capítulo 29

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Jiang Wenxu dice que está bien acompañarlo en casa hasta la noche, pero en menos de una
hora tiene docenas de llamadas al teléfono.
Jiang colgó, se acercó a la línea de su cuello, le cerró el primer botón de la camisa y luego lo
alimentó con una última cucharada de avena:
—Esto va a calentarte el estómago, así vas a lograr dormir bien cuando te acuestes.
Parece que todo lo que puede comer He últimamente son papillas. No dice nada y observa
que el teléfono que ahora estaba sobre la mesa suena de nuevo.
Jiang Wenxu puso el tazón de gachas en la cama para tomar el celular, pero cuando ve el
identificador de llamadas, su rostro se torna negro. Colgó y lo cerró antes de guardarlo en su
bolsillo. Cuando mira a He Zhishu, sonríe y dice:
—Si haces un buen trabajo en la compañía, siempre te llaman para asuntos tontos.
He Zhishu se ve muy tranquilo, pero solo pretende que no puede ver en la pantalla el nombre
de la persona que llama incansablemente. Está allí, parpadeando a través del cristal y del
resplandor de la luz.
El estado de ánimo de Jiang Wenxu definitivamente no es bueno en absoluto. De hecho, está
tan enojado y se siente tan cansado, que aprieta los nudillos hasta que la piel sobre los huesos
se vuelve blanca y le duele. Parece demacrado. Nunca le importó la manera en la que jugaba
con las personas debido a que lo hacía únicamente con el afán de conseguir buen sexo. No
importaba cuándo lo buscara o con quién lo encontrara, era feliz así.Viviendo con besos de
una sola noche.
Shen, por su parte, movió su corazón de tal manera que pudo quedarse con él por dos o tres
años...
¿Por qué ahora se está cansando de eso? En Francia, estaba tan borracho que, aunque sabía
que era el número de He Zhishu se atrevió a contestarle. Esta vez, al contrario de esa ocasión
desafortunada, Jiang Wenxu se encuentra absolutamente sobrio y ya canceló la llamada
quizá un total de quince veces. El hombre sigue insistiendo, sigue deseando dar con él de una
manera tan desesperada que casi puede sentirlo desde su lugar sobre el colchón.
—¿Comes un poco también?
La voz de He Zhishu ocasionó que Jiang Wenxu volviera repentinamente en sí. Negó con la
cabeza y le dio la mitad restante del tazón de papilla a He Zhishu.

—¿Dónde quieres ir? ¿Ya lo pensaste? Puedo tener seis o siete días de tiempo libre después
del día de año nuevo.
Las delicadas cejas de He Zhishu están elevadas. Mira a Jiang Wenxu con la cabeza ladeada,
como si fuera otro de esos gatos que ahora le está mordiendo las piernas y arruinando el
pantalón.
—Viajar es tan cansado. Puedes ir solo de nuevo.
El corazón de Jiang Wenxu parece haberse ido por un agujero en su pecho. Tiró la cuchara y
se apresuró a presionar a He Zhishu en el respaldo de la cama. Lo besó con ganas, lamiendo
desde adentro hacia afuera hasta que su boca se llenó con el dulce sabor de la papilla de mijo.
Se detuvo:
—No sé qué hacer contigo —susurró Jiang Wenxu. Lo murmuró unas cuantas veces, y de
repente sintió que estaba un poco perdido entre lo que quería hacer y lo que debería estarle
explicando.
—Jiang Wenxu... —Zhishu se inclinó y mandó un beso que cayó sobre los labios de Jiang. Sus
ojos estaban un poco vacíos para este momento—: No creo llegar a viajar contigo alguna vez.
Jiang Wenxu se quedó estupefacto. Para ambos, sus palabras se sienten como cuchillos. Él no
sabe los motivos de He Zhishu para mencionar esa oración tan de repente así que dice
descuidadamente:
—Tienes treinta años, los cumpliste este año. Yo tengo treinta y uno. ¿Cómo puedes decir
eso? Hablar como si todo se hubiera terminado ya. ¿Eres un anciano?
Zhishu no respondió cuando bajó el rostro, y las lágrimas cayeron silenciosamente por sus
mejillas. Agarró la ropa de Jiang Wenxu, las delgadas mangas de su camisa. Los hombros le
temblaban mucho. Él dijo:
—Tienes razón.
—Demuéstrame que estoy equivocado.
He Zhishu siente que nada es fácil cuando está frente a Jiang Wenxu. Llora, y lo hace sin
emitir ningún sonido como si se hubiese acostumbrarlo a hacerlo así gracias a los sucesos
recientes. A las amarguras de los últimos años.
Jiang Wenxu no sabe por qué está llorando He Zhishu, y su alma solo alcanza a romperse
otro poco. No sabe que He Zhishu está llorando porque son dos personas en la habitación,
una a la que no le importa y la otra que no espera durar mucho.
Llorando sus catorce años de amor.
Cuando estaba en la escuela secundaria, Jiang Wenxu le dio una nota a He Zhishu fuera de la
escuela. Preguntaba: «¿Cómo sabes que te gusta una persona?» Jiang Wenxu, que era joven,
se puso fácilmente la palabra "amor" en la boca, pero el amor de He Zhishu era el único real.
El único que crecía mientras más lo alimentaban. Esa noche, He Zhishu lo analizó todo el
tiempo mientras permanecía abrazando esa nota. El último pensamiento que tuvo, fue la oración de un poema de Huang Biyun: "El amor es tolerante y silencioso, no hace preguntas,
no te vuelve triste".
¿Qué es lo que te está haciendo el amor, He Zhishu?
Zhishu estaba muy cansado y con mucho sueño. Cuando finalmente se durmió en los brazos
de Jiang Wenxu, pudo oler la fragancia del jazmín de hace catorce años.

Los diez años en que más te ameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora