Capítulo 40 ________

217 19 0
                                    

—Puedes apostarlo. Y mucho más.

Finalmente dejé que mi sonrisa se hiciera cargo. —Bien.

Me besó rápidamente y luego se echó hacia atrás, haciendo estallar una semilla de maíz en su boca. Me senté de nuevo, y podía sentir ojos en mí. Miré por encima hacia Rachel. Me daba la mirada más extraña. Señaló su oreja, lo que significaba que quería que escuchara.

No puedo creer que no golpearas a esa chica.

Lancé un insulto. Ella continuó.

Había una mujer que solía trabajar en la primera oficina de Peter y ella sentía lujuria por él. Vi a Peter sonreír y sacudir la cabeza, pero continuó, inclinándose hacia delante para mirarme desde el otro lado de su pecho. Parecía que cada vez que iba a llevarle el almuerzo o iba para una visita, se encontraba ahí. Tocándole el brazo, apoyada en su escritorio, llamando a su oficina cuando yo estaba ahí con alguna emergencia. Uy. De todos modos, la primera vez que la encontré sola en el elevador, acorralé a la mujerzuela y le dije que era mejor que mantenga sus garras cortadas. Que la vigilaba y que ese pedazo de hombre no estaba solo. Me tapé la boca para no soltar la carcajada. Así que admiro tu resistencia. Las parejas por lo general no tienen mucha paciencia cuando se trata de nuestros compañeros. Le hubiera dejado a esa Bimbo un ojo negro por lo menos. Y entonces ella guiñó. ¡Guiñó!

Asentí y sonreí. —Gracias.

Se inclinó a través de la mesa sobre Peter y me agarró la mano. —En cualquier momento, cariño.

Era una cosa que solían decir las madres. Sonreí de nuevo y volví a mi comida. Me sentía extrañamente con ganas de llorar mientras tomaba un bocado del pan de ajo. El sabor era algo fuera de este mundo. Bailó en mi lengua. Miré a las camareras en sus botas y faldas lindas y me pregunté cómo mantienen su figura trabajando aquí. Iba a tener problemas con el pan de ajo.

Después de que regresamos a donde Peter, nos separamos, yendo por caminos separados. Bish me llevó aparte y me preguntó acerca de la boda. Jen le dijo que quería compartir el día y se preguntaba por qué.

Solamente le dije que tenía sentido para todos estar juntos. Los tres miembros de mi familia se habían imprimado. Eso fue milagroso en sí mismo. ¿Qué mejor manera de sentirse bien al ser separados los tres, que estar presentes el uno para el otro y ver cómo nos dedicamos por completo a las persona que amamos? Tenía completo sentido en mi mente.

—Lo sé, no digo que no quiero, es sólo que el hecho de que aceleres la boda no me da mucho tiempo para llegar hacer todo lo que necesito.

—Para tu apartamento —supuse y comprendí.

—Sí —suspiró.

—Lo siento. Mira, Bish, sé que esto es difícil para ti, pero sinceramente esta familia es feliz de tenerte en ella. La forma en que saben que vas hacer feliz a Jen vale la pena. Y no me preguntes cómo lo sé. —Sonreí—. Puedo leer la mente, ¿recuerdas?

—Lo sé —dijo, sin tomar mi señuelo—. Sólo que siempre siento que estoy un paso por detrás. Y con la escuela es decir, tomé clases de arte. ¿Qué diablos voy hacer en Tennessee con clases de arte?

—Creo que puedo ayudarte con eso —interrumpió Peter con las manos levantadas—. Lo siento. No quise entrometerme, sólo escuché de casualidad mientras entraba. Escucha, Bish, tenemos un montón de usos para un especialista de Arte en la firma. Un estudio de arquitectura —dijo de manera significativa—. Nos enorgullecemos de diseños audaces y cosas que otros todavía no tienen. Creo que serías una gran incorporación si te interesa. Y Jen ya trabaja ahí, por supuesto. Así que no sería difícil para ti el primer par de años de estar separados.

Bish miró los zapatos de Peter. —Sin ofender, señor, pero usted me ofrece este trabajo solamente porque estoy a punto de ser su yerno.

—Tienes toda la maldita razón —dijo Peter y se rió. Me recordó a Harry y no pude contener mi sonrisa—. Pero también te lo ofrezco porque eres la pareja de mi hija. No sólo va a hacer que sea más fácil para ti y para ella, sino que nos gustaría mantener esto en familia. Casi toda mi familia trabaja en el negocio de alguna forma o manera. Así que no estoy siendo parcial al ofrecerte el trabajo, técnicamente lo sería al no ofrecerte uno.

Sus labios tenían la sonrisa de Jacobson al darse cuenta de que acababa de ponerlo en una esquina. Esperó y escuché a Bish resolverlo en su mente y finalmente cedió. —Nunca sabrá lo agradecido que estoy con usted, señor.

—Hijo —dijo Peter, poniendo una mano en su hombro. Sus labios temblaron con lo que yo pensaba que era una sonrisa, pero me di cuenta de que no era. Peter luchaba con las lágrimas—. Mi hija ha pasado a por más cosas de las que una mujer nunca debería. Nuestras mujeres son preciosas para nosotros, el centro de nuestro universo. Para mí, creer que después de todo eso, ella ni siquiera se iba a unir con nadie, que no iba a saber lo que es, literalmente, sentir el corazón de alguien en tu pecho me torturaba como padre. Pero entonces tú llegaste —gruñó. Me mordí el labio mientras lo miraba luchar contra sus emociones—. Y la haces más feliz de lo que nunca ha estado desde el día que nació Maria, ¿y te preguntas por qué te quiero aquí? —Se rió un poco—. En mis ojos, ahora eres mi hijo y no quiero nada más que ser tu familia. Mi hija por fin tiene a alguien que la mira como yo veo a Ray y nunca sabrás lo agradecido que estoy contigo señor —arrojó las palabras de Bish, él devolvió la mirada y se rió entre dientes por la emoción.

Después le dio un abrazo varonil.

Bish le palmeó la espalda y murmuró su propio agradecimiento emocional antes de soltarlo. Escuché los pensamientos de Jen antes de que Bish lo hiciera. Ella esperaba en la puerta y se preguntaba qué pasaba. Bish la miró y sonrió. Luego asintió hacia Peter, me abrazó con fuerza, y se dirigió a ella. La levantó del suelo en un abrazo de oso y la llevó adentro de ese modo, riéndose.

—Gracias —le dije a Peter, porque Bish también había pasado por muchas cosas, y el pobre hombre necesitaba un descanso.

—El placer es mío y dije enserio cada palabra. —Me atrajo hacia sí y me besó en la frente—. Ahora creo que tu carro aguarda.

Lo miré confundida hasta que asintió a la cochera. Y Harry estaba sentado en la moto, con el casco bajo el brazo. Chillé. En realidad chillé y corrí hacia él. Escuché a Peter riendo detrás de mí, pero no me importaba.

Harry bajó justo cuando lo alcancé y deslizó el casco en mi cabeza.

—Supongo que extrañaste a Lolita.

Me reí. —Cállate y maneja, Jacobson.

—Sí, señora. —Escuché sus palabras riendo antes de que nos subiéramos y tomáramos el camino. Tan pronto como llegó al final de su camino. Esperé, sabiendo lo que seguía.

—Sostente, preciosa.

Me reí y me agarré fuerte de él mientras aceleraba riendo. Nos inclinamos hacia adelante en la moto como si hiciera un acercamiento y empuñara la carretera fuertemente con cada vuelta. No importaba mis latidos acelerados, no importaba que tan rápido fuéramos.

Me encontraba con Harry. Y no había un lugar más seguro en el planeta.

Atando Cabos (Harry Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora