La extraña joven del mar..

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- Hola! - Grité fuertemente, nadie me oía.

 Recorría toda la playa, iba con rumbo a cualquier sitio. La noche recubría la poca parte del sol que quedaba; seguí caminando a paso erguido, sin saber a qué lugar ir.

Sólo y abandonado como ya era de costumbre, con padres desinteresados, sin amigos; solía pensar: “Qué estarán haciendo ahora ellos”... Sentí que alguien me estaba observando, quise inspeccionar sin miedo. Cogí mi mochila dónde solamente había una chaqueta de color verde. Fui directo hacia allá, descalzo, con toda la arena que tenía hasta en mi trusa.

Me acerqué sólo un poco más, para ver a una joven vestida en short y polo. Noté algo muy extraño, ¿qué hará ella acá? , no la puedo ver muy bien, ¿Si no es en realidad una mujer? Me hacía causar una leve curiosidad al saber de quien se trataba.

- ¿Hola? - Grité fuerte nuevamente.

- ¡Hola! - una voz angelical se escuchó muy débil.

 - ¿Por qué estás aquí?

 - No lo sé, creo la corriente me arrastró y me encontré acá. No recuerdo nada. - Vi que la joven se acercó hacia mí…

 Mis ojos quedaron muy contemplados al ver la belleza de la mujer. Ojos color verde que se notaban hasta en la oscuridad de aquel día, mirada de princesa, labios rosados y...

 - ¿Algo sucede? - interrumpió al darse cuenta que había quedado como estúpido al verla.

- N..no es nada, a veces me sucede que pongo la cara de estúpido. - Comenzó a reír, como si lo estuviera haciendo una niña de diez.

 - ¿Me comentabas que no sabías en dónde estabas? - Agregué.

- Sí, estoy perdida ¿me ayudas a encontrar mi camino?

- ¡SÍ! , puedo ayudarte, yo también me encuentro perdido.

 - ¿Y tú por qué lo estás?

 - Mm no lo sé, sólo salí de mi casa, fui corriendo a cualquier sitio. Me sentía muy sofocado, triste y sólo. Un tipo me robó, se fue con todas mis pertenencias y me dejó por un lugar antes de la playa. Aunque no me arrepiento, no pensé en encontrarme con una joven tan hermosa como tú. - Se sonrojó.

 - Yo sólo me levanté, ya era noche, todos los días soñaba con este lugar.

 - ¿De dónde vienes? - pregunté dudoso.

 - De aquí.

- ¿Aquí? - Estaba confundido.

 - Bromeo. - rió.

 - Ah. – El pensamiento invadía mi cabeza

Caminamos sin destino, creía que había pasado una hora, pero el sol ya se notaba, era amanecida. Yo no miraba al frente, sólo a ella, a Tatiana. Que fue lo más bonito que llegué a encontrar al salir de mi casa. Aparte de lo muy bella que era, lo daba de notar igual por dentro; con ella vi lo que era no estar solo mucho tiempo, vi una amistad, alguien que te escuche y de sus muestras de cariño con abrazos y sonrisas. Temía que el lugar estuviera cerca, o que ya acabara el camino y vaya directo a su casa.

 - Es momento de irme...-  Sonó muy triste.

 - ¿Por acá es dónde vives? No hay nada, sólo son rocas y termina la... entrada del mar. - Traté de ahuyentar el nudo en la garganta

- Sí, cómo la pasaste, ¿te gustó este pequeño viaje?

- Me encantó, fue algo bonito conocerte y entablar contigo, no quiero que te vayas, creo sin ti me sentiría el adolescente más solo y triste de aquí.

 - Tú nunca estás solo, yo siempre voy a estar contigo acá. - señaló mi corazón. Sacó un collar de su bolsillo que decía "Te quiero", me lo colocó en el cuello y me dio un beso en la mejilla. Yo me quedé petrificado, pero reaccioné y la abracé. Al momento de soltarla, ella se alejaba diciendo:

 - Cada adolescente tiene su etapa en la que se siente muy solo, tu pasas por eso, todos lo experimentamos, pero al escaparse, o hasta intentar suicidarse, no es la única solución de todo. Quizá para alguno sí, pero tú, ni nadie está sólo, tus padres a veces serán distraídos pero ellos te aman y darían todo por su hijo... Aquí me quedo, mira atrás tuyo, ¡allá están tus padres y amigos! Siempre se preocuparon por ti,recuerda que yo también lo estuve, y lo estaré, en tus sueños, en tu alma y en tu corazón.

Su voz cada vez se oía más lejos, al voltear, sucedió lo que comentó, vi a mis padres y algunos amigos que habían venido, los abracé fuerte entre lágrimas arrepintiéndome del daño que les causé. Recordé que Tatiana se encontraba atrás, sin embargo, ya no estaba...

Escuchaba el sonido de las olas todos los meses de ese mismo día, iba a esa playa solo. Me sentaba y me acurrucaba con aquella chaqueta verde con la que la conocí. Yo sentía que conversaba con ella. Todas esas veces en el cielo se dibujaba su bello rostro.

 Pasaron cinco años y yo tenía 20, ya estaba en el tercer ciclo de la universidad. Ya hacía mucho tiempo que no iba esa playa dónde siempre conversaba con Tatiana al subir mi mirada a la luna. Pero lo decidí hacer después de un año que no volvía. Llevé su collar que me regaló cuando la vi, eran como las 12 de la noche y dije enfocándome en el mar:

- Hola Tatiana! , sé que aún te acuerdas de mí, traje tu collar. Es muy especial, casi nunca me lo saco, siempre te recuerdo,  y como lo dijiste alguna vez, nunca iba a estar solo, y tenías razón. Salgo con amigos, tengo enamorada, ¡mis padres y yo somos la familia más feliz! , aparte estás en mis sueños diciéndome cada cosa que me conmueve a seguir viviendo, y eso me causa mucha felicidad, pero quisiera verte y conversar contigo solo una vez más … Sólo quería decirte que te quiero mucho y siempre me acordaré de ti aunque no estés, mi hermosa ángel. - sonreí.

Corté el collar en dos y enterré una parte debajo de la arena. Miré una vez más al cielo, fijándome siempre en el mar y me retiré con esas ganas que tenía de verla cada vez que regresaba a ese sitio. Avancé viendo solamente a la arena con la cabeza abajo y tropecé.

- Aquí estoy... - Esa voz de niña de diez años se escucha a detrás mío.

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⏰ Última actualización: Dec 12, 2014 ⏰

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