Estaban detenidas allí en la entrada del piso de la morena, se miraban a los ojos a esos ojos que una vez le dieron tanto y que ahora los ve tan lejanos. En esos ojos que antes cuando los miraba hallaba en ellos calma y paz mientras que ahora solo veía desolación y destrucción.
Había empezado a llover y los mechones de la morena se habían empezado a pegar a su rostro. Mientras tanto en frente de ella se encontraba una pelirroja que la miraba atenta, deseando poder retirar esos mechones que habían decidido acomodarse en el rostro de la morena, pero ella sabia que si se atrevía a poner una mano en cualquier parte del cuerpo de la morena como mínimo se llevaría una bofetada.
Se sentía decepcionada con ella misma por haberla traicionado, por haberla defraudado, sabia que tenia su confianza en la palma de su mano, de hecho, sabia que la tenia a ella entera en la palma de su mano, la morena se había entregado a ella en cuerpo y alma, y a pesar de la pelirroja saberlo se había aprovechado de la confianza de la morena ya ahora se arrepentía de ello como la que más.
La morena miraba a esa persona y no la reconocía, ya no sabia quien era la que tenía enfrente, le dolía mucho saber que se había desnudado de aquella manera para una persona a la que de verdad no le importaba una mierda lo que le ocurriese a ella y eso ya no solo le dolía, si no que mas bien la ofendía, joder, había sido tan incrédula de pensar que una persona de tal calibre como la que tenía enfrente podía ser misericordiosa con ella de verdad por un momento había pensado que aquella pelirroja podía apiadarse de ella y obviamente había salido trasquilada.
La pelirroja podía ver desde su posición la batalla interna que se estaban librando en los ojos de la morena. La lluvia había empezado a ser cada vez mas fuerte y ella en eso momento sentía como si cada gota que caía sobre ella la despojaba a un mas de su ser.
Se arrepentía, se arrepentía de todo lo que había hecho para llegar a conocerla, todo lo que había mentido para poder acercarse a aquella diosa que tenia enfrente. Se había reído de ella todo lo que había podido mas a sus espaldas con su grupo de amigos sentados en aquella cafetería, solo que con el paso de los días a ella le dolía cada risa que sus amigos se adjudicaban a causa de la morena. Se estaba empezando a enamorar de ella solo que ya era demasiado tarde para retroceder, hacer las cosas de otra manera y conocer a aquella morena de otra manera. Haberla respetado desde el principio, haber caminado con ella en vez de haberla esquivado a cada paso que iban dando, cuando se quiso dar cuenta la morena ya se había alejado de ella.
Le dolió en el alma, les dolió en el alma, a una sentirse traicionada y a la otra haberla traicionado y lo peor de todo es que nunca pensó que que le llegaría a importar.
Unos segundos después la morena alzo la cabeza volviendo a mirar aquellos ojos dorados y le hablo
-vete Alicia- fueron dos palabras concisas y directas a la yugular de aquella pelirroja delante de aquellos ojos negros como el café que en ese momento la miraban echado dagas por los ojos que incrustaban en lo mas profundo de la pelirroja.
-No, no me pienso ir de aquí hasta que no haya hablado contigo- respondió Alicia deseando que la morena se apiadase de lo poco que quedaba de ella.
- ¿Ahora te interesa hablar? ¿A estas alturas quieres hablar? ¿Qué piensas decirme? ¿Qué crees que puedes decirme ahora para que yo cambie de opinión? Alicia, que cojones crees que puedes decirme ahora- contesto la morena y con cada palabra que salía por su boca iba destrozando a la pelirroja lentamente.
- se que no tengo derecho a pedirte nada…
A la pelirroja no le dio tiempo a responder porque enseguida la cortaron
-No, no lo tienes. De hecho no tendrías que estar aquí, no tendrías que haberte dignado ni a llamar al timbre de este apartamento pidiéndome que bajara, Alicia, en este puto momento no tienes derecho ni de pedirme que te mire a los ojos y aun así lo estoy haciendo- a la pelirroja le dolía el alma, pero esta vez de verdad y por mucho que le jodiese a su compañera de conversación, ella no se iba ir de allí sin haberse explicado con ella, aunque a aquella morena no le sirviese de nada, por lo menos ella ya se habría sacado un pequeño peso de encima.
-Natalia, por favor, ignórame si quieres, pero por favor- suplico Alicia y Natalia sabia que nunca lo hacía, aunque a Natalia le estaba dando dolor de cabeza aquella situación, deseaba con ganas saber qué motivos había tenido Alicia para ningunearla de esa manera.
Natalia avanzo hacia un banco cercano y sentó bajo la atenta mirada de la pelirroja
- ¿no querías hablar? Pues adelante- Alicia la miro sorprendida lo había conseguido y no iba a desaprovechar aquella oportunidad
-Lo siento de verdad Natalia, nunca fue mi intención hacerte daño…- Natalia la volvió a interrumpir
-No Alicia eso no es verdad, tu intención siempre fue hacerme daño, solo que ahora decírmelo a la cara después de todo te da vergüenza, vamos a decir las cosas como son o me piro-
Alicia se dio cuenta de que esa conversación iba a costarle mas de lo que creía
-vale- Alicia suspiro con pesadez y comenzó a hablar otra vez- al principio solo me acerque a ti para meterme en tus bragas y reírme un rato con mis amigos que me dijeron que nunca sería capaz de hacerlo, al principio solo buscaba eso, pero conforme iban pasando las semanas y te iba conociendo la idea de meterme solo en tus bragas y desaparecer empezó a ser solo un ligero recuerdo. Te juro de verdad que conforme iban pasando los días solo contaba los minutos que quedaban para quedar contigo, para estar cerca de ti y estar contigo…-
-me parece perfecto Alicia, pero el fin no justifica los medios, y en este caso Alicia los medios fueron horribles, mientras que tú te reías yo me ilusionaba, mientras que tu fardabas de que ''por fin te habías metido en mis bragas´´ yo estaba llorando de la alegría con mis amigas en el bar de la esquina porque por fin habíamos dado ese paso, Alicia, mientras que tú te dabas cuentas de tus putos sentimientos hacia mí, yo me daba cuenta de que eras lo mas rastrero que se había entrometido en mi camino, Alicia, fuiste egoísta conmigo y lo peor de todo es que a costa de mi sufrimiento, tus putos amigos se reían a mi costa-las palabras de la morena dolieron mas que si le hubiese abofeteado la cara con toda la fuerza del mundo, pero a pesar de ello se armo del valor que le quedaba siguió hablando
-no me quiero justificar de mis actos, no quiero que los entiendas y mucho menos espero que me perdones, pero quiero que sepas que nunca, pero nunca fuiste insignificante en mi vida, hasta en los principios no podía perderte aunque fuese solo por la puta apuesta Natalia, pero yo también te he llorado y mas de lo que me creía, llore por tener que contarte lo imbécil que había sido, llore recordando los momentos en los que mis putos amigos se habían reído a tu costa, llore aquel día en el que te enteraste de que todo había sido parte de una apuesta, y llore todavía mas el día que deje de reconocer esos ojos color azabache de los que me había enamorado perdidamente, aunque sabia que había dejado de reconocer esos ojos gracias a mi estupidez- Natalia volvió a hablar solo que esta vez mas irritada de lo que ya estaba
-¡¿Qué te habías enamorado de mi Alicia?! ¿¡eso fue antes o después de meterte en mis bragas?! ¿Tienes las santas narices de decirme que tú también has llorado? ¿¡enserio tu también has llorado!? Tu has llorado por egoísta, yo he llorado por imbécil, por creer que alguien como tu podía por un segundo sentir caridad ante los demás, Alicia, todo lo que tu has llorado te lo mereces por imbécil- a la pelirroja se le habían empezado a aguar los ojos, sabía que Natalia tenía razón y no podía evitarlo
-tienes toda la razón del mundo y no creo que pueda enmendar todo lo que te he hecho, pero de verdad quiero que sepas que el momento que desaparezcas por esas escaleras a mi ya se me habrá caído el mundo en pedazos-
-me da igual Alicia, me das igual Alicia, y no, no puedes enmendar lo que has hecho y ahora lo único que puedes hacer es arrepentirte por haber sido tan egoísta, y ahora si me disculpas me voy a subir a mi habitación a seguir con mi vida y a esperar que lo de que tu mundo se vaya a caer sea verdad porque te juro que en ese momento seré la persona mas feliz del mundo y te aseguro por mi vida que como te vuelva a ver aparecer por aquí o por cualquier lugar de los que suelo frecuentar, me asegurare personalmente de que el dentista y la peluquería te salgan gratis a partir de ahora, buenas noches Alicia y hasta nunca-Natalia se levanto del banco en el que estaban sentadas y se dirigió hacia la puerta sin mirar hacia atrás dejando a Alicia sentada en aquel banco con cara de póker viendo como aquella mujer que tanto había despertado en ella se desvanecía por aquellas escaleras.
Alicia sabia que se lo merecía, todo lo que había soltado aquella mujer por la boca se lo merecía y con razón pero Alicia no estaba preparada para soportar todo aquello y tan de golpe la realidad le dio una hostia y de las buenas y lo peor de todo es que nada iba a cambiar, ya lo sabía, pero aquella mujer se lo había recalcado y se lo había grabado a fuego incluso le había dado un poco de miedo y sabia que lo cumpliría a raja tabla, asique solo le quedaba alejarse de aquel piso e intentar olvidarse de aquella morena que ya sabia de primeras que no iba a ser tarea fácil.
Así que cogió el poco orgullo que le quedaba y el poco amor propio que esa mujer le había dejado y largo de allí con lo único que le quedaba de esa mujer. Los recuerdos.