He Zhishu localizó casualmente una peluquería doblando la esquina, en la misma calle dónde
se encontraba el consultorio de Ai. La tienda no es demasiado grande y se siente muy cálida
por dentro. No hay muchos clientes, y el siguiente en pasar es He Zhishu.
—Solo las puntas...
He Zhishu se miró al espejo, su voz fue muy suave. Él sabe que la quimioterapia puede causar
una gran cantidad de pérdida de cabello. Quizá este sea el último corte normal.
La peluquera no habla mucho pero su técnica es muy buena. Lo cortó en menos de un cuarto
de hora y después de eso, murmuró:
—Tu cabello es muy bonito.
He Zhishu sonrió y pagó. Cuando salió por la puerta, estaba pensando en Jiang Wenxu.
En su época de estudiante, le gustaba tocarle mucho el cabello. Su gran mano se acercaba a la
parte superior de su cabeza y le acariciaba completamente en pequeños círculos perfectos...
Como si se tratara de un perrito. Jiang Wenxu también lo elogiaba: «Tu cabello es muy
bonito, tu cabello es muy negro, tu cabello es muy suave».
He Zhishu cantó suavemente una vieja melodía, la canción que escuchaba frecuentemente
hace unos años. Caminó por la banqueta con una sonrisa superficial, tratando de encontrar
algo de energía y felicidad en las cosas que lo rodeaban. Dentro de su cuerpo. A Zhishu una
vez le gustó la canción de "El marinero" de Zheng Zhihua. Cantó la tonada una y otra vez, sus
ojos estaban rojos y su voz era baja, casi suena demasiado apagada:
—Dijo que este dolor se iría con la tormenta...
Zhishu comenzó a sentir que era muy estúpido.
En la estación del metro, He Zhishu de repente vio una caja de zapatos tirada a un lado de la
entrada, y pudo escuchar el sonido de algo rascando desde dentro. Se escucha como si
estuviera llena de pequeños animalillos.
He abre la tapa con cuidado, y su respiración se detiene en un minuto: Hay cuatro gatos
pequeños, abandonados en el frío. Sus pelajes están marcados por unas leves franjas grises,
sus patitas tiemblan y sus narices parecen anormalmente húmedas. Lo que más le gusta
sobre el mundo a He Zhishu, son los pequeños animales peludos, los que son fáciles de
cargar... Sin embargo, a Jiang Wenxu realmente no le gustan estas cosas. Piensa que tal vez,
se debe a los pelos que ellos sueltan o a su aroma ¿Quién sabe?
He Zhishu siempre ha obedecido sin chistar aquella regla como si fuera un mandamiento.
Pero ahora vacila. Si los deja y nadie después de él tiene la capacidad de levantarlos y
llevarlos lejos de ese aterrador viento que trajo el invierno... Entonces definitivamente esos
cuatro gatitos no sobrevivirán. Además, He Zhishu quiere por primera vez, pensar en su
propia felicidad y hacerse a sí mismo un regalo.
Quién regresa a casa ahora, es una persona delgada cargada con cuatro gatitos. Se siente
de excelente humor y pasa a comprar un poco de leche en polvo y un pequeño paquete de
galletas de avena en el supermercado que se encuentra junto al edificio de departamentos.
Afortunadamente, los gatitos parecen estar muy saludables, y rápidamente se vieron repletos
de vida una vez que entraron en calor al cubrirlos con una manta. Durmieron unos minutos y
después pidieron leche instantáneamente al despertar.
He Zhishu cortó cuatro cuerdas de cuatro colores diferentes y le puso una a cada gato,
amarrada con delicadeza alrededor de sus cuellos. Preparó la leche en polvo, la calentó sobre
la estufa y puso a ablandar las galletas con ella. Alimentó pacientemente y con cuidado a cada
uno de ellos hasta que quedaron satisfechos y sus frágiles pancitas se extendieron. Los dedos
de He Zhishu tocan suavemente las suaves y tiernas almohadillas en las patas de los gatos. Es
tan maravilloso que le hace desear regresar en el tiempo a su época escolar en donde pudo
haber adoptado a más de cuatro.
✤✤✤✤✤✤
Cuando Jiang Wenxu regresó en la madrugada, vio que He Zhishu estaba dormido en el sofá
y llevaba cuatro cosas peludas roncando estridentemente sobre su pecho.
—¿Qué demonios es esto?
Jiang Wenxu frunció el ceño, inmóvil en el arco de la puerta.
He Zhishu de repente se despertó:
—¿Qué pasa?
—¿Quién te permitió traer a esas cosas a la casa? ¡Déjalos fuera!
Jiang Wenxu era muy malo al tratarse de animales, y el maletín cayó sin que le importara a
un lado de sus pies. Su fuerte carácter no le permite tolerar ese tipo de faltas tan graves.
He siente una infinita tristeza. Eleva las cejas, le empieza a temblar la boca:
—¿Y dónde?
Jiang Wenxu no quiere parecer el villano. Tampoco está de humor como para empezar una
nueva pelea cuando ya todo parece ir bien:
—Cariño, este tipo de animales son muy sucios. Al crecer van a hacer muchos destrozos. ¿Y
qué tal si eres alérgico? Hemos vivido muy bien sin tener mascotas, ¿no? No necesitamos
tenerlas ahora.
—Yo realmente quiero conservarlos...
—He...
—Jiang Wenxu, parece como si todavía no me conocieras. ¿Aún no lo sabes? Quería criar
alguna mascota cuando era más joven pero mi familia no estaba de acuerdo. En ese
momento, pensaba que cuando tuviera un hogar propio definitivamente iba a tener un perro
o un gato.
Jiang Wenxu inhaló profundamente:
—Oye, en estos años nunca me hablaste de este sueño, ¿por qué quieres hacerlo ahora? Si
esperas un poco más, un par de años, té conseguiré un perro de raza pura para que te pueda
acompañar.
Zhishu miró fijamente a Jiang Wenxu. Los ojos, de repente, le enrojecieron como si fuera a
empezar a llorar:
—No puedo esperar, solo... Quiero tenerlos ahora. Jiang Ge... Por favor.
El corazón de Jiang Wenxu se estremeció estruendosamente. No dijo nada y se retiró a
cambiarse los zapatos. Después fue directo a su estudio.
He sabe que está de acuerdo. Jiang Wenxu poco a poco está dando todo por sentado.
ESTÁS LEYENDO
Los diez años en que más te ame
Novela JuvenilUna pareja (He Zhisu y Jiang Wenxu) despues de estar diez años juntos, Jiang engaña a He con varios hombres. He Zhishu por otro lado esta viviendo una triste realidad, esta enfermo. Tiene leucemia. Y se lo oculta a Jiang Wenxu. Mientras He Zhisu hac...