Capitulo 1

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Era de noche bajo la luz de la luna llena en una montaña algo empinada se encontraba un enorme montículo de piedras bien alineadas era el Castillo de Almistt, con una apariencia un tanto desolada como todo castillo; pero ahí habitan misteriosas criaturas donde simples humanos no tienen conocimiento alguno. Con pinos a su alrededor y un frío desquiciador se encuentra una joven muchacha cargando un cuchillo de cocina en su mano derecha, que al parecer aún estaba limpio, ella permanecía tranquila, con una mirada penetrante.

A simple vista de cualquier mortal el cuchillo que empuñaba en su mano era normal, pero no es del todo correcto, menos bajo los efectos de la luna y mucho menos si tu no eras del todo un humano ordinario.

Sale a la carretera principal, bajando la colina del castillo y la única más cercana a él. A pesar del frío y del viento ella posee una vestimenta algo inusual para la temporada de invierno con un short señorero de color blanco, unos Converse negros y una playera negra; en la mano que empuñaba el cuchillo poseía una pulsera con un dije algo peculiar, una llave en forma de cerradura antigua del siglo XVIII, pero esta era distinta ya que tenía alas. Y en la otra mano otra pulsera con otros tres dijes diferentes uno en forma de vasija de barro, el segundo un reloj de arena en plata y el tercero un don de oro.

En la carretera principal va pasando un automóvil con una familia de cuatro, pero estos no eran humanos ordinarios.

Con su vista y su olfato anormal le permitía observar sus verdaderas formas y además de un sexto sentido que solo ella tenía el cual le ayudaba para averiguar las verdaderas intenciones de quienes la rodeaban, una bendición pero también una gran maldición. Se cruza freneticamente frente al automóvil ocultando su arma puntiaguda este frena para no causar un accidente del cual no quieren ser partícipes, la señora que manejaba el automóvil sale despavorida del vehículo para observar si no le había causado algún daño a la señorita.

Está le clava el cuchillo como su fuese una simple almohada, como si ese acto fuese algo normal y cotidiano en su vida, la expresión en su rostro no cambia en absoluto y menos el latir de su corazón.

Empiezan a salir los demás miembros de la familia intentando ayudar a su madre, pero fue un acto en vano ya que permanecía tendida en el suelo frío y sucio de la carretera principal. El segundo en hacerle compañía fue el menor y el más pequeño de unos diez años como máximo muriendo con una perforación al lado contrario del corazón humano, el tercero después de una lucha de unos cinco segundos quedó tendido en el suelo donde nunca más será capaz de regresar en pie y la cuarta integrante una joven de unos diecisiete años de edad, saca su reproductor mp3 el cual era un arma oculta y se lo clava en el antebrazo causándole una herida menor, pero no es suficiente y muerte en el acto con el cuchillo clavado en la boca del estómago.

Ella solo se arregla la playera después de la pelea y vuelve su mirada a los tres cuerpos tendidos en el suelo y uno en la tapa del automóvil, desliza su mano para desprender el arma homicida del cuerpo sin remordimiento alguno, es una escena algo tragica y tenebrosa, pero un humano solo podría observar un auto vacío y una joven empuñando un cuchillo ya que los cuerpos no tenían vida, entonces no eran visibles a los ojos ordinarios.

En la mano derecha desprende el dije de barro y reúne unas muestras de sus anteriores contrincantes eran especimenes diferentes para su extraña colección, luego sigue caminando hasta el automóvil y se lo lleva a casa. Al final de todo no tiene dueño "ahora".

Regresa al castillo de inmensas proporciones con unos matorrales enormes, pero hermosos. Posea cuatro torres dos al este y otras dos al oeste, algo descuidadas con el pasar de los años, más aun así seguía siendo espléndidamente hermosas, en la entrada una fuente con forma de lobo en el medio aullándole a la luna mientras salía agua por su boca y alrededor de la fuente unos jeroglíficos de la edad mitológica. En la entrada la famosa escalera con ocho peldaños, dos pilares y una puerta bastante curiosa la cual media unos dos metros y medio, con agarraderas en forma de demonios y un anillo de plata dentro de su nariz para tocar la puerta.

