capítulo 44

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He Zhishu sacudió la cabeza.
—Doctor Ai... Realmente no quiero causarle inconvenientes. No es mi intención que descuide
su trabajo por mí.
Ai Ziyu estuvo a punto de negar también.
—No quiero decir que no me importen mis pacientes, pero de repente me dieron ganas de
tomar un buen descanso. Cuando era joven casi no tuve la oportunidad.
He Zhishu observó por la ventana.
—No quiero ser la causa del sufrimiento de los demás.
Ai Ziyu no dijo nada en ese momento. He miró a los gatos y sintió que el médico
definitivamente los criaría mejor de lo que podría hacerlo él. Odia que Ai Ziyu esté tan
dispuesto a sufrir por su causa y no quiere tratarlo mal... Pero está seguro de que no puede
evitar herir a las personas que son tan buenas con él. Ai Ziyu es muy gentil, es muy amable,
es considerado y es meticuloso hasta los huesos. Es difícil de decir, pero no tiene la fuerza
suficiente como para aceptar a una segunda persona en su vida, y no tiene intención de tratar
de ilusionarlo.
Todavía no sabe cómo es que podrá vivir sin Jiang Wenxu por el resto de sus días y, por
consiguiente, no hay una razón verdadera para retrasar el brillante futuro del doctor. Pero
parece que mientras más se niega a escuchar las palabras de amor de Ai Ziyu, más suaves
se sienten. En el pasado, cuando He Zhishu fue al hospital, habló muy poco y como resultado
obtuvo un discurso muy breve. Sin embargo, mientras más pasaba el tiempo, encuentra que
sus pláticas comenzaron a cambiar a algo mucho más animado... Igual al ambiente de ahora.
El viento frío de Beijing se transformó en el aire caliente y ligeramente húmedo del sur de
Gouzhuo.
He está tranquilo de ver que a los dos perros de Ai Ziyu les gustan mucho sus gatitos. Cuando
subieron al auto estaban tan emocionados, que sus lenguas grandes parecían moverse para
todos lados, tan rápidamente que pronto las cabezas de los cuatro gatitos estuvieron
empapadas de saliva. Los gatos se escandalizaron en un principio, pero poco a poco se
acostumbraron.
La cabeza dorada de un perro grande se desliza esta vez dentro de la brecha entre los asientos
y se lanza sin pensarlo contra He Zhishu. Parecía estar muy alegre de hacerlo y, mientras más
pasaban los segundos, más necesitado estaba de esos "besos de lengua amistosos", que solo
los humanos parecían recibir tan bien.
—A ti no te conocía —dice He Zhishu entre risas.
Ai Ziyu reaccionó más rápido que He Zhishu y empujó al segundo perro en el asiento trasero:
—¡Hey! Él es mío. No puedes besarlo así antes que yo.
El cerebro de Zhishu se derritió. Sentía que estaba a punto de gritar internamente y de modo
repentino, sus orejas se tornaron de rojo. No puede decir ni media palabra. Ai Ziyu se percató
de que He Zhishu estaba inquieto y se volvió para mirarlo mejor. Sonrió como lo hace un
hombre que está preparado para seducir a una mujer difícil en un bar.
—¿Qué? ¿Estás sonrojando?
He Zhishu volteó la cara rápidamente en dirección a la puerta. No sabía que los médicos
pudieran ser tan arrogantes y molestos. Ai Ziyu, por su parte, sonrió. No esperaba que la
gente como He Zhishu pudiera ser tan divertida. Es fácil para él ser intimidado, sonrojarse y
es tan obvio en sus acciones que ni siquiera es necesario decirle cosas elaboradas para
ponerlo nervioso.
Cuánto más lo mira, más le gusta.
✤✤✤✤✤✤
Para He Zhishu, era común tener sueño cuando estaba dentro de un auto en movimiento.
Simplemente cerró los ojos, intentando dejar de ser tan consciente de la presencia de Ai Ziyu.
