I |Violette|

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Los rayos de sol que entran por mi ventana hacen que me despierte lentamente, una vez que estoy completamente despierta, me estiró y comienzo a arreglarme para comenzar con las labores de la residencia de los Williams.

Ellos se han hecho cargo de mi desde que salí del orfanato, son una familia con dos hijos, una niña llamada Elizabeth de trece años y el niño George de quince años, son señoritos de la casa, ambos son muy traviesos y  me hacen bromas muy a menudo podría decir que no les caigo muy bien.

Me acerco al pequeño tocador de madera, desgastado, destruido, y en el vidrio sucio veo mi rostro

Mi piel ligeramente blanca, mis mejillas teñidas de color rosado, mi cabello que llega abajo de las rodillas ondulado color lila con toques morados y rosas, y por último mis ojos rosas.

Cualquiera diría que mi apariencia es extraña u horrenda, por eso la señora Lauren raras veces me deja salir con ellos, dice que las personas se burlarían de toda la familia por tener a una chica tan rara.

Al punto de que odio mi apariencia, pero aun con este sentimiento trato de seguir viviendo ya sea con esta apariencia o con otra.

Me dirijo al pequeño baño que se encuentra en el cuarto me aseo rápido, salgo una vez que termine, me pongo un vestido negro con un mandil blanco, recojo mi cabello y bajo rápidamente a preparar el almuerzo para los Williams.

Una vez que me encuentro el la cocina, comienzo a preparar el Roast Beef, que se prepara con carne asada ya sea de de puerco, pato, cordero o pavo, y ya que la señora Lauren trata de cuidar su figura y piel lo haré con pavo.

*
*    *

Una vez que termine de preparar las cosas más difíciles, me voy al comedor y comienzo a poner los platos y cubiertos, y justo cuando termino de arreglar la mesa el señor Edgar toma su lugar en esta, su cabello castaño obscuro, ojos color avellana, su bigote perfectamente recortado y con una expresión dulce y amable, en comparación con su esposa e hijos.

—Violette Buenos días hija. — dice con una sonrisa en su rostro.

—Señor Williams Buenos días, en un momento le traigo su té. —dicho esto me dirijo a la cocina.

Tomo una taza para Té y comienzo a prepararlo y una vez que lo tengo listo vuelvo al comedor y lo dejo en la mesa.

—En un momento le traerán el diario de hoy. —El señor Williams asiente con la cabeza y bebe su té y yo le hago una reverencia y me alejo un poco para esperar a la señora y los señoritos.

El silencio apenas dura unos cuantos minutos cuando aparece la señora Williams, diciendo que quiere comprar unos nuevos vestidos, sombrillas, sombreros, zapatos.

La señora Lauren es una mujer blanca de cabello color castaño claro y sus ojos del mismo color, su piel entre blanca y morena extremadamente suave, tiene lo necesario para ser una mujer en la alta sociedad, desprende elegancia por cada poro de su ser.

Pero eso no sirve si estas podrido por dentro, es una señora déspota y narcisista, trata a todo aquel que no tiene un título con la punta de sus tacones carísimos, y Elizabeth y George son igual que su madre que aveces me siento mal por el señor Edgar.

Querido, tu amada esposa necesita salir de compras, necesito unos nuevos zapatos, vestidos, sombreros y sombrillas nuevas, por que lo que tengo ya no sirve. —Dice mientras toma su lugar en la mesa.

¿Que ya no sirve lo que tiene en el armario?, pero si apenas hace dos semanas fue de compras con sus amigas.

Lauren, ya sabes que si querida lo que tu quieras. — Mientras decía llego Adolf el mayordomo de la mansión y este le entrega el diario al Señor Edgar.

—Señor el diario de hoy. —Una vez eso se retira de el comedor.

El señor Adolf trabaja desde hace muchos años en la mansión Williams, no se exactamente cuantos pero cuando llegue yo el ya estaba trabajando aquí, el me trata muy bien, si bien es algo estricto eso no le quita lo amable que es.

Edgar eres el mejor esposo de todo el mundo, entonces esta tarde me voy con Elizabeth. —

Y pasan los minutos y finalmente aparecen los hijos de estos dos señores totalmente opuestos.

Elizabeth, igual que su madre su piel no es ni morena ni blanca, más bien un tono neutro, su cabello liso y castaño obscuro, ojos grandes y avellana.

George, piel blanca, cabello castaño obscuro con chinos, ojos igual de grandes como los de su hermana y de color castaño claro.

Ambos niños parecerán angelitos pero son dos niños malcriados, se la pasan peleando pero cuando es para molestar a otros olvidan sus peleas y se unen.

Muy bien, Violette ya que estamos todos puedes traer el almuerzo. —Dicho eso rápidamente traje los platos, postres y bebidas.

Mientras servia todo, escuchaba su conversación hasta que el señor Edgar mencionó al Ladrón Cisne Negro

¿Cisne negro? Es la primera ves que escucho sobre el, ¿De que va el ese personaje?

Esta vez robo en la casa de uno de nuestros amigos los Pierce, y entrego el dinero en el orfanato donde estabas Violette. — El señor Edgar deja el diario y me observa detenidamente. — Deberías  ir a visitarlos y ver si se encuentran bien.

¡Lo dice enserio Señor Williams!, hace mucho que quiero visitarles pero no se había presentado la oportunidad.

—Pero querido... — Protesta la señora Lauren pero inmediatamente el señor Edgar le pide que comprenda la situación y me dejan ir.

Subo rápidamente a cambiarme la ropa y vuelvo a bajar, para salir por la puerta de servicio, me ofrecieron ir en el carruaje pero prefiero ir a pie, es mejor no quiero quitarle el medio de transporte a la señora y señorita.

Mientras voy caminando por las colinas voy perdida en mis pensamientos, acaso ese ladrón se cree Robin Hood, robando a los ricos para ayudar a los pobres.

Cisne Negro, no se quien seas pero una parte de mi te agradece.

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⏰ Última actualización: Apr 24, 2020 ⏰

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