III

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Veinte minutos después, Alinee llegó a casa. Sonriente, como normalmente lo hace.

- Hey, lovely - saluda con una radiante sonrisa estampada en su rostro. ¿Como puede estar de buen humor casi todos los trescientos sesenta y cinco días del año? Deja su bolso y bolsas de ropa en el sillón de la sala, y se dirige a la cocina para dejar los alimentos que ha comprado. El próximo mes es mi turno de comprar la comida.

- Bueno, aquí tienes a esta belleza ¿Qué querías decirme? - pregunta intrigada.

¿Debía contarle? Por un lado si quería, ya que es mi mejor amiga y me podría dar un consejo. Pero siempre está el otro lado, que me decía que lo ocultara para no preocuparla.

- Oh, se me olvidaba - comienza a decir - ¿Pudiste ayudarme con mi nuevo cliente? Había olvidado preguntártelo ayer, además estabas muy cansada.

- Oh, cierto, también se me olvido, lo siento - me disculpo - Lo empecé ayer, pero luego el maldito de Zum me llamó y no tuve tiempo de terminarlo. Y aquí es donde empieza la otra historia.

- Bueno, que importa, ya me siento mejor de todos modos, gracias - exclama desinteresada - ¿Qué querías decirme? Tu muy pelotuda me dejaste con la intriga desde hace cuatro largos kilómetros.

- Ay, ya relájate - le digo en tono burlón.

- Que me relaje Zac Efron en la cama - bromeó y ambas estallamos en risas. Amo a esta perra.

- Bueno ya, cuéntame.

Carraspeo y le cuento todo lo que ha sucedido. No puedo creer que solo ha sido ayer y hoy, parece que la oferta de Roger fue hace días, pero no, fue ayer.

Cada vez que pronuncio la palabra 'narcotraficante' siento nauseas. Alinee me mira con gestos cada vez más temerosos. Creo que ella tiene más miedo que yo. Genial.

Después analizo y me pongo a pensar en que pasará luego. ¿Él vivirá aquí? Si el desea, puede vivir aquí. O sino, el estado le ofrece un hospedaje durante unos meses. De ahí, él ya tiene que tener el sustento necesario para estabilizarse. Espero que no elija vivir en mi casa. Me sentiría realmente atemorizada e incómoda, al igual que Alinee.

Una vez termino de contarle todo a mi mejor amiga, le hago jurar que no dirá nada a nadie. ¿Saben como lo sé? Lo juro por Bajo la misma estrella y Zac Efron. Ella no me defraudará.

Suspiro en un modo que me tranquilice.

- Wow, Abi - se ve anonadada - Yo nunca hubiera aceptado esa oferta. Jamás.

- Lo sé, fui una idiota. Pero en parte, me van a ascender de puesto y me aumentarán el sueldo.

- Al menos - susurra mirando un punto fijo en la sala.

- Cambiemos de tema - ruego - ¿Que compraste en Walmart?

- Comida, ropa, ropa, ropa y condones - apenas dice mi boca cae al suelo, ella ríe estruendosamente - Mentira, mentira. Más ropa - la fulmino con la mirada, pero luego me empiezo a reír.

Me gustaba estar así, sin nudos ni preocupaciones. Vivir mi vida a mi edad y como realmente soy. La vida solo es una.

Filosofía nivel Blumer. Mi padre era filósofo.

- ¿Compraste algo para mí? - pregunto con la esperanza en mis ojos nivel dios.

- Uh, lo siento.

Mi cara de orto está encendida.

Ella ríe y se acerca a las bolsas con el estampado de las diferentes marcas de ropa. Habían muchas bolsas.

La familia de Alinee tiene mucho dinero. Sus padre era presidente de la ONU y su madre era ingeniera. Ambos ya se retiraron del trabajo por su edad. Su madre se embarazó de Alinee cuando rondaba los cuarenta y cinco años ya que tenía problemas con cuidar a un bebé. Hasta que después de muchos años, llego esa maldita flor de mi mejor amiga. La amo.

- Era una pequeña broma, te traje algunas blusas y cardigans. Espero que te queden.

- No era necesario - miento. Claro que era necesario pero voy a quedar mal si digo otra cosa.

- No jodas y di que te faltaba - manda y yo ruego los ojos.

- Sí Ali, me hacía falta - le digo por orden.

Ella sonríe satisfecha con mi "declaración".

- Bueno, ¿estás lista? - pregunta sonriente.

- ¿Lista para...?

- ¡Cambiar tu foto de perfil! - exclama entusiasmada.

- No quiero cambiar mi foto de perfil, está bien como está - me niego.

- Ay vamos, Abi. Ponte algo de la ropa que acabo de comprar y cámbiate - dice, más bien, ordena.

Resoplo.

Es muy difícil que ella no gane algo que quiere, porque entonces te joderá con lo mismo hasta el punto que aceptes. Prefiero aceptar ahora, ya que igual lo haré luego.

- Bien, bien, voy - digo cansada.

Ella salta y aplaude con sus manos varias veces.

La miro con el ceño fruncido pero divertida.

- Ay, como si tu nunca lo hubieras hecho - se queja.

Yo río - Solo no lo vuelas a hacer.

Rueda los ojos y me ayuda a escoger mi vestuario.

(...)

- Listo, ahora no te muevas y sonríe más - ordena Ali y yo como su sirvienta, lo hago.

- Perfecto, perfecto. Está genial - chilla alegre.

Dejo salir un suspiro que estaba aguantando para salir 'perfecta' en la foto.

- ¿Puedo verla? - pregunto levantándome.

Ella asiente y yo me acerco.

Salí realmente bien, al fin y al cabo no fue mala idea.

- Me encanta, gracias - le dije y envolví nos fundimos en un amistoso abrazo.

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¡Gracias por leer!

Maybe [h.s.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora