Capítulo 239.

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 El loto rojo, se iba temprano en las mañanas y regresaba muy tarde en las noches. Después de casi medio mes, Song Qing no había regresado al Establecimiento Qing Lian. Como era de esperarse, Hong Lian tenía cambios abruptos de humor cada día, pero no se daba cuenta. Cuando se sentía feliz, rebosaba como una brisa de primavera y cuando estaba de mal humor, maldecía a todos. Pero todos en el establecimiento se daban cuenta que cuando se bañaba, se arrancaba la piel y tomaba el té hirviendo llenándose la boca de ampollas.

En ese día, el cielo estaba blanco y Hong Lian salió por la puerta trasera como de costumbre, a simple vista vio a alguien parado al otro lado la de la calle y cuando se fijó con más detalle, lo reconoció inmediatamente, se cubrió la cara y caminó de regreso. Cuando estaba a punto de cerrar la puerta detrás de él, un pie la bloqueó.

Hong Lian habló molesto. "Tío Song, ¿tienes algún asunto? ¡Bloqueando la puerta trasera de un burdel en la mañana! ¿Qué es lo que quieres hacer?"

Song Qing habló con una voz imponente. "Me voy a casar contigo."

Hong Lian estaba sorprendido, levantó los ojos y vio que Song Qing llevaba una ropa distinta, era una bata roja, llevaba una corona ceremonial, sus botas eran blancas como las nubes y tenía una flor grande colgando del pecho.

"¡Pfff!"

Hong Lian no pudo evitar reírse abrazándose el estómago mientras se inclinaba hacia adelante y hacía atrás. Se decía que la gente lucía feliz en este tipo de eventos y ahora que Song Qing se había puesto esas ropas, lucía un poco festivo, el rojo lo hacía ver más alegre de lo que comúnmente lucía. En ese momento, el rojo lo había conmovido un poco y Hong Lian sintió que de hecho estaba un poco feliz.

"¿Por qué te estás riendo?" Song Qing le preguntó con seriedad.

Hong Lian lo miró a detalle, cuidadosamente acicalado y vestido, sus cejas estaban recortadas y se había rasurado la barba, pero aun así pudo ver que sus ojos tenían ojeras y lucía un poco cansado.

"¿Acaso vas a participar en un gran espectáculo? ¿Dónde va a ser?"

Song Qing no habló, agarró a Hong Lian de la mano y comenzó a caminar.

"¡Detente! ¿Qué estás haciendo? ¿Te gusta robar gente buena? Suéltame, ¡voy a gritar!"

Hong Lian había sido capturado por Song Qing, comenzó a enseñar los dientes y a gruñir, golpeando y pateando a Song Qing, pero él lo ignoró y lo subió a su caballo.

"¿No habías dicho que la única manera de llevarte a casa era casándome contigo? Me voy a casar contigo ahora."

"Yo..."

La elocuencia de Hong Lian había desaparecido y se había quedado sin palabras por primera vez, siempre había tratado con gente testaruda pero nunca había visto a alguien tan determinado como Song Qing.

"¡Nada más te estás haciendo ilusiones! ¡No he aceptado!"

"Simplemente estoy ilusionado de casarme contigo." Song Qing lo abrazó estrechamente. "Lian'er, ¿no sientes ningún afecto por mí?"

"¡No!" Hong Lian lo negó.

"¿Entonces por qué me seguiste de la ciudad del norte a la capital? Molestándome todo el tiempo e incluso seduciéndome para acostarte conmigo."

Hong Lian le contestó con enojo. "Eso sólo fue porque era fácil hacerlo contigo y podía obtener dinero fácilmente, era tan injusto, ¡tuve que darte medicina para que te acostaras conmigo!"

"Entonces trátame de esa manera injusta por el resto de mi vida, ¿no es mejor?"

Hong Lian lo miró sorprendido y dijo. "Tú eres un soldado en bancarrota, todo tu dinero me lo he quedado yo, ¡claro que tengo que conseguirme a otros benefactores!"

"Eres un mentiroso, ¿de qué benefactores hablas? Todo ha sido una invención tuya, vas todos los días a las afueras de la ciudad en un carruaje sólo para esconderte de mí."

Song Qing lo abrazó por los costados para agarrar las riendas del caballo. Hong Lian, que había sido expuesto en sus mentiras, no dijo una sola palabra esta vez. ¿Quién había dicho que Song Qing era un estúpido?

"Lian'er, te conozco por eso no puedes mentirme."

Hong Lian sabía que era imposible escapar en ese momento, se sentó en el caballo erguido, tratando de calmarse y escondió el rostro. Estaba muy cansado para mentir ahora, de todos modos, Song Qing no podía hacer mucho y él buscaría alguna oportunidad para escaparse en algún momento.

El caballo se dirigió hacia la Residencia del General despacio, como había una distancia considerable entre el Establecimiento Qing Lian y la residencia, conforme se fueron acercando, el cielo ya brillaba con la luz del sol y había más personas caminando en las calles. Hong Lian, que nunca había sabido lo que era la vergüenza, de pronto se sintió incomodo, los caminantes lo señalaban sonrientes, los latidos de su corazón se aceleraron y su cuerpo comenzó a temblar.

Muchos oficiales y caballeros de la ciudad conocían a Song Qing y, aunque no conocían los detalles, al verlo en esa postura, aunado a los rumores que se habían esparcido, salieron de sus casas y establecimientos a felicitarlo y preguntarle cuando sería el banquete, él les respondió con una sonrisa pero no dio más detalles.

Hong Lian no podía escuchar todo el ruido y las voces, sentía que el sol era demasiado abrazador, estaba mareado, el caballo revotaba mucho, su estómago estaba acalambrado y tenía nauseas.

Agarró la flor que estaba en la frente del caballo antes de que se cayera.

Cuando vio las lámparas rojas en la Residencia del General y las guirnaldas en todos lados, a él que le encantaba la ropa roja, instantáneamente sintió que el brillo del rojo era aturdidor, era como si exudara sangre y el sentía que no podía respirar. Los sirvientes estaban esperando en la entrada de la residencia y comenzaron a golpear los gongs y los tambores, encendiendo petardos.

"Yo... Yo no voy a ir, déjame bajar. "La voz de Hong Lian era queda e inusualmente tranquila.

Cuando Song Qing lo ayudó a desmontar, se dio cuenta que tenía las manos heladas y su rostro estaba pálido, sus pupilas estaban contraídas y miraba a todas las personas con precaución.

Claramente tenía miedo.

"Lian'er."

Song Qing le habló suavemente y Hong Lian se estremeció inconscientemente.

"No voy a ir, déjame ir."

Hong Lian le rogó mientras lloraba y pensó que incluso si se lo tragara el piso se sentiría más seguro.

Silent lover (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora