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Jasper vio devastado a la profesora de biología, luego bajó de nuevo a su examen y viceversa. No podía mentir, realmente no estudió lo suficiente el fin de semana, pero esperaba al menos pasar la evaluación.

-Señorita Santos, ¿puedo hablar con usted? -preguntó, con el ceño fruncido y el examen aferrado a su pecho.

La joven mujer de cabello castaño lo observó sobre su flequillo, una pila de cuadernos a su derecha casi cubriéndola. Ella frunció levemente su ceño y luego asintió, cerrando el cuaderno frente a ella.

-¿Qué ocurre, Jasper?

Él sacó su examen, ya un poco arrugado por haberlo apretado tanto. -No entiendo por qué salí tan mal.

La profesora arqueó divertida las cejas, mordiendo sus labios para no reírse.

-Jasper, solo tuviste tres respuestas asertivas, las otras treinta estaban mal. ¿Qué esperabas?

Él frunció el ceño.

-Estoy seguro de que estaban bien. -insistió, ejerciendo más presión en la hoja.

La señorita bufó, pero su paciencia era la misma de una tortuga al caminar.

-Puedes preguntarle fácilmente a tu prima cuáles eran las respuestas correctas.

Por supuesto que no, Josie se burlaría sin escrúpulo de su pésima calificación y posiblemente de sus respuestas. No necesitaba a alguien que incrementara su ansiedad y mal humor.

-¿No puedo hacer nada para mejorarla? -preguntó. En ese punto podría hasta arrodillarse frente a ella.

-Estudiar más para el otro. -se encogió de hombros, solo logrando que él se hundiera más. -Todos los créditos para este examen los di la semana pasada.

-Pero la semana pasada usted no vino. -dijo sin aire.

Ella se levantó de la silla y buscó algo en sus archivos detrás, sacó una carpeta amarilla con el A4 bien grande en el centro; dentro de esta habían una serie de planillas y papeles llenos de información que no pudo leer porque ella la cerró después de sacar la hoja que buscaba.

-En mi lugar vino un suplente. -le enseñó la planilla en su mano, era la lista de asistencia de esa semana. -No estuviste en ninguna de las clases, Jasper.

Él ni siquiera quiso ver la planilla, sabía perfectamente dónde estuvo esos dos días.

-¿Quieres reclamar algo más? -preguntó la profesora con aires burlesco.

Jasper bajó su cabeza y luego negó, resignado completamente. Se dispuso a salir del salón con la poca dignidad que le quedaba cuando la profesora lo detuvo de nuevo.

-En la escuela hay programas que te dan créditos al final del lapso. -habló. -Mi hermana tiene varios, por si los quieres hacer.

Él la observó sobre su hombro, sabiendo perfectamente quién era su hermana y los programas de ayuda que tenía. Sonrió de oreja a oreja y luego agitó su mano, despidiéndose de la mujer y caminando a botar el examen en el primer cesto que viese.

-Creo que me voy a desmallar. -terminó por decir el rubio, al ver la lista de sus nuevos estudiantes.

Marcus golpeó con energía detrás de la cabeza de su mejor amigo, rodando sus castaños ojos y quitándole la lista.

-Deja de ser dramático. -murmuró leyendo cuidadosamente el papel.

El fantasma del pájaro  || PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora