𝑐𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 14

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Voten y comenten muchooo
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Lo había convencido, Luke solo pudo atribuirlo al hecho de que era bastante blando con Leven y se dejaba llevar por lo cariñosa que era ella con el.

Si, debía admitirlo, le gustaba que fuera cariñosa y le detuviera cada ciertos pasos solo para abrazarlo y besarlo.

No recordaba que ninguna amante suya lo hubiese tratado de esa forma, y con ellas él tampoco tenía ganas de ser si quiera atento, pero...con Leven, se sentía diferente, con ella quería serlo.

Llegó un momento en el que entrelazó su mano con la de la chica, ganándose una mirada curiosa.

Él solo sonrió.

-De esta forma no tendremos que detenernos para abrazarnos, nuestras manos se abrazan en representación del resto de nuestro cuerpo.-Explicó, Leven solo sonrió y besó el dorso de la mano del rubio.

Y su caminata continuó por un camino algo largo, en el que Luke solo pudo apreciar la belleza de la naturaleza y si, también la de Leven.

La pelinegra se detuvo en una cueva escondida debajo de lianas y musgo, soltó la mano de Luke y subió un par de rocas para poder adentrarse en la cueva, el ojiazul la siguió después de suspirar.

De verdad esperaba no arrepentirse de eso.

Rodó un par de veces sobre la dura superficie de piedra, gruñendo al sentir su herida chocar contra el suelo, Leven estaba de cuclillas frente a él, mirándolo sonriente.

Luke se levantó de forma rápida, limpió la tierra de sus ropas y miró expectante a la pelinegra.

Ella besó su mejilla y tomó su mano nuevamente, adentrándose en la oscuridad de la cueva.

Estaba tan oscuro ahí que comenzó a arrepentirse de seguirla.

-¿A donde me llevas?-preguntó en voz baja, sin soltar la mano de Leven.

De verdad no entendía como podía caminar como si la oscuridad total no los estuviera rodeando, incluso privándolos de ver al otro.

Bueno, Luke no podía verla, así que asumió que ella a él tampoco.

Ese iluso pirata.

El ojiazul comenzó a tener un poco más de visibilidad conforme más tiempo pasaban caminando, habían unos pequeños hoyos en el 'techo' de la cueva que cada vez aumentaban en tamaño y cantidad.

Se detuvo en seco al ver lo que estaba justo frente a él.

Miró asustado a Leven, quien solo sonrió tierna, señalando hacia los leopardos alegre.

Como si no hubieran huesos por todos lados.

-¿Que carajo?-preguntó en voz baja, no queriendo despertar a los animales, contaba solo un adulto, más un montón de cachorros de diferentes tamaños durmiendo por todos lados.-Leven, vámonos.

Ella negó, caminando con confianza hacia los animales.

-¡Leven!-susurró/gritó al verla demasiado cerca de los animales dormidos.-¡Ven acá, ahora mismo!-gritó de la misma forma, señalando el lugar a su lado.

Ella lo ignoró, caminando entre los pequeños y medianos manchados cuerpos de tan hermosos animales, incluso se puso a saltar unos cuantos.

-¡Te estoy dando una orden Leven!-dijo, poniéndose rojo por los nervios.

Ella no hizo caso, ni siquiera pareció inmutarse de su voz, justo como cuando se conocieron.

En cambio se hincó en el piso al llegar al más grande de todos, le acarició el pelaje cariñosamente mientras Luke sentía que estaba a punto de darle un ataque cardíaco.

-Leven, déjalo en paz.-susurró comenzando a acercarse a ella con el corazón en la garganta, dispuesto a cargarla y llevársela por la fuerza si era necesario.

La chica solo le dió una sonrisa y movió la cabeza para invitarlo a acercarse más.

Luke gruñó internamente, solo porque no quería despertar a ninguno de los cachorros, porque habían unos más grandes que un perro.

-Leven.-llamó de nuevo, a un par de pasos de ella, se detuvo abruptamente al ver como el animal abría esos penetrantes ojos.

El animal se levantó, no totalmente, solo para quedar cara a cara con la ojiverde, quien sonreía.

La mirada del animal cayó en Luke, ahora si se levantó totalmente.

El rubio no sabía que hacer, si quedarse quieto o irse lentamente, ¿que era mejor?

Leven se levantó de un salto y caminó hacia Luke, se paró detrás suyo y lo empujó hacia el depredador.

Debió suponerlo.

Era demasiado bueno para ser verdad, y ahora por su incredulidad Leven iba a sacrificarlo.

Simplemente genial.

Leven lo hizo hincarse, totalmente resignado a que no podría ganar nada, obedeció, esperando a que lo mataran de una vez por todas.

El animal se quedó se pie frente a él, con sus caras casi rozándose y sintiendo el sudor frío en las palmas de sus manos, el leopardo inclinó la cabeza hacia abajo.

Luke no supo que hacer. ¿Que no iba a matarlo?

-Liefde se disculpa por lastimar a Luke.-susurró Leven.

¿Qué? Fue todo lo que cruzó por su cabeza.

Miró confundido a la pelinegra, ella sonrió, hincándose a su lado, tomó su mano y la colocó sobre la cabeza de Liefde.

-Luke acepta las disculpas.-susurró Leven, mientras el rubio acariciaba al animal nervioso.

Liefde pareció entender a Leven, porque no dudó en lamerle la cara a Luke, tirándose encima suyo, con las patas sobre sus hombros.

Luke miró al animal asustado, pero este solo se acostó sobre él, restregando su suave cabeza contra el cuello de Luke mientras ronroneaba.

Que curioso, justo como Leven se comportaba con él.

Luke acarició nuevamente al leopardo, sin eliminar los nervios de su sistema, miró a Leven.

Ella sólo sonreía satisfecha, acariciando a un cachorro que permanecía dormido.

Todo eso era demasiado confuso para él.

Los animales que se creían que eran asesinos eran en realidad muy tiernos y amigables.

Mientras que la especie que se autodenominaba amigable, en realidad estaba plagada de asesinos.

Parecía que tenía mucho más que aprender de Leven y los animales con los que ella convivía todo el tiempo.

Esa noche, mientras los piratas estaban preocupados por la ausencia de su capitán en la playa, dicho Capitan pasó el tiempo junto a un montón de cachorros juguetones que lo llenaban de lamidas y mordidas inocentes que jugaban con él y Leven.

Y pasó la noche besándose con una bella chica que terminó durmiendo entre sus brazos, al menos hasta media noche, cuando ella salió de la cueva para ir al mar.

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The Pirate 🏴‍☠️ [l.h] PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora