Capítulo 8
- ¡Que zorra más grande! Si no la golpeas tú entonces la voy a golpear yo. – Dijo Nikki mientras se paseaba de un lado a otro.
- Pero entonces, a ver... ¿Puede ser que ella lo haya drogado? – Preguntó Cami.
- Ay no sé – Me tomé la cabeza – En verdad tiene sentido. ¿Por qué habría de mentirme Dante si ya pasaron tantos años? –
- Porque quiere recuperarte, dah! ¿Por qué más?- Nikki se tocó la frente como si encontrara irracional que no se nos hubiera ocurrido antes.
- Pero es que eso sí que no tiene sentido – Camí seguía hablando mientras miraba a un punto fijo – Porque cada vez que he hablado con él durante estos años, nunca entiende por qué lo dejaste. Si se la hubiese follado de verdad, entonces lo habría asumido y hubiese hecho todo para recuperarte porque sabría que se equivocó – Se paró y movía sus manos mientras hablaba – Pero claro, no hizo tanto por encontrarte porque él pensó que lo dejaste por otro motivo. Porque no lo querías o algo así. Y es por eso que no entendía, porque no lo recuerda. Y no lo recuerda porque Daphne lo drogó... que hija de puta – Se quedó quieta en el lugar – Quiero romperle la cara.
- Bueno a ver tranquilicémonos. Primero que todo tenemos que pensar con la cabeza fría. No quiero ni pensar en la posibilidad de que ella lo haya drogado y de que yo me fui y tiré toda mi vida a la basura por eso. – Se me llenaron los ojos de lágrimas (por segunda vez en el día. O tercera, ya había perdido la cuenta)
- Pues más vale que te lo pienses porque parece que por ahí va la cosa – Dijo Nikki y fuimos interrumpidas por el sonido de mi teléfono.
- Es él – Dije luego de mirar su número que ya me sabía de memoria.
- ¿Y por qué tiene tu número? – Preguntó Nikki.
- Ni idea. Debe haber sido porque lo llamé hace un rato. No pensé en eso. –
Decidí contestar.
- ¿Sí?
- Alex por favor, ¡necesito que hablemos! Todavía no hay nada claro y aún no me has dicho lo que viniste a decirme. Por favor, déjame ir donde estás...
Miré a mis amigas.
- Dante basta. – Caminé con el teléfono en la oreja – Para mí ha sido demasiado por hoy y estoy segura que para ti también. Vine por dos meses así que aún tenemos mucho tiempo. –
- ¿No te parece que ya hemos perdido demasiado tiempo? – Preguntó él y mis amigas hicieron puchero.
- Prometo llamarte mañana en la mañana. ¿Puedes contestarme tú? – Le dije incómoda.
- ¿Quién más va a contestarte si me llamas a mí? –
- Uff, ya te contaré esa historia. Debo irme ahora, mañana hablamos – Corté.
- ¡Cuanta intensidad ése chico! Te ama aún – Se dejó caer en el sillón con un cojín entre sus brazos.
- Si es cierto que aún me ama, ya mañana dejará de hacerlo. Ahora por favor vamos a dormir que estoy muerta – Levanté a mis amigas del sofá y nos empujé a todas a la cama. Había sido un día extremadamente largo e intenso.
Al día siguiente nos levantamos y tomamos desayuno en la mesa del balcón para aprovechar esa bella mañana.
- ¿Qué haremos hoy mamá? – Preguntó mi hija.
- No lo hemos decidido aún, ¿Por qué? ¿Qué quieres hacer tú?
- Quiero ir a comer ceviche al mar, ¿Podemos ir por favor? – Suplicó – Y yo pediré el mío con mucho queso.

ESTÁS LEYENDO
Bajo la luna llena
RomancePrólogo Había intentado escribir muchas veces y siempre lo dejaba a medias. Esta vez era distinto pues me sentía lista, estaba lista. ¿Han vivido uno de esos amores que por más que quieras no puedes terminar? ¿Esos amores que no puedes sacar de tu...