Sube la escalera, camina hacia la entrada y la puerta inmediatamente se abre sola, sigue caminando hasta entrar completamente a la hacienda y las puerta se vuelven a cerrar; enciende las luces de la gran casa y una mesita en forma de trípode esta al costado de la famosa puerta, deja caer las llaves dentro de un cenicero y una pistola de nueve milímetros que llevaba en la parte trasera dentro del short.

Sigue su camino hasta las escaleras y sube hasta la segunda habitación a la derecha, un gran espejo de cuerpo completo se encuentra en la habitación con bordes tallado en madera en forma ovalada, su reflejo era algo sangriento al contrario de lo que se podía observar a simple vista, se retira la chamarra quedando en su sostén limpiándose el rostro con el reverso de la camisa y dejándola caer en un canasto de ropa sigue caminado hasta llegar a la otra puerta de la habitación, era un gran baño, la verdad era una excelente habitación casi un apartamento con un baño bastante espacioso y una gran tina de dos metros; la cual ya estaba preparada con agua caliente espuma y unas flores, a un costado se encontraba otra mesita trípode con un vaso lleno de refresco y una grabadora pequeña. Retira de su cuerpo lo restante de ropa sucia e inmediatamente ingresa a la tina agarrando con su mano izquierda su cabellera para no mojarla, se arrecuesta con una cara de relajación tomándose el refresco el cual se encontraba a un lado ella donde deposito su arma letal de cocina.

Después del dichoso baño se envuelve en una toalla y se aleja hasta llegar a su cama, se cambió de vestuario y se puso un camisón de manga larga de rallas finas oscuras y de un tirón se envolvió en sabanas y a dormir.

Al siguiente día, se levanta, toma unos zapatos del suelo, ve al espejo y mira en el rostro una pequeña mancha de sangre al costado izquierdo del pómulo y se lo retira con las mangas de la chamarra.

Baja las escaleras hasta el comedor el cual en el techo poseía un candelabro de araña baste hermoso y una mesa vieja de unos doscientos años, una mesa familiar de gran longitud con un cupo de veintiséis personas, con sillas que encajaban a la perfección con todo el lugar. La damisela toma asiento y observa unas puertas dobles que permanecían a un costado del comedor. Donde de repente sale un mayordomo con un desayuno para la dama; huevos revueltos, pan tostado con mermelada, un vaso de chocolate con leche, cereal y una fruta fuera de temporada.

-¿Y mis padres se encuentran en casa oh como siempre ya se han ido a trabajar?-

-Tu madre está en el jardín de botánica, y tu padre está fuera de la ciudad hace unos días recuerda.-

-Mmm… si es cierto en estos momentos debe encontrarse en Malacia estudiando como siempre.- Decía mientras le pegaba un mordisco a una manzana verde, tome un sorbo de mi bebida, me encamine donde permanecía mi madre Adelina.

Es un jardín baste hermoso y extenso con diferentes plantas manzanilla, un arbolito de menta de un metro quince, cactus con flores y veneno en sus puntas y tres plantas carnívoras, flores de todo un poco claveles, rosas rojas, amarillas, una blancas con las orillas cafés, azules y negras, margaritas, anís, bueno un sinfín; plantas medicinales y unas que otras no conocidas por los humanos.

-hola amor como estas, ¿llegaste tarde anoche verdad?-

-Sí, es que mi motocicleta se dañó la semana pasada y está en el taller, pero no me la tienen lista hasta dentro de quince días entonces tuve que bajar la colina caminando.-

–Y ese automóvil, ¿de quien es entonces amor?-

–De una familia de Quistresh que se encontraba de paso al pueblo-.

Hubieron unos accidentes la noche anterior y un asesinato que aun no se encuentra culpable y mucho menos por la forma que en murió la mujer, con una marca de mordida redondeada de diez dientes en total al lado izquierdo del omoplato y esa marca usualmente la realizan los Quistresh para alimentarse de sus presas.

-Me asegure que no volvieran a latir sus corazón para el dia de hoy-

-Ha y madre ahora mas tarde te dare unas muestras de lo sucedido anoche para que sigas con tu experimento, ahora me voy.- Mientras su madre le daba un beso gentil corriéndole el flequillo en la frente se marcho dejándola sola  como de costumbre.

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⏰ Última actualización: Mar 23, 2015 ⏰

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El Castillo de AlmisttDonde viven las historias. Descúbrelo ahora