僵尸 : WALK TO CURE,, kth&jjk. ៹!

✧ ཻུ۪۪'prefacio.

Estaba consciente.

Y entonces lo primero que sus oídos dilucidan es un pitido agudo; no siente su cuerpo entumecido, con su garganta seca y sus párpados pesando sobre sus orbes oscuros. Hace el intento de abrir los ojos, mas la sola contracción de los músculos oculares le parece una odisea en su totalidad al no lograr su cometido previo.

Cuando la sensibilidad de su piel va despertando nota que mantiene sus labios agrietados topándose en contra de una superficie lisa, con las mejillas descoloridas apretadas. Un segundo intento con voluntad de hierro logra estremecer sus pupilas y crear un par de delgadas rendijas confinadas por sus párpados permitiéndole observar una luz borrosa, y con el esfuerzo que se necesita para mover una montaña con sus brazos adoloridos logra quitar la mascarilla que le cubre las zonas de la nariz y la boca, siendo relativamente fácil por el elástico viejo que parece fracturarse ante el movimiento.

Ahora, luego de un largo tiempo, TaeHyung ha tomado su primera respiración.

Sus irises ardientes no terminan por ceder a la luz de día, empuñándolos cuando un mareo le agita la cabeza en un millar de punzadas; sin embargo, el malestar es suficiente para que vuelva a estar consciente de su propio cuerpo. Ladea la cabeza a un costado, lentamente cuando ahora las náuseas golpean a través de su garganta, e inhala fuerte exhalando un quejido de entre sus labios cuando un malestar se instala en la zona de su pecho.

Y de golpe, abre los ojos.

No siendo el mejor escenario que puede captar en esos precisos instantes, una vieja bombilla es lo que se tambaleaba en el techo; encontrándose un poco polvorienta, parpadeando entre algunos lapsos de tiempo intermitentes, casi dando los últimos atisbos de vida. Y es irónico el hecho de que TaeHyung considerara aquellos momentos como el inicio de una segunda oportunidad.

Sus globos oculares se deslizan de manera sosegada cuando la presión en su cabeza se hace más fuerte, parpadeando lento, contemplando el lugar en el cual se encuentra. Es la habitación de un hospital. Sin embargo, es muy diferente a lo que la torpe mente de TaeHyung puede recordar cómo debía ser en un pasado algo lejano. Está oscuro, a excepción de la bombilla sobre él iluminando con poco vigor, la puerta pareciendo corroída por termitas, la suciedad en las paredes en conjunto con las telarañas y el polvo no siendo el claro cuadro de una alcoba limpia, o posiblemente habitable.

Sus labios tiemblan por unos segundos y, ¿cuánto tiempo había estado allí?

Un movimiento más confiado y logra girar la cabeza a su alrededor, casi autoanalizando su cuerpo; las sábanas azules se encuentran llenas de una más de esas capas de polvo, el monitor cardíaco a un lateral de su cama encontrándose apagado junto con la válvula que le brindaba oxígeno anteriormente. ¿Qué realmente había sucedido?  

Él no lo sabe y, curioso ante la situación enfrascada en la habitación, se levanta de la cama con claro esfuerzo, apenas encontrando con suerte una sandalia desgastada. Se decide por sólo caminar descalzo hasta la puerta, empujando cuando no puede abrirla con el sólo girar de la perilla y corre los objetos obstaculizando la entrada por fuera al entreabrir.

Pronto es cuando se encuentra caminando entre escombros y él realmente no tiene la más mínima idea de lo que ha sucedido hasta que escucha la interferencia de sonido en algún aparato electrónico que busca con su mirada opaca en su entorno. Camina con cuidado de no herir la suela desnuda de sus pies y se encuentra con un televisoR en medio de una lluvia de estática, la voz de un conferencista apenas logrando escucharse ante la intermitencia.

Pero el mensaje es claro; alerta internacional.

Y TaeHyung no entiende aquellas cortas palabras que parecen repetirse entre el eco del edificio desolado hasta que gira su cabeza a la derecha, caminando pronto hacia aquella dirección perturbado por el desastre que parece corroer el lugar. Atraviesa las sillas, los mesones caídos, vidrios rotos a lo largo del pasillo; las luces apenas iluminan su camino en medio de los restos del que era un hospital impecable y que ahora está sumido en una destrucción de fuentes desconocidas.