Capítulo 38 "Fantasías Sexuales"

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-Os dejo solos...

Baekhyun cierra la puerta de mi despacho con cuidado, como si no quisiera hacer ruido,
lo cual es absurdo, pues son las once de la mañana y hasta las doce no empiezan a llegar los empleados.

Veinte jodidos días de espera en los que la pregunta más frecuente ha sido: ¿cuántas
estupideces es capaz de hacer un hombre por amor?

Baek, que me lo oyó mascullar, tampoco me sacó de dudas, pues como respuesta me dijo:

-Infinitas.

Traducido, que estaba y estoy bien jodido.

Después de tantos días sin ver a Kyungsoo, lo más lógico es ir directo hacia él y devorarlo, sin embargo, me contengo, no quiero darle la impresión de que sólo busco una cosa. Tampoco voy a negarlo, aunque prefiero no ser yo quien lo sugiera.

Lo miro, se ha quedado de pie junto a la puerta, con su maletín de trabajo en la mano, y empieza a caminar hacia mí. Echo hacia atrás el sillón, agarrándome a los
reposabrazos. Estoy tenso, en varias acepciones de la palabra.

-Tengo algo para ti en exclusiva -murmura y abre su maletín.
Me entrega un ejemplar de la revista Secrets, el próximo número para ser exactos.

Baekhyun ocupa la portada. La foto está tomada junto a la puerta que da acceso a la
despensa. A priori nada elegante. Tampoco luce su gorro de chef ni su delantal. Ambos complementos están colgados de manera un tanto descuidada del tirador.

La foto es buena y capta muy bien la imagen de Baek, tímido, reservado, sonriendo con discreción, pero a la vez un profesional. Al pie de la foto puede leerse «Nunca pensé llegar tan lejos».
Demasiada modestia, bajo mi punto de vista, pero él siempre se ha comportado de ese modo. Nada que me sorprenda.

Dejo la revista de forma despreocupada sobre la mesa, entre mis prioridades más
inmediatas no se encuentra leer.

-Quería haber incluido tu artículo...

-El cual ni he empezado a redactar -termino la frase por él-. Ven aquí.

Kyungsoo se me sienta encima y de inmediato busco su boca. Él responde de igual modo, algo contenido, pues no queremos precipitarnos.

Como era de prever, un beso nunca es suficiente y mi mano empieza a colarse por
debajo de su camisa, lo siento estremecerse ante mi tacto. Ahí me detengo.

-¿Qué ocurre? -me pregunta mirándome extrañado.

-Quiero follarte, eso no lo dudes; sin embargo, no me hace gracia que pienses que es lo único que deseo -le aclaro.
Y teniendo en cuenta mis antecedentes, estas palabras han sido toda una declaración. Él se ha dado cuenta.
Recorre mis labios con un dedo, los separa y yo atrapo ese dedo juguetón entre los
dientes.

-Lo sé -musita-, pero llevo muchos días sin verte, ya tendremos tiempo de aburrirnos, ¿no crees?

-De acuerdo -acepto sonriendo.

-Tengo otra sorpresa para ti...
Se levanta y va en busca de su maletín. Saca un pequeño envase y lo mueve delante de mis narices.

-¿Qué es?

-La última vez que estuve en este despacho me hiciste una promesa -dice entregándomelo.

Trago saliva. Es un tubo de lubricante y unos juguetes sexuales. Preguntarle si está seguro es una falta de
consideración. Kyungsoo es un hombre hecho y derecho. Sin embargo...

-No creo que sea el lugar más apropiado -comento con cautela.

-¿Lo dices porque no hemos corrido el pestillo? -bromea.

Guardemos el secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora