Un final diferente.

Y después del miedo, la desesperanza, el llanto y la culpa, el sol volvió a brillar sobre los hombres que se mantuvieron fuertes, sobre aquellos que lucharon con todo lo que tenían. Los hijos e hijas se reunieron con sus padres, los amigos se rieron de nuevo juntos y los amantes se abrazaron una vez más con el deseo de no volver a separarse.

Todos podían volver a comenzar, caminando juntos como siempre debió ser. Las personas podían creer otra vez en un mañana brillante. Sin embargo, la incertidumbre se quedo guardada en sus corazones, una pequeña mancha que sería difícil de borrar.

La lucha había sido difícil, se había perdido a una mujer valiente y decidida a una heroína fuerte. Una mujer que había querido dar su vida por los demás, una mujer que sería recordaba como un pilar para la nueva etapa de la humanidad. Era una perdida difícil de superar para sus compañeros y dejó en cada uno ellos un poco de ella.

Tony Stark aun se miraba en el espejo y se sentía abrumado. Había sobrevivido al chasquido de guantelete, habría querido seguir la luz y encontrarse tal vez con Natasha. Darle las gracias en nombre de los demás, sin embargo, aquello no había sido. Tony tenia un mundo por el cual vivir, tenia a quien volver. Y así fue, después de meses en el hospital pudo volver a casa y disfrutar de su hija, de su mujer... y del chico, aquel al que había perdido aun estando en sus brazos a quien no pudo salvar. El dolor de la perdida de Peter había estado en su corazón todo el tiempo que se fue.

Pero al abrir los ojos en aquella blanca y esterilizada habitación lo primero que miro fue la sonrisa de su hija Morgan, los ojos llorosos de Pepper y la cara preocupada y a la vez esperanzada del chico.

—Parece que los he preocupado a todos —su garganta se sentía seca y su voz sonó casi en un susurro.

Las 3 personas en su habitación rodearon la cama.

—Papi, hola... —Morgan tomo la mano de su padre con los ojos llorosos.

—Señor Stark ganamos... —escucho a Peter decirle, tenia las manos sobre los hombros de Morgan y lo miraba sonriendo.

—Lo lograste Tony —Pepper dijo con la cara iluminada, y el corazón latiendo rápidamente en su pecho.

—Estoy feliz de que estén aquí... los tres... Me alegra mucho poder estar aquí...

Después de salir del hospital Tony había decidido pasar todo su tiempo con su familia, quería vivir, vivir para Morgan, para Pepper y para Peter. No lo admitiría, pero ya no le molestaría si él le dijera papá por error. Era extraño y le gustaba. Peter le recordaba a él mismo de muchas maneras. Quería guiarlo, quería que fuera un héroe como ningún otro.

Tony había dejado de ser el hombre en la lata y ahora era feliz siendo un padre a tiempo completo, sin miedos, sin secretos. Con un futuro feliz.