El toque de cambio de clase sonó y mis amigas salieron dejándome sola. La clase me había parecido eterna, pero la había más que disfrutado.
No podía sacar de mi mente la imagen del profesor tensando sus músculos, la magnifica imagen que yo misma me había creado de él tocándome.
Cuando estaba por salir del aula, su voz me detuvo. Parecía que esto se iba a volver una costumbre, que me detenga justo cuando estoy por poner un pie fuera del aula.
—Señorita Nahee.
—¿Si?.
Al ver que no me contestaba, caminé de regreso a su escritorio, quedando justo frente a él; viendo como tenía su vista en los papeles regados sobre su escritorio. Estiró su brazo derecho, hasta que dio con su maletín, y aún sin quitar su vista de los papeles, sacó un juego de hojas y me lo extendió.
—¿Qué es esto? —Dudosa, tomé aquellas hojas, esperando a que me contestara.—
—Parecía muy distraída el día de hoy. —Por fin despegó su vista de los papeles y me miró.—
Como hubiera deseado que no lo hiciera, su mirada volvió a ser la misma que cuando nos encontramos en la puerta. Esa misma mirada que parecía volarme las bragas más que húmedas.
Bajé mi vista, aún sin poder sostener su mirada, y me percaté de que aquellas hojas que tenía en mis manos, eran sobre la presentación que él había hecho.
—Pro... profesor, no puedo tomarlas. —Me odié a mi misma por no poder hablar con fluidez.—Sería injusto para mis compañeros.
Él en cambio, no dijo nada. Cruzó sus brazos, haciendo que juntara más los muslos. Estaba más que deseable en esa posición. Mi gran imaginación comenzó a trabajar, dándome escenas donde yo estaba sobre él, mientras me besaba con entusiasmo.
—¿Se encuentra bien? —Su voz me trajo de nuevo a la realidad. Apenada, asentí con la cabeza.— ¿Está enferma?
—No, ¿por qué pregunta? —Parecía que mi voz salía cada vez más baja, cosa que hizo arquear una ceja al profesor Jeon.—
—De repente se puso roja. —Se levantó de su lugar, haciendo que elevara mi vista para poder verlo bien.—
Lo siguiente que hizo me dejó sin aliento. Se inclinó sobre su escritorio y estiró su brazo hasta que su mano dio con mi frente.
—Está ardiendo.
Por usted, quise contestar.
—Vamos a mi despacho para hacerle un chequeo.
—No, no. No creo que sea necesario. —Contesté casi de inmediato. El hecho que él fuera un estudiado de medicina, no quiere decir que me dejaré hacer un chequeo. Además de que la causa de mi calor no era por estar enferma.— Debe ser de la pena.
—¿Pena? —Soltó lo que parecía ser una risa. Enseguida me reprimí por la respuesta tan estúpida de mi parte— ¿Por qué?
—Por que... me descubrió sin prestarle atención a la clase.
Y tras un asentimiento por parte de él, salía casi corriendo del aula. Ya se me hacía más que tarde para mi siguiente clase, pero el profesor Jeon no quería desaparecer de mi mente.
Y así transcurrieron las siguientes clases. Con él volando por mi mente en más de un escenario, había momentos en los que me preguntaba que hubiera pasado si hubiera accedido ir a su despacho.
—¿Señorita Nahee? —el profesor de Química estaba parado frente a mi, con un semblante que me daba a entender que me habían descubierto de nuevo sin prestar atención a la clase— Parece distraída, hágame el favor de ir a dejar esto al señor Jeon.
—¿Qué? —contesté estupefacta, parecía que hoy todos me estaban llevando al mismo abismo.—
—Salga a distraerse a los pasillo, no en mi clase. De paso le deja esto al profesor Jeon. —Terminó la charla el profesor de química, dejándome sobre el pupitre unos folders—
Con algo de temor, tomé aquello y caminé con la cabeza baja hasta salir al abandonado pasillo.
Pero algo no tenía claro, ¿Dónde estaba el despacho del profesor Jeon?.
Supongo si reemplazó al profesor antiguo de anatomía, también habrá tomado su antiguo despacho ¿No?
—Qué idiota soy. —Me reprimí a mi misma. Y sin más comencé a caminar hasta aquel despacho que pocas veces pisé.—
Los pasillos estaban desolados, todos ahora deben de estar a mitad de la hora de clase y eso no me calma para nada.
Cuando llegué a mi destino, comprobé mi teoría.
Aquél era el despacho de Jeon Jungkook.
Di un último suspiro antes de tocar la puerta. Las piernas me temblaban y las manos comenzaban a sudarme, estaba más que nerviosa.
En mi mente repasaba un posible diálogo por hacerle y evitar aquellas estupideces que siempre me salían cuando hablaba con él.
—Adelante. —sonó su voz desde adentro —
Mierda, no quiero hacerlo. De nuevo suspiré, armándome de valor para girar la perilla y pasar evitando hacer el más mínimo ruido.
—Señorita Nahee. —Todavía no me giraba y él ya me había reconocido.— Creí que me había dicho que no necesitaba un chequeo.
—No.. —carraspeé intentando pasar aquel miedo en la garganta que me había hecho hablar con un tono bajo.— No he venido por un chequeo.
Con la mirada en el suelo, caminé hasta quedar frente a su imponente escritorio y dejé sobre este los papeles que me había dado el profesor de química.
—El profesor de química me ha pedido traerle estos papeles.
Decidida, alce la vista encontrándome con sus ojos azabache atentos a mi persona. Sus ojos viajaron por todo mi cuerpo deteniéndose en mis caderas.
De inmediato me levanté, pues me tuve que inclinar para dejar los papeles en un espacio libre.
Sabía que no tenía un cuerpo con la complexión que todas las coreanas tienen, sabía que me había desarrollado más que otras chicas de aquí.
—Gracias. —contestó.— ¿Por qué no aprovechamos que está en mi despacho?
Mis ojos se abrieron a más no poder, pues lo primero que se me vino a la mente fue algo completamente inadecuado que me hizo subir los colores a las mejillas.
—¿Dis... culpe?
—Súbase al escritorio por favor. —Señaló una esquina de aquel gran sitio, una esquina en la que no había nada puesto y había espacio libre.—
—¿Qué? —y no es que no quisiera, pues desde que llegó no he dejado de imaginarlo tomándome con euforia. Pero no venía preparada.— Pro... profesor Jeon, no creo que-
No terminé la oración, me había quedado sin habla al ver como se levantaba de su asiento y desabotonaba los botones de las mangas de su camisa.
Esto está mal.
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Dear Teacher |JJK| |+18|
Fanfiction-Nahee ¿Ya escuchaste del nuevo profesor?, es todo un bombón. Y vaya que lo era, y yo más qué nadie sabía a la perfección que ese maestro sería el mismo diablo en persona. Ese mi querido profesor. ⚪ Cero copias ni adaptaciones sin mi consentimient...