Alba se quería morir, literalmente.
Había cagado su salida con la modelo de pasarela por un par de recuerdo vagos sobre su madre, tema que la ponía tristísima.
Llegó a su casa, estaba todo en silencio, lo primero que hizo fue tirarse en su cama, a llorar. Era un tema muy delicado para ella, su padre nunca se refería al tema, ni nadie en su casa, por lo que siempre que se acordaba, se ahogaba en una tristeza infinita.
Cuando decidió que era suficiente, se levantó de su cama y se dirigió a la ducha. Las lágrimas se mezclaban con el agua de la ducha y el jabón. Y cuando salió se puso el pijama y se acostó a dormir, no tenía ganas de nada y aunque eran las 9:30 pm, se dejó vencer por el sueño.
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Abrió con sus llaves la puerta de su casa y se encontró a sus padres dormidos en el sillón. Caminó hasta donde estaban las habitaciones, se encontró a su hermano jugando en la PS4 y a su hermanita dormida en su camita.
Puta no alcancé a jugar con ella
Fue a su pieza y se tiró en la cama a analizar lo que había sido la salida con la rubia. La verdad era que le había parecido una chica bastante bonita y había conectado mucho con ella, le había caído muy bien, tenían muchas cosas en común. No quería pensar que se había sentido atraída por ella, pues aunque era abiertamente bisexual, solo se estaban conociendo.
No puedo sentirme atraída por alguien que acabo de conocer po.
Se puso a pensar en qué podría haber hecho que la rubia se pusiera así de fría y triste, rebuscaba entre todas las conversaciones y temas que tocaron, pero no encontró nada lo suficientemente válido como para que ella se ponga de esa manera.
Será sobre algo que no sé, bueno ya llegará el momento en que me lo diga
Pero si nos vamos a ver solo para el Lolla
Bueno no importa, no soy nadie para que me cuente sus problemas.
Y con estos pensamientos en su cabeza, se dirigió a la ducha para después acostarse y dejarse vencer por el sueño.
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-bailandooooo bailandoooo- Cantaba una pequeña albita de 7 años, en la sillita del asiento trasero del auto. Con la música a todo volumen, Rafaela y Miguel iban cantando con una sonrisa tatuada en la cara, junto con su hija.
-Mira papá un perrito- dijo Alba con toda su inocencia. Miguel, que iba manejando, desvió su mirada hacía el perrito que le mostraba su hija, sin darse cuenta que del sentido contrario venía otro auto.
-MIGUEL- Fue lo último que Alba escuchó para después ver todo negro.
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Se despertó agitada, sudorosa y llorando, después de que sus sueños le recordaran lo trágica que había sido la muerte de su madre. Después de esa escena ella se despertó en una sala de hospital, donde los propios doctores se encargaron de informarle que su madre había muerto, ya que su padre no había sido capaz. A una simple niña de 7 años.
El auto que venía del lado contrario golpeó en todo el lado de su madre, por lo que solo habían sobrevivido ella y su padre. Desde ese momento su vida no había vuelto a ser la misma. Su padre nunca se había vuelto a acercar a ella de la misma manera, siempre tenía su pieza con llave y no dejaba entrar a nadie, una de las nanas entraba una vez a la semana a asearla, pero nada más. Ella se volvió una niña autónoma a la fuerza.
Se levanto y se dirigió a su baño. Se miró al espejo, tenía los ojos un poco rojos por haber llorando. Se acercó a su velador, abrió el cajón y sacó la única foto que le quedaba de su madre. Su llanto se intensificó mientras le daba un pequeño beso a esta. Después de 10 años aún no lo superaba, pero siendo sincera ¿Quién supera la muerte de una madre? nadie lo hace tan fácil.
Después del accidente, su padre no solo se encerró en sí mismo, si no que también guardó bajo llave cualquier recuerdo que tuviera de ella. Álbumes, vídeos, etc. Todo guardado, lo único que le quedaba era esa foto, un poco arrugada ya por el paso de los años, donde aparecía su madre junto con la pequeña Alba en sus brazos, las dos con una sonrisa en la cara como si no quisieran que ese pequeño instante de felicidad terminara.
Volvió a guardar la foto en su cajón y se dirigió a la ducha. Necesitaba alguna manera de distraerse. Cuando terminó su rutina de aseo y se maquilló un poco para disimular la cara frente a sus nanas, miró el reloj de su pieza que marcaba las 10 am, y bajó a desayunar.
-Hola, mi niña, ¿cómo estás?- Saludó una de sus nanas, marta, con una sonrisa, mientras Alba bajaba por la escalera.
-Bien, ¿y tú, marta?- pregunto con una sonrisa fingida.
-Bien también, tu desayuno está en la cocina, mi niña- Dicho esto Alba se acercó a la cocina a tomar desayuno.
Después decidió llamar a Julia para distraerse un rato, pues bastante mal la había pasado ya.
-Wena po albita ¿cómo estai?¿cómo te fue ayer?, cuéntame todo- Dijo Julia en cuanto contestó el teléfono.
-Bien me fue bien, estuvimos hablando en el starbucks y después fuimos a un parque que queda allá cerca del mall, pero nada más- No le iba a decir a su amiga sobre su estado de humor, pues aunque era su mejor amiga y le confiaba todo, no tenía ganas de hablarlo.
-ya, pero cuenta más po, ¿se pelaron o no?- Alba río por lo sapa que era su amiga. siempre era así, sin filtros, cosa que siempre le sacaba una sonrisa.
-ay que eri sapa weona. No, no nos pelamos, solo hablamos, pero es simpática la cabra, nos llevamos bien y tenemos caleta de cosas en común, ella igual va al Lolla por la Paloma Mami...- Julia la escuchaba atentamente mientras Alba le contaba lo que habían hablado con Natalia. La verdad era que ella notaba a su amiga rara, lo notaba en su voz, pero no quiso preguntarle nada, pues como eran tan buenas amigas, sabía que en algún otro momento se lo contaría.
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zorronas y enamoradas - albalia (Chilensis)
FanficAlba y Natalia, las dos hijas de grandes empresarios en Chile. De casualidad tienen que ir juntas al Lollapalooza ya que ninguno de sus padres pueden acompañarlas. ¿Serán capaces de cuidarse la una a la otra?