31 pt.2| Amenaza.
En silencio pasé dentro, sinceramente no quería hablar con ese señor. Noah pasó detrás de mí, aún seguía agarrado a mi mano. Mi madre me dió una mirada que no supe distinguir entre confusión, enojo, tristeza, sus ojos estaban ligeramente hinchados, me imagino que debió de haber llorado. Kendall, por su parte, estaba seria, tenía agarrada la mano de mi madre y su mirada no demostraba nada.
Todo estaba en silencio.
–Buenas noches.– dije una vez había tenido la fuerza suficiente. Hice más fuerte el agarre a la mano de Noah y empecé a caminar hacia las escaleras, en dirección a mi cuarto.
–Hija...
Me detuve en las escaleras, me di vuelta y lo enfrenté.
El señor que alguna vez fue mi padre estaba parado alado del sillón, su mirada demostraba tristeza, él era tan parecido a mi físicamente, pero tan diferente a mi por dentro.
–Déjame hablar contigo, por favor.– suplicó mirándome a los ojos.
No les mentiré, una parte de mi deseaba correr a sus brazos como cuando tenía seis años y dejar que me acurrucara hasta quedarme dormida, pero otra solo quería que se fuera y no volviera, ya tenía una vida sin él y había estado bastante bien así. Miré a Noah y este estaba callado, su mirada me tranquilizó un poco, tomé aire y regresé mi mirada a ese señor, bajé las pocas escaleras que había subido y me senté en el sillón frente a él. Mi madre, Kendall y Noah salieron juntos al patio en silencio.
El señor se sentó en el sillón y bajó la mirada, estaba nervioso, lo sabía. Sinceramente siento que voy a desmayar en cualquier momento. Alzó la mirada y lo pude ver mejor, los años habían pasado, ahora tenía ligeras arrugas en sus ojos color marrón, unas cuantas canas en su cabello castaño, pero seguía siendo idéntico a como mi yo de seis años lo recordaba.
–Veo que has crecido bien.– dijo con una leve sonrisa.– Tú madre ha hecho un buen trabajo cuidando de ti.
–Si, ella ha sacado bien el trabajo de madre y padre.– respondí amargamente.
–Hija, si pudiera regresar los años, en serio que jamás hubiera elegido las decisiones que tomé, jamás me quise alejar de ti, tú eres todo lo que tenía y lo que más amo en todo el...
Lo paré con la mano. Todas esas palabras solo eran como pequeños vidrios que abrían una herida que me costó años cerrar y superar.
–No soy su hija, dejé de serlo el día en que usted se olvidó de mi para hacer una nueva familia. Yo solo tenía seis años cuando se fue, a los seis años me quedé sin padre, a los seis años soporté preguntas de mis compañeros de clase del por qué no tenía padre, a los doce años soporté burlas de mis amigas de que mi padre me había dejado porque solo era un estorbo para él. Por seis años tenía la esperanza de que me mandaría un mensaje, me llamaría o se apareciera pero no fue así, soy la persona que soy gracias a mi madre y a Kendall, no a usted.– terminé en un hilo de voz, solo quería llorar.
–Karen, perdón, en serio perdóname. Jamás quise alejarte de mi vida, solo quería lo mejor para ti, tu madre y yo estábamos pasando por problemas no quería que salieras perjudica.– dijo el señor en una súplica.– Por favor, déjame arreglar esto, sé que todavía podemos recuperar esto.
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Puntería Perfecta. [BORRADOR]
Novela JuvenilDespertar en un cuarto desconocido, sin el color de las paredes de la habitación, con dolor de cabeza y solo cubierta con las sábanas. Para Karen, sin duda tenía que ser un mal sueño o una mala broma. Al recordar cómo llegó ahí, más aquella pequeña...