Sin embargo, no esperaba quedarse dormido tan rápido. Al volver a parpadear, ya estaba
oscuro fuera, y su cabeza todavía no estaba completamente despejada. Se sentó derecho. El
hombre que estaba a su lado aún conducía y He no pudo ver su expresión con claridad debido
a la poca iluminación de los faros para neblina. Volteó la cabeza hacia atrás, los dos perros
dormían con los gatitos.
—¿Te sientes mal? Espera la próxima parada de descanso, te llevaré a caminar. —Ai Ziyu
suspiró y colocó en la bocina una pieza de piano suave que pudiera ayudar a calmarlo. He
susurró:
—Estás más cansado que yo. Estuviste conduciendo durante tanto tiempo... Tomemos un
descanso para que puedas dormir. Estaciónate en algún lugar, no te preocupes por la
distancia que falta.
Ai Ziyu sonrió.
—¿Te preocupas por mí?
—... No. —Y de nuevo ocultó la mirada—. Me preocupa que ya no puedas conducir bien y
terminemos estrellándonos.
✤✤✤✤✤✤
He Zhishu estuvo en el corazón de Jiang Wenxu todo el día, se sentía incluso un poco
doloroso. Fue a todas las juntas, firmó sus documentos y se apresuró a terminar con un par
de negociaciones que tenía pendiente... Sólo quería ir a casa y echarle un vistazo a He.
Ai Ziyu reaccionó más rápido que He Zhishu y empujó al segundo perro en el asiento trasero:
—¡Hey! Él es mío. No puedes besarlo así antes que yo.
El cerebro de Zhishu se derritió. Sentía que estaba a punto de gritar internamente y de modo
repentino, sus orejas se tornaron de rojo. No puede decir ni media palabra. Ai Ziyu se percató
de que He Zhishu estaba inquieto y se volvió para mirarlo mejor. Sonrió como lo hace un
hombre que está preparado para seducir a una mujer difícil en un bar.
—¿Qué? ¿Estás sonrojando?
He Zhishu volteó la cara rápidamente en dirección a la puerta. No sabía que los médicos
pudieran ser tan arrogantes y molestos. Ai Ziyu, por su parte, sonrió. No esperaba que la
gente como He Zhishu pudiera ser tan divertida. Es fácil para él ser intimidado, sonrojarse y
es tan obvio en sus acciones que ni siquiera es necesario decirle cosas elaboradas para
ponerlo nervioso.
Cuánto más lo mira, más le gusta.
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Para He Zhishu, era común tener sueño cuando estaba dentro de un auto en movimiento.
Simplemente cerró los ojos, intentando dejar de ser tan consciente de la presencia de Ai Ziyu.
Sin embargo, no esperaba quedarse dormido tan rápido. Al volver a parpadear, ya estaba
oscuro fuera, y su cabeza todavía no estaba completamente despejada. Se sentó derecho. El
hombre que estaba a su lado aún conducía y He no pudo ver su expresión con claridad debido
a la poca iluminación de los faros para neblina. Volteó la cabeza hacia atrás, los dos perros
dormían con los gatitos.
—¿Te sientes mal? Espera la próxima parada de descanso, te llevaré a caminar. —Ai Ziyu
suspiró y colocó en la bocina una pieza de piano suave que pudiera ayudar a calmarlo. He
susurró:
—Estás más cansado que yo. Estuviste conduciendo durante tanto tiempo... Tomemos un
descanso para que puedas dormir. Estaciónate en algún lugar, no te preocupes por la
distancia que falta.
Ai Ziyu sonrió.
—¿Te preocupas por mí?
—... No. —Y de nuevo ocultó la mirada—. Me preocupa que ya no puedas conducir bien y
terminemos estrellándonos.
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He Zhishu estuvo en el corazón de Jiang Wenxu todo el día, se sentía incluso un poco
doloroso. Fue a todas las juntas, firmó sus documentos y se apresuró a terminar con un par
de negociaciones que tenía pendiente... Sólo quería ir a casa y echarle un vistazo a He.

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