Érase una vez un pájaro,
posado en mi ventana,
cantando sin parar.
Molesto lo hacia parar,
pero él seguía día tras día cantando.
Mientras, sus cantos retumbaban en mi habitación.
Vete pájaro pues no me ayudas.
Después de un tiempo deje de oírlo,
me perdí en el olvido,
ese pájaro me recordaba quien era,
cada canto era una parte de mi,
hasta que dejé de escucharlo.
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Memorias de un niño roto
Storie breviMemorias de un niño roto consta de una gran variedad de relatos, cada uno con diferentes significados, la pura realidad, dolor, amor, amistad... Es decir, todo lo que nos rodea. Adéntrate en este mundo, desde el punto de vista de un niño que con el...