ninfas porque según ella era demasiado peligroso.
