Fue un libro tan aburrido y machista que me quedé dormida en pleno prólogo.
El sonido de miles de notificaciones hizo que despertara de mi pequeña siesta. Al parecer Liam Payne y Louis Tomlinson estaban juntos en algún lugar de Inglaterra, era obvio que las directioners no íbamos a dejarlo pasar, se sentía realmente bien pertenecer al fandom.
Salté en mi cama al ver que sólo faltaban 30 minutos para la hora de la entrevista.
¿Por qué el tiempo nunca estaba de mi lado?
Me cambié lo más rápido que pude y dejé mi cabello suelto, le rogaba a Dios que no se notara que toda la parte trasera estaba enredada. Me llené de perfume frutal, no había tiempo para una ducha y el olor a granada podía cubrirme.
Esa noche ni el tiempo ni la suerte estaban de mi parte, aunque pensándolo bien, jamás tuve la suerte y el tiempo de mi lado. Mientras caminaba, no dejaba de darle vueltas al asunto de ser niñera, dijeron que eran tres pequeños, nada que leche y dibujos animados no pudieran solucionar.
Paré un taxi y le indiqué rápidamente la dirección mientras veía la hora en mi celular, solo siete minutos para llegar, de ninguna manera iba perder esta oportunidad por mi impuntualidad.
Entré en pánico y no supe que hacer más que apurar y dar pequeños golpecitos a la espalda del pobre conductor, quien se limitó a fulminarme con la mirada.
—Llegamos—me dijo extendiendo la mano—, son 20.
—¡¿20?!—dije elevando la voz—. Para eso caminaba.
—Podías hacerlo mocosa, ya págame.
Le dí el dinero y bajé de ese auto de porquería maldiciendo por lo bajo.
Elevé la cabeza y me quedé perpleja ante la vista de una enorme mansión ante mi, toda la fachada estaba adornada por jardines colgantes y la entrada iluminada por luces led, era tan lujoso y elegante que dudé si debía poner un mugriento pie ahí.
Toqué el timbre y fui atendida por un elegante guardia de seguridad.
—Bienvenida a la residencia Campbell—saludó sin despegar la vista del frente—, ¿busca a alguien?
—Vengo por una entrevista de trabajo.
—Oh si, usted debe ser la nueva niñera—mencionó relajando sus facciones.
—Eso espero.
—Le deseo la mejor suerte de todas, para cuidar a esos niños se necesita valor.
¿Tan difícil sería cuidar a tres niños?
—Gracias—murmuré sin entender muy bien.
Me dio paso a un gran jardín. Dios santo. Ni vendiendo todos mis órganos podría comprar una casa así. Caminé por un bonito camino con piedras blancas incrustadas en el piso, había una piscina enorme a la derecha y tres autos lujosos a la izquierda.
Comenzaba a pensar que los señores Campbell eran traficantes, o algo por el estilo.
Di tres toques a la elegante puerta blanca para ser atendida casi al instante por un apuesto y robusto hombre de aproximadamente cuarenta y tantos años, quien me veía con una sonrisa radiante.
—Tu debes ser Anne.
—Así es—asentí tendiéndole la mano para estrecharla—, mucho gusto, señor Campbell.
—El gusto es mío—sonrió—, y déjeme decirle que es un verdadero honor tener a una niñera tan reconocida con nosotros—halagó estrechando mi mano.
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Del Amor a la Fama.
RomanceMe limpié las lágrimas y decidí enfrentarlo. -Soy yo o todo tu show, tú decides. Anne necesitaba urgentemente un nuevo empleo para terminar de pagar sus estudios, pero jamás pensó que cuidar a unos mocosos le llevaría a tener un...