Si no fuera porque literal aterrizó frente a mí no le creería, es que jamás pasó por mi mente que los ángeles de la guarda sí existen.
—Espera, es que esto parece un sueño —comencé a caminar de un lado a otro en el estacionamiento — ¿en serio eres mi ángel de la guarda? —El chico alado asintió con seguridad — ¿y por qué estás aquí?
—Eso no puedo decírtelo —se aproximó peligrosamente a mí y tomó mis manos —pero si puedo contarte lo feliz que me hace el poder tocarte y hablar contigo —sonrió al ver mi cara de espanto —no te asustes, ya te dije soy tu ángel guardián, mientras este a tu lado no dejaré que nada te suceda.
Era lindo escuchar esas palabras pero también sentía una sensación extraña. El chico frente a mí era hermoso, a primera vista y su sonrisa hacia que sus ojos desaparecieran y eso lo hacía ver más lindo.
—Okey ángel, ¿y tienes nombre?
—Claro, creo que por eso se empieza, soy Jimin y soy tu ángel guardián Belén —me abrazó ignorando aún más el llamado espacio personal —fui asignado por tu bisabuela cuando tenías 2 años y desde entonces te he visto crecer y en convertirte en una increíble mujer.
Como pude me separé de él —te creo lo de que eres mi ángel de la guarda y todo eso pero —estiré mis brazos para crear distancia — ¿es necesario que seas así de... apegado? —paso la mano por su cabello, confiado de sí mismo.
—Debo admitir que los otros ángeles también dicen que a veces puedo ser algo invasivo —y volvía una vez más acortar la distancia —me recuerdas a un amigo, Yoongi, siempre se queja de mis abrazos —me envuelve en sus brazos —ahora vamos a tu casa, debes estar cansada del trabajo.
Todo se sentía como un sueño, por arte de magia las grandes alas de Jimin desaparecieron para poder subir al auto, se veía emocionado.
No hablamos en el camino, él estaba ensimismado, en su propio mundo viendo a través de la ventana, parecía un bebé.Al llegar se bajó tan rápido del auto que sólo demoro un segundo en llegar a mi puerta para abrirla como todo un caballero. Al entrar al ascensor solo presionó el botón que indicaba mi piso, cada movimiento que él hacía era lleno de alegría, que se contagiaba, aunque me sentía incomoda de que supiera donde vivo.
Lo primero que hizo al entrar al departamento fue instalarse en mi sofá — ¿por qué no puedes decirme la razón de que estas aquí? —lo observaba mientras me acercaba a la cocina, su cara demostró incomodidad.
— ¿Por qué te interesa saber? —Se puso de pie —mejor aprovechemos el momento antes de que...
No pudo terminar la frase porque literal desapareció, puf, ya no estaba frente a mí, me creí loca, quizás todo había sido mi imaginación.
A la media noche supe que no, al verlo acostado a mi lado.— ¿Qué haces acá? —me levanté de mi cama de golpe, coloque mi mano en mi pecho cuando me calme, él sonreía con picardía.
—Vuelve aquí, no me dejes solo en esta cama tan grande —estiró sus brazos, mis mejillas enrojecieron, su cara sugería que algo más podría pasar —anda, no muerdo.
—No pareciera eso, ¿por qué desapareciste antes? —bajo los brazos frustrado.
—Porque no debo estar acá, no debía enamorarme de ti, pero aun así lo hice —parecía que estaba iniciando un monólogo —Belén es tan bella como persona, además de físicamente, como esperaban que no me enamorará.
—Esto es extraño, ósea toda la situación —me observó sorprendido, como si hubiera olvidado que estaba yo a su lado, me acerque y me senté a la orilla de la cama —aunque tú me conoces de toda mi vida, el caso es que yo a ti no y no puedes esperar que me enamore de ti al instante —hizo un puchero que derritió mi corazón —eres muy guapo no lo niego y por el poco tiempo que hemos pasado juntos creo que eres bueno, eres un ángel después de todo.
—Pero no me amas —ahora estaba molesto —me encantaría tener tiempo para hacer que me ames pero se me acaba —miro su muñeca en la cual había una cuenta regresiva e indicaba que solo le quedaba un minuto —así que seré rápido —no alcance a reaccionar, él estaba sobre mí juntando nuestras bocas, sus labios carnosos eran muy suaves y sin darme cuenta le seguí el beso, tenía un ritmo lento, disfrutaba el momento a pesar del poco tiempo que tenía, se alejó solo unos centímetros y suspiró —volveré, espérame —susurró y luedo desapareció dejándome aturdida, nunca me habían robado un beso, y claramente jamás había besado un ángel, y eso solo fue el inicio de muchas visitas inesperadas, cada que podía me besaba y nunca contestaba a mis interrogativas, con el tiempo me fui acostumbrando y esperaba su llegada.
Un día no apareció, en su lugar llegó otro ángel, era de piel morena y de cabello oscuro, también era guapo, me observó de pies a cabeza, mordía su fino labio inferior, su mirada me devoraba.
—Con razón Jimin viene todos los días —sus alas desaparecieron y comenzó a caminar por el departamento —Belén, yo soy Taehyung, soy amigo de tu ángel guardián, él no podrá venir hoy y me pidió que te avisará.
— ¿Por qué no podrá venir? —Tae se acercó y colocó sus manos en mis hombros.
—Lo castigaron por haber venido a escondidas contigo —iba a protestar pero él presionó levemente mis hombros para que lo siguiera escuchando, sus ojos revelaban una mirada dominante—no es culpa tuya, él se buscó este problema solo, aunque entiendo porque lo hace pero... —hizo una pausa, se notaba que pensaba cada palabra que iba a decir — ¿él te ha dicho la razón por la que viene a verte? —Negué con la cabeza —aparte de estar muy enamorado de ti, estás en peligro, cuando se enteró sus primeras palabras fueron "la luz de Belén no puede apagarse".
— ¿Y cómo se supone que me protege al venir aquí? —sonrió de lado — ¿y de qué?
—Debe dejar la esencia de un ángel en ti para crear protección —me ruboricé —es por eso que él te besa cada noche —observó su muñeca —se me acaba el tiempo —colocó sus largos dedos en mi mentón y depositó un tierno beso en mi frente y al igual que su amigo desapareció sin contestar a mi última pregunta.
𝓒𝓸𝓷𝓽𝓲𝓷𝓾𝓪𝓻𝓪́...
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𝐿𝑖𝑔𝒉𝑡𝑠 [𝙹𝚒𝚖𝚒𝚗]
Fanfiction"Porque la luz de Belén no puede ser apagada" son las palabras que Jimin no pudo evitar pronunciar al verla. El joven ángel enamorado que hace lo imposible por proteger a su amada.