capítulo 45

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No puede haber peor partida en el mundo que cuando no puedes alcanzar a despedirte. No
haberle dado la oportunidad de una ruptura escandalosa, incluso cuando todo esté
sucediendo con calma ahora, le hace sentir la pena más grande del mundo.
En este proceso, no puede percibir nada más que el silencio infinito.
Jiang Wenxu estaba de pie en una sala de estar vacía, y no podía evitar destrozarse los dedos
con sus dientes. Su mente todavía está en un estado de caos. No puede entender por qué He
Zhishu se fue. ¿Dónde está? ¿Con quién está? Solo se queda allí y de repente se siente
impotente. Jiang Wenxu nunca ha estado solo y mucho menos puede imaginar el ser
abandonado.
Al llegar a casa después de un largo tiempo fuera, quitaba los dos tazones que He colocaba en
la mesa y le decía que dejara de actuar de una manera tan ridícula.
—Cuando no vuelva, pon un plato y ya. —Le dijo la última vez, al reclamarle el por qué no
había estado en casa durante diez días.
Pero ahora, porque He Zhishu no está detrás de él, puede comprender finalmente sus
sentimientos.
✤✤✤✤✤✤
Ai Ziyu no se tomó un descanso y cuanto más se movía hacía el sur, más cálido comenzó a
sentirse el clima. Al menos ya eran diez grados más caliente que en Beijing.
Ai Ziyu ayudó a He Zhishu a bajar cuando se detuvo en una gasolinera. Le entrega la correa
de un perro y le dice:
—¿Lo sostienes?
Zhishu no contestó, pero tomó la correa de inmediato y tuvo mucho cuidado al pasearlo. Lo
sujetó firmemente, sonriendo de una manera tan brillante que provocó a Ai Ziyu el
preguntar:
—Si te gustan tanto los perros, ¿por qué nunca criaste uno?
Ai Ziyu sonrió también, Zhishu negó con la cabeza:
—A mí... A mi familia no le gustaban.
Ai Ziyu puede imaginar lo que estaba a punto de decir, y su corazón de pronto se sintió
pesado y torpe. No importa que tanto lo deseé, no pude tocar el tema en este momento.
Al subir al automóvil de nuevo, Ai Ziyu abrió la ventanilla. Le dijo a He Zhishu que podía
quitarse el abrigo y guardarlo en la parte de atrás, pero ni con la brisa más ardiente parecía
querer hacerlo. Las tarjetas son importantes y siente que en el momento exacto en que quite
las manos de ellas, desaparecerán. He Zhishu le explicó entonces que no quería perder sus
centavos... Ai escuchó y se rio. No hubo una burla maliciosa, solo pensó que esas cosas
sonaban graciosas. Él sabe que He inclinó la cabeza para verlo.
Hay oscuridad en su pupila clara:
—¿Quieres oír qué pasó?
Ai suspiró:
—Solo si está bien para ti.
Avanzaron todavía un par de kilómetros más. El ambiente parece estar absolutamente tenso
y Ai está listo para decirle que no debe forzarse... Entonces lo escucha decir:
—Jiang Wenxu y yo estuvimos juntos durante más de una década. Estaba completamente
enamorado de él... Pero siempre supe que lo que yo podía ofrecerle, nunca sería igual a lo que
le daría una mujer. No podía darle un cuerpo suave que besar en las noches y no podía dar a
luz a sus hijos. —He palmeó suavemente la cabeza del perro, volteó a ver a el doctor—. Debí
nacer mujer en un principio... Siempre me dijeron que una relación entre dos hombres no
tenía futuro y yo... Yo no lo creí.
Ai niega con la cabeza:
—Incluso si la homosexualidad no es aceptada por la gente común... Es amor. Estoy
sorprendido por como enfrentaste siempre los ojos del mundo.
El médico no dijo nada más, pero eso no significa que no lo entienda. Ai Ziyu puede
realmente tener pensamientos serios siempre que se trata de sí mismo, pero cuando está con
él tiene la ilusión de que su cerebro está demasiado lleno. Ai Ziyu se arrepiente de ser así. No
es tan bueno escuchando como posiblemente piensa He Zhishu que lo es. Él es simplemente
estúpido y su coeficiente intelectual está cayendo frente a su persona favorita.
No quiere pensar en que He fue tocado por alguien más, no quiere estar celoso, pero ya le
parece algo imposible de lograr. Ai Ziyu escuchó solamente un párrafo de su vida. ¿Cómo
podría estar satisfecho con eso? Él preferiría tener una idea más clara de todo lo que ha
vivido para poder moverse con mayor libertad. ¿No es eso un poco egoísta?
Para el enamoramiento de He Zhishu hay una historia de diez años en los que aparentemente
no pudo controlarse. Él es bueno, es puro y de seguro era el más obsesionado y enamorado.
Es decir, ese hombre era el amor de su vida.
Y su felicidad no duró toda la vida, sino un par de meses.
—Lo siento. —La boca de Ai Ziyu está toda seca. Parece avergonzado—. Por lo que te pasó.
He sonríe.
—No hay nada que lamentar. No fue culpa tuya.
Pero de igual manera, Ai Ziyu no logra calmar su enojo... No puede comprender cómo una
persona que se ríe y se sonroja hasta el lóbulo de sus orejas pudo ser tratada tan vilmente.
¿Cómo pudo haber vivido tanto frío?
Esta es la consecuencia de abrir la puerta de su alma a la persona equivocada. La herida está
supurando.

Los diez años en que más te ameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora