Destinada al Alpha [ Editando ]

CAPÍTULO 2

Alany

Mis abuelos tuvieron un accidente hace tres semanas, estuvieron de viaje en algunos paisajes todo marchaba bien en su viaje, llegó el día de su regreso y toda la familia estaba reunida para cenar juntos, pero a unos cuantos kilómetros del aeropuerto les ocurrió una tragedia dolorosa y sospechosa a la vez, su auto explotó en pleno de trayecto de la carretera. Las investigaciones de los policías daban a un hecho demasiado confuso puesto que en la revisión de las cámaras del aeropuerto no se encontró ningún sospechoso el auto se mantuvo intacto ante aquel estacionamiento.

Mis abuelos no eran el tipo de persona que podrías odiar ellos siempre mostraban lo mejor de sí mismos y eran tan agradables que terminadas teniendo una cena amistosa con ellos, sus amistades eran conocidas así que era algo que no tenía concordancia.

¿Alguien los mataría?  ¿Tendrían algún enemigo no percatado?. Todas esas preguntas invaden en nuestras mentes.

Llegamos al aeropuerto y mis amigos ya estaban ahí, los extrañaría un montón ellos son mis mejores amigo no podía quejarme de ellos.

— Alany — levantó la mano mi amiga Albena, para que me dirigiera a ellos.

Albena es una de mis mejores amigas, ella es de Ucrania pero se ganó una beca completa en una de las universidades prestigiosas de Alemania en la que estudiamos dos años juntas.

Un abrazó grupal se formo entre nosotros y todos nos pudimos sensibles. — Alany, las fiestas tendrán menos sabor sin ti — soltó Lee Young Ki pero le llamábamos KiKi de cariño.

— Desde cuando soy un ingrediente para ponerle sabor — dije y todos reímos.

KiKi se mudó de Corea del sur a Alemania para estudiar cuatro años en la universidad, la primera vez que lo vi me enamoré de él, tenía todo lo que quería en mi tipo ideal. Sus ojos son rasgados, sus labios son rojos y tentadores, tiene sus brazos tonificados sin excederse, la altura es perfecta, tiene el cabello muy bien cuidado, en la parte frontal de su cara su cabello llega hasta  las cejas y sus outfis le sientan muy bien.

Comenzamos a hablar salimos un par de veces y de pronto solo nos hicimos amigos, los dos queríamos algo serio pero al parecer la mala suerte seguía de mi lado. Antes de entrar a la universidad a mis 16 años conocí a un chico llamado James, lo conocí en el Instituto, estudiábamos juntos tuvimos una relación de tres años todo marchaba bien de pronto se comportaba cortante y frío me dijo que debíamos terminar, yo le preguntaba las razones y él solo contestaba no le encuentro una lógica.

Fue ahí cuando me di cuenta que por bien o mal que vayan las cosas las personas siempre se cansan de las otras y necesitan nuevas experiencias. Hay muchas maneras dolorosa de terminar una relación y la mía estaba incluida en ese aspecto.

James era un chico bueno que hacía que cualquier situación difícil que tuviéramos pudiera ser tratada en una conversación comprensible para los dos, era apuesto, el color de sus ojos eran verdes su tez era blanca, tenía el cabello negro siempre manejaba unos cuantos mechones rebeldes que caían sobre su frente.

Luego de terminar nuestra relación no lo volví a ver, nunca conocí a su familia al parecer todos murieron en un accidente y el vivía solo con su tío a quien nunca conocí.

Dicen que a los 23 años encuentras a tu  Seelenverwandter, para iniciar o acomodar tus emociones genuinas.

— Chicos, les agradezco por todo el tiempo que hemos estado compartiendo cosas juntos, nos hemos divertido mucho los aprecio. — hablé soltando el abrazó.

— Gracias a ti por ser una de nuestras mejores amigas, te echaremos de menos pero hablaremos por video llamada siempre que sea posible cuidate mucho en Canadá — apunto de llorar Tom expresó sus palabras. Le abracé y solté mis lágrimas que no eran para nada rebeldes al salir.

— Solo diré vive bien, come saludable y llamame te quiero — dijo mi otra amiga Jeinar, lo sensible según ella no era lo suyo.

Albena, KiKi, Tom y Jeinar eran mis mejores amigos, los echaría de menos pero volvería y nos encontraríamos nuevamente. Nos abrazamos por última vez para despedirme de mi familia.

— Familia los amo, cuidense mucho — dije y los abracé con mucho amor.

— Hija te amamos, llámanos cuando llegues — Mi Padre me volvió a abrazar.

Thayli y Madre ya no sabían que más decirme pues desde ya días están diciéndome lo bien que me irá y el montón de abrazos que nos hemos dado.

Anunciaron mi vuelo y tuve que irme les llamaría a todos eso era seguro al solo llegar a Canadá. Coloco mi mochila en el maletero y dijo a mi lado un bolso en donde traía las cosas más necesarias para el avión, como bocadillos que obviamente no faltaban, el pasaporte, mi teléfono celular, cosméticos y algunos suministros de emergencia.

Mi mente está llena de pensamientos, seguramente el nerviosismo de estar en una ciudad nueva, una universidad diferente y conocer nuevas personas me genera sentimientos emotivos y espontáneos.

Nota de la autora: Seelenverwandter : Alma gemela

Sus comentarios son bienvenidos 📍.
Lindas personitas, gracias por leer este capítulo 💌💌💌💌

Natalie Lee.