capítulo 51

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Ai Ziyu, es muy bueno con He Zhishu. Mucho más afectuoso que Jiang Wenxu. Tampoco
tiene problemas en mostrar su afecto y su infinito amor.
Le regaló a He Zhishu unas luces de bengala para que pudiera jugar en el jardín y le llevó a
comprar materiales para los gatos. Compró palas y rastrillos y comenzaron a rascar pequeños
surcos en la tierra para plantar semillas... Porque He Zhishu quería tener unos rosales frente
a su ventana. Sumado a ello, está el hecho de que Ai Ziyu logró convencerlo para que lo
dejara ocupar la otra mitad de su cama. Aunque la colcha y las almohadas aún se quedaban
de su lado, es absolutamente obvio que la brecha entre los dos cada vez va volviéndose más
pequeña.
Ai Ziyu empujó suavemente la puerta para abrirla. El dormitorio tenía un pequeño grupo de
cálidas luces de noche color naranja. Se acercó, He Zhishu estaba recostado sobre la cama
leyendo un libro.
—¿Qué estás viendo?
Ai Ziyu se sentó a un lado en el colchón y giró su cabeza hacía He Zhishu. He Zhishu sonrió y
pasó la página del libro sin devolverle la mirada:
—Se llama: Los seis capítulos de la vida, de Shen Fu.
Ai Ziyu se inclinó más hacía He Zhishu y apoyó la cabeza en su suave hombro. Carraspea la
garganta antes de decir:
—Tuve una pesadilla anoche.
—No me sorprende que te despertaras entonces... Estabas sollozando en tus sueños.
Ai Ziyu se quejó:
—¿Llorar me vuelve menos profesional?
No quería decirle que en realidad soñaba con He Zhishu, caminando lejos de él por un campo
lleno de jazmines. Observó que, mientras más intentaba alcanzarlo, más lejos había llegado...
Y finalmente se convirtió en una nube y subió al cielo. He Zhishu cerró la tapa de su libro,
volteó el cuerpo y dijo:
—Los sueños nos muestran lo contrario a la realidad.
Ai Ziyu se alejó un poco, elevando los hombros:

