Llamadas infinitas como el cordel que nos une.
Viejo octubre, frio y ténue,
te conocí de imprevisto,
lo que nos llevó a un sinfín de horas.
Recuerdos de pasados atormentados por el miedo,
los recordamos y nos marchamos lejos de ellos,
para estar más cerca de nuestras almas.
Somos muy parecidos,
llenos de cicatrices idénticas,
llenos de rastros de lagrimas secas.
Viejo octubre, ya te acabaste,
me despido con la cabeza alta,
esperando otro frio invierno.
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Memorias de un niño roto
Short StoryMemorias de un niño roto consta de una gran variedad de relatos, cada uno con diferentes significados, la pura realidad, dolor, amor, amistad... Es decir, todo lo que nos rodea. Adéntrate en este mundo, desde el punto de vista de un niño que con el...