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1952

Ahí estaba, bajo una mesa con un mantel cubriéndolo mientras se escondía para que ella no lo lastime otra vez. Sabia que había arruinado su reunión con aquel hombre de cuerpo robusto y barriga grande.

- ¿donde estas sabandija?- preguntó las madre, con su cigarrillo en mano. Cada vez que arruinaba sus reuniones con hombres lo castigaba, pero no era su culpa tener hambre y ser un niño.

Ella rodeó la mesa despacio, sabia que lo había encontrado pero tenía la esperanza de que esta vez no lo golpee pero se equivocó.

El Niño lloraba y no dejaba de gritar mientras su madre lo golpeaba. Llego la hora, ya acabo su cigarro. Peter, al percatarse comenzó a temblar y suplicar que no lo haga, esta era la parte más dolorosa pero ella no le hizo caso. La mujer, de cabellera rubia le quitó su pequeño polo y comenzó a apagar el cigarrillo en el pecho y dorso del pobre niño, dejándole cicatriz tanto físicas como emocionales.
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Peter Ridgway, es el hijo o un error que tuvo una prostituta. Ella pudo abortar, si pero cuando descubrió que estaba embarazada ya era algo tarde y también descubrió que algunos hombres se excitaban con mujeres embarazadas. Después de 7 años de vivir del gobierno y la prostitucion decidió deshacerse del mocoso, llevándolo a un orfanato. Deshaciéndose del error y asegurándose no volver a cometerlo. ¿Como? Vendiendo su utero. La prostituta rubia creó un monstruo y la ciudad de New York cobrará por eso.

Peter Ridgway camina por los oscuros callejones de la gran ciudad. Acababa de salir de Rino's bar, su trabajo. Un bar de mala muerte por unas calles que sorprendentemente son solitarias en la gran ciudad que nunca duerme.

Ya habían pasado tres días de que lo habían llamado para confirmarle la muerte de su madre una sucia prostituta de cabello tan rubio como el oro que dependía de el gobierno por tener un hijo pero eso terminó cuando la proxeneta lo abandonó frente a un orfanato a sus ocho años.

En esa oscura calle la vio, recostada de un póster con un traje muy revelador, mientras más se acercaba más detallada la veía. Ropa diminuta, unos altos tacones, una chaqueta grande que la cubría y un gorro que cubría parte de su cabello.

-¿Quieres compañía cariño?- le pregunta ella al percatar su presencia, ella se acerca y el se fija más en sus rasgos detalladamente.

- no, no quiero esa compañía- enmarco Peter. En el trascurso de los años un incontrolable e indescriptible odio había crecido hacia ese tipo de mujeres.

- Me siento solita- se quejo falsamente ella. Esa actitud le causaba nauseas a él por su actuación tan falsa y patética

- me das asco, búscate a otro a quien robarle dinero con sexo falso- se giró, ella se había quitado el gorro y la detalló aun más. Tenía los ojos marrones, el cabello tan rubio como el oro y un labial rojo intenso igual que ella, la mujer que le hizo tanto daño e hizo que le causara tanto asco mirarse a un espejo. Ella fue su detonate, una prostituta igual a su madre, la mujer había creado un monstruo.

Ridgway le sonrió y ella le devolvió la sonrisa pensando que iba a tener un cliente más esa noche pero lo que ella no sabia era que iba hacer última noche viva.
*
Cuatro detectives, las detectives Olivia Prentiss, Jennifer Rollins y los detectives Spencer Rossi y Dominik Amaro. Ellos estaban a cargo del caso de un asesino, se encontraban extraños al darse cuenta de que existía un asesino serial en la ciudad de New York. Se esforzaban en encontrarlo, 13 victimas, mismas técnicas, diferentes lugares, días. ¿su único objetivo? Prostitutas.

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⏰ Última actualización: Apr 26, 2020 ⏰

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