—¿Sabes? He tenido contacto con algunos de mis viejos compañeros de Shanghái. Parece que
la medicina allí avanza mucho más rápido que en otras provincias.
He sabe que Ai Ziyu ha cambiado abruptamente de tema, pero quiere creer que solo lo hace
porque está avergonzado de mostrarle que a veces, también tiene miedo. El tono de He
Zhishu es frío al contestar:
—No quiero que intentemos más cosas para salvarme.
Ai Ziyu se quedó congelado, y miró fijamente los ojos de He Zhishu.
—¡No puedes quedarte aquí sin hacer nada!
—Eres médico. Si un paciente no tiene cura, ¿qué es lo que le dices? ¿Continúas dándole un
tratamiento que ya no funciona o respetas su última voluntad mientras todavía piensa
correctamente?
He Zhishu, ladeó la cabeza. Se niega a mirar a Ai Ziyu siempre que comienza a actuar así.
—No es seguro que no te puedas curar...
El corazón de Ai Ziyu duele, e incluso las palabras que quiere lanzarle no están claras dentro
de su mente. He Zhishu extiende los dedos y frota con suavidad la cara de Ai Ziyu. Sus ojos
son amables:
—Si realmente me amas, no me obligues. La quimioterapia es muy dolorosa, las drogas son
corrosivas... Ai... ¡Los brazos me empiezan a picar! Ai, me duele... La aspiración de médula
ósea también me lastimó, la hemodiálisis me lastimó. ¿Realmente quieres hacer de mis
últimos días una tortura antes de morir en el hospital?
Ai Ziyu entiende que sus sentimientos son mucho más profundos que sus palabras. Su
lenguaje es desgarrador, es terrible... Nunca podrá saber realmente cuánto dolor tuvo que
aguantar, y eso es algo que lo seguirá toda su vida.
—... Y, ¿cómo me voy a curar yo de ti?
Ai Ziyu apretó los dientes y negó con la cabeza. Estaba soportando las lágrimas, intentaba
controlar los temblores de su voz.
—Hey... Cuando fuimos a la montaña, cuando los dos perros me acompañaron a caminar en
el lago del Oeste, cuando el gatito estaba roncando en mi regazo, no me sentí mal para nada.
—Los brazos de He Zhishu rodearon fuertemente a Ai Ziyu—. Cuando yo no esté, solo tienes
que recordar que mientras estuve aquí contigo... Ya no lloré ni un solo día.
—No...
Ai Ziyu se derrumbó en un terrible mar de lágrimas, pero He siguió hablando.
—¿Puedes obligarme a ir al hospital? ¿Puedes obligarme a recibir quimioterapia? ¿Puedes
obligarme a tomar medicamentos? ¿Puedes quedarte durante la noche verificando que no me
saque el tubo de la boca cuando esté convulsionando? ¿Vas a vigilarme para que no muera?
Las palabras que He Zhishu puede escupir, son hirientes y más crueles que cualquier otra
cosa que haya podido experimentar en su vida. Lo sostiene con ambas manos y grita:
—¡Te amo!
Ai Ziyu enterró su cabeza en la clavícula de He Zhishu.
Un líquido caliente le arde en la piel del cuello, le hace doler su propio corazón.
—Si hay una próxima vida, quisiera reencarnar como mujer. Entonces, solo tendría que
esperar por ti —comenzó a jurar Zhishu.
Ai Ziyu no levanta la vista y los pequeños espasmos de su cuerpo le hacen jadear de una
manera absolutamente débil:
—Quiero amarte como un hombre.
Zhishu suspiró:
—Dos hombres juntos, es demasiado complicado.
Ai Ziyu acomoda gentilmente a He Zhishu contra su pecho y se acuesta en la cama:
—Entonces, te haré mi esposa en la próxima vida. Y te llenaré de hijos y de besos por las
mañanas...
Apagó las luces, cerró los ojos y dejó que sus lágrimas fluyeran. Su corazón estaba claramente
perdido.
✤✤✤✤✤✤
He Zhishu y Ai Ziyu se quedaron abrazados en la noche. Al día siguiente, Ai Ziyu comenzó
con su rutina desde muy temprano. Miró el rostro delgado de He Zhishu durmiendo
profundamente sobre la cama... Su corazón estaba tan destrozado que huyó
apresuradamente y comenzó a llorar una vez que estuvo ya muy lejos de él.
Por primera vez en su vida, siente que es incompetente.
Ai Ziyu se sentó en la sala de estar. No sabía para que dirección le corrían los pensamientos y
sus memorias, como si quisieran jugarle en contra, le hicieron ver la sonrisa de He Zhishu en
los últimos días. Ai Ziyu agachó la cabeza, se abrazó como si estuviera experimentando un
terrible frío, y pronto se sintió más angustiado que antes.
De repente se oyó un ruido en la puerta. Había palabras de impaciencia y unas cuantas
maldiciones provenientes del otro lado. Ai Ziyu se levantó y fue a abrirla... Solo para ver a Ai
Ziqian, parado en el marco como si quisiera matarle.
Ai Ziqian viste un traje negro de corte fino, y el cabello se lo peina meticulosamente hacia
atrás utilizando laca. Las gafas planas con el fino marco de alambre dorado en la curva de su
nariz reflejan la luz fría de la mañana. Los delgados labios del hombre estaban curvados con
ligereza en un gesto de ira total que se desató completamente cuando Ai Ziyu dijo:
—¿Hermano? ¿Qué haces aquí? Me hubieras llamado para que fuera por ti...
Allí fue cuando Ziqian le asentó una bofetada.
—¿Eres imbécil?
Ai Ziqian parece estar incómodo. Cuando lastima a su hermano, la persona que más quiere
sobre el mundo, siempre comienza a actuar como si estuviera arrepentido de inmediato. Está
enojado y las líneas que se marcan en su frente le hacen parecerse demasiado a Ai Ziyu y a su
padre. Luego, caminó al interior de la casa y cerró la puerta de un fuerte azotón.
Ai Ziyu se quedó atónito, pero no parece estar dispuesto a enojarse con él. Mucho menos
quiere pelear:
—Hermano, ¿qué pasa?
—¿A quién demonios dijiste que te llevaste hace unos días?
Ai Ziyu no entiende lo que está mal. Su hermano sabe lo que hizo porque se lo contó
detalladamente durante una cena... Siempre lo ha estado protegido, siempre parece estar
dispuesto a apoyarle entonces, ¿por qué no quiere hacerlo ahora?
—Me lo llevé porque quería ayudarlo... Está conmigo porque lo amo.
—¿Debo alabarte? ¡Felicidades! ¡Eres todo un santo! ¡Mi empresa se está viniendo abajo, por
todos los cielos! No te puedo encontrar, no contestas el celular. ¡Ese maldito hombre me está
mordiendo como si fuera un perro rabioso! ¡¿Sabes cuánto dinero perdí en estos días por tu
estúpido juego de Romeo?!
Ai Ziyu finalmente terminó enojándose:
—Maldición. Dijiste una vez que Jiang Wenxu está buscando todo el tiempo amantes para
jugar, ¿no?
—¿Eso qué demonios tiene que ver?
—¡Creo que estás enojado porque tú estás más metido en esto de lo que quieres aceptar!
El carácter de Ai Ziqian es más fuerte que el de Ai Ziyu, y la voz que emite de pronto, tan
grave y tan molesta, le provoca retroceder:
—¿Qué dices? ¿Qué crees que yo...? ¿Cuánto tiempo piensas que trabajé para él? Conocí a su
padre, a su jefe. ¡Dios! ¡Acaso eres imbécil! ¡Tú! ¡Enorme pedazo de...!
Ai Ziyu frunció el ceño y colocó una mano frente a él:
—Cállate. Si He escucha un sonido tan fuerte, se despertará.
Ai Ziqian se burló:
—Si vas enserio con todo este asunto homosexual, ¿por qué no encuentras a otro hombre con
el que puedas dormir? No es como si fuera difícil para ti, ¿verdad? Honestamente, si este
chico estuvo envuelto con Jiang Wenxu, entonces debe ser un cualquiera.
Los ojos de Ai Ziyu se abrieron de golpe, y le dio un puñetazo sin previo aviso.

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