Capítulo 7: solo una pesadilla

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Jamás pensé en lo cansada que podía ser la universidad. Te levantabas temprano para ir a clase, descansabas para comer y seguido de esto tenías que estudiar o hacer todas las tareas que te mandaban para esa semana. Y así me encontraba yo, estudiando para el examen que tenía al día siguiente, o por lo menos hasta que me quedé dormida encima del libro. Me desperté de golpe debido a un ruido proveniente de mi habitación, me levanté rápidamente y simplemente alcancé a ver una sombra saliendo por la puerta de mi habitación. Salí corriendo al pasillo para lograr alcanzar al intruso pero cuando llegué a la entrada del edificio no había nadie. Había bajado por las escaleras de emergencia así que podía estar en cualquier lado. Volví corriendo a mi habitación cerrando la puerta tras de mí. Me apoyé tras la puerta, con la cabeza en ella y comencé a controlar mi respiración, estaba muy nerviosa y me temblaban las manos. Alguien se había colado en la habitación. Miré a June dormida profundamente en su cama y corrí hacia ella.

—June, June por favor, June despierta —le dije mientras la movía suavemente.

—¿Qué pasa, me he dormido?—contestó frotándose los ojos e incorporándose en la cama. Yo simplemente empecé a andar por la habitación.

—Alguien ha estado aquí, me he despertado por un golpe y al girarme alguien ha salido corriendo por la puerta. He visto la sombra June —le conté todo lo que había visto.

—¿Que? Alicia cálmate por favor, no puede ser, tiene que haber sido un sueño—contestó ella abrazándome.

—No ha sido un sueño June, yo le vi, estaba estudiando, me dormí y al despertarme lo ví saliendo.

—Alicia cariño no estabas estudiando, tus apuntes no están en el escritorio y tu cama está deshecha. Ha sido simplemente una pesadilla.—dijo acariciándome el pelo.

Me quedé estática mirando mi habitación, es cierto, los apuntes no estaban esparcidos por la mesa como cuando empecé a estudiar, y mi cama estaba deshecha. ¿Lo había soñado de verdad?¿no había sido real?.

—Vamos, métete en la cama ¿vale?, me quedaré contigo hasta que te duermas—me sonrío y después me ayudó a meterme en la cama arropándome con las mantas después.

—Piensa en cosas bonitas, en ese prado tan bonito al que siempre ibas con tu hermana, ¿cómo me contaste que era?, dijiste que en primavera se llena de flores de todos los colores y que el cielo está siempre libre de nubes, el sol brillando en lo alto... piensa en eso Alicia...

Y eso fue lo último que escuché.

10 AM

Tras una noche terrible decidí asistir a clase, lo pensé mucho, de verdad que lo hice. Me faltó poquísimo para quedarme en la cama, pero decidí ser una estudiante responsable y asistí a todas ellas. Levanté mi vista del último ejercicio del examen y comencé a mirar alrededor de la clase. Me quedé mirando fijamente a una persona, Matteo Ricci.

El italiano a decir verdad era guapísimo, moreno, ojos verdes, sonrisa de infarto y bueno, no vamos a hablar del acento... De repente alzó su vista y me vio mirándolo,  él simplemente me sonrío. Dios mío que vergüenza, que alguien me ayude.

La clase terminó unos 20 minutos después y todos nos dispusimos a recoger todo para salir de allí. Me giré para ir hacia la puerta pero una persona estaba parada justo delante de mí.

—Hola Alicia— dijo con una sonrisa.

—Matteo, ¿Qué tal estás? —le devolví la sonrisa.

—Muy bien, de hecho venía a pedirte un favor — contesto con vergüenza. ¿Vergüenza?¿Qué le pasaba?. —Verás, es la tercera vez que curso esta asignatura y como a ti se te da bastante bien y tal el profesor me ha sugerido que te pida ayuda.

Oh.

—Bueno, puedo ayudarte sí, no hay problema —respondí apretando mis libros hacia mí todo lo posible. ¿Cómo le iba a enseñar cosas si no podía dejar de mirarle?. Que dios me ayude.

—Muchas gracias de verdad, no se como agradecerte...— nos quedamos en silencio unos segundos y después con una mano colocó un mechón de mi rebelde pelo detrás de mi oreja—como me recuerdas a ella Alicia...—sonrío tristemente.

—¿Te llevabas mucho con ella? —le pregunté con curiosidad.

—No mucho, pero era preciosa, igual que tu.... —De repente giró su cabeza hacia la puerta, sus amigos le estaban metiendo prisa. El solamente se río y les gritó que le diesen unos segundos.

—Nos vemos pronto, no te olvides de mí —dijo con gracia.

—Nunca lo haría — reí también.

Después de esto le vi salir por la puerta. Le daría clases a Matteo Ricci.



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⏰ Última actualización: Apr 25, 2020 ⏰

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