Había caído la noche en Toronto, solía ser hermosa, con las calles llenas de adolescentes soñadores, algunos con parejas, otros con amigos, algunos buscando cualquiera de los dos. No era el caso Louis, siempre buscaba alejarse de la gente, ya no confía en las personas, no después de la dura infancia que tuvo que pasar.
aunque en medio de todo ese vacío podía llamar amigo a una sola persona, y ese era Liam, un Beta de ojos cálidos y abrazos reconfortantes. Se conocieron cuando eran niños, cuándo presenció la primera vez que su padre lastimó a su madre. El se escapo de su casa, al parque mas cercano, y se entretuvo viendo jugar a los niños hasta el anochecer.
Liam siempre sabia como sacarle una sonrisa a Louis, sabia que cosas le gustaban y que no, todos sus gustos en cualquier cosa, el era un amigo de verdad, uno con el cuál contaba siempre que necesitaba una mano, en lo que sea, el estaba y sabia que siempre estaría.
Camino a casa pudo distinguir un auto negro, de espejos polarizados, que lo siguió en todo el trayecto, trato de no darle mucho importancia, pensaba que solo era imaginación de su cabeza, que había tenido un largo día, el frío y el hambre estaban empezando a hacer de las suyas.
Cuando entro a su casa vio a su madre, logro distinguir entre el maquillaje un cardenal rodeando su ojo, la ira se extendió por todo su cuerpo, haciendo que se acercase velozmente hacia ella, abrazando su cabeza, con pequeñas lágrimas amenazando con salir.
- Por que dejas que haga es-esto? -tocaba con manos temblorosas su delicada mejilla - No puedes per-permitirle que haga eso, por mas que lo ames, alguien qu-que dice amarte no hace eso mama...
- No pienses que yo quiero pasar por esto Louis -Levanto la mirada, con lágrimas en su rostro, las cuales limpio rápidamente -No creo que lo entiendas amor, pero amo a tu padre, y todo lo que es, y aunque me haga esto, yo se que me ama.
Louis le corrió el rostro hacía un costado, para observar la mordida de su madre, la cuál había sido reabierta, pero estaba de un color amarillento, como si pudiese mostrar como se sentía a través de esa horrible marca en su cuello.
- No tienes porque soportar esto, se que eres fuerte y puedes alejarte de todo este sufrimiento -La miro con tanta tristeza, con unas inmensas ganas de querer ayudarla, de sacarla de aquel tormento por el cuál pasaba día y noche.
- Lo siento Louis, nunca podría alejarme de tu padre, por mas que quisiera, lo amo y estoy condenada a amarlo por todo lo que me queda de vida...espero que algún día lo entie...
- No mama, nunca lo voy a entender! -La interrumpió con un grito desafinado - Nunca le voy a pertenecer a una bestia, nunca voy a pasar por la toda mierda que tu pasas.- Se dio vuelta y se dirigió a su cuarto, sabiendo que la había lastimado con sus palabras, pero no le importaba, como a ella no le importaba lo que el dijera.
La noche pasaba, fría y cruel, no podía dormir, no podía dejar de pensar, de ver imágenes pasando por su mente, de la mordida de su madre, de la vez que sus hermanos se fueron y como venganza le dieron una paliza a su padre, quien no dudo en defenderse de sus propios hijos con un arma, no logro herirlos en ningún momento debido al estado de ebriedad en el que se encontraba, ganándose varios golpes en su cara y cuerpo.
O la ultima vez que vio a su hermana, sintiendo el ultimo abrazo al enterarse que tendría que irse con aquel horrendo Alfa, siendo sentenciada por su propio padre, quien ni siquiera se despidió, sin dejar que su Omega pudiera despedirse de su propia hija, de su niña, ahogándose con sus propios gritos y llantos, sintiendo como una parte de ella se iba con esa pequeña, rompiéndose en millones de pedazos, sabiendo que nunca se volvería a componer de nuevo.
Se torturaba solo, tratando de no sentirse culpable por haber hecho sentir mal a su madre, peor de lo que ya estaba, echándole la culpa de todo a su padre, a su estúpido padre, quien siempre lo jodió, arruino los momentos buenos de su vida, arrebatando su inocencia y niñez. Siempre supo que no fue bienvenido en su casa, solo su madre, el único ser de luz en aquel lugar, lograba que Louis se sienta acompañado, y que alguien velaba por el.
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Cosa Nostra.
Fiksi PenggemarLouis, un chico sin ambiciones e indefenso, parecido a un Ángel. se cruza con el hijo del mas importante miembro de la mafia Italiana, un Diablo, despiadado, sin alma, lleno de odio y rencor.