39 - PREOCUPACIÓN

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Draco

Despierto mareado. Lo último que recuerdo es ayudar a mi hermana con el libro de las sombras de las Bishop y debo reconocer que, aún siendo compartido, era mil veces más potente que el de las Osborne. Eso me hace preguntarme una cosa. ¿Hasta dónde llegaba el poder de mi madre? Está claro que era enorme. ¿Y mi padre? Tenía acceso a los dos libros, lo que le daba un poder inconmensurable. Eso me preocupa más todavía y me hace entender menos cómo aceptaron entrar en este juego. Si todo sale mal, podrían no volver nunca y eso es algo que jamás me perdonaría.

—¿Qué tal te encuentras?

Me doy la vuelta para encontrarme con la sonrisa de Tom. Eso me anima.

—Bien, creo... ¿Qué ha pasado?

—El poder del libro fue demasiado para vosotros —me responde con tranquilidad —. Pero, aún así, conseguisteis hacerlo vuestro. Menos mal que decidisteis tomarlo los dos a la vez. Tu hermana jamás hubiera podido sola con él.

Escuchar eso me preocupa. Si mi hermana no hubiera sido capaz de hacer el libro suyo sola, ¿le capacita eso para ser reina?

De repente, Tom estalla en una carcajada. Le miro molesto.

—¿Me has leído la mente? —pregunto de mala manera.

—Perdona, pero es que me lo has puesto a huevo —responde divertido —. Y en cuanto a lo que estabas pensando, sí. Eso le capacita de sobras. Después de todo, tu madre tampoco fue capaz de hacer suyo el libro ella sola.

Al escuchar eso, retazos del libro de mi madre vienen a mi mente. Es cierto. En las dos ocasiones en que hizo suyo el libro mi padre tuvo que ayudarle. Es más. En la segunda, incluso minidrogo acudió en su ayuda. Entonces eso...

—No lo entiendo, Tom. ¿En qué lugar me coloca eso a mí?

—No lo tengo muy claro, pero creo que te capacita como guardián de tu hermana.

Abro los ojos como platos, aunque no sé porqué me sorprendo. Toda la vida he estado haciendo de guardián de ella, ayudándole en los exámenes y tapando sus locuras.

—¿Crees que ese es mi destino? —pregunto aún alucinando.

—Eso es lo que parece —contesta encogiéndose de hombros —, pero no te cierres a eso. Me da la impresión de que lo vuestro va más allá.

Suelto un suspiro de alivio. Si él supiera...

Pero no debo adelantar acontecimientos. Todo depende de lo que hagan mis padres. Si ellos fracasan, entonces... Estamos jodidos de verdad.

Un escalofrío recorre todo mi cuerpo ante ese pensamiento y Tom se percata enseguida.

—¿Ocurre algo?

Me doy cuenta de que esa pregunta ha sido provocada por mi reacción y trato de disimular.

—No. Es sólo que... ¿Sabes lo que es cuidar de mi hermana?

Él estalla en un carcajada provocando que me relaje repentinamente. Prefiero que piensen que soy su guardián antes de que averigüen la verdad. Eso es algo que Christen y yo debemos mantener en secreto hasta que llegue el momento.

—Seguro que no es nada fácil —comenta tendiéndome una bandeja —. Ahora come algo. Debes estar con fuerzas para el akelarre.

—¿Akelarre? —inquiero intrigado.

—Sí, el akelarre —responde con naturalidad —, la reunión de brujas en la que os vais a confirmar como seres de luz y tu hermana va a ser coronada.

DC XII:LA REINA DEL MUNDO √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora