capítulo 55

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El tiempo pasó rápidamente, y en un abrir y cerrar de ojos, estaban ya a mitad de enero.
He Zhishu está un poco mejor, sale a caminar, pero no va demasiado lejos. En el pasado,
cuando tenía mala salud, se envolvía en una gruesa manta de cachemir y leía largamente,
sentado en la silla que tenía forma de nido. Ahora, He entiende que no debe mirar la
televisión porque es fácil marearse y luego siente la cabeza adolorida. No se encuentra
cómodo leyendo por su cuenta y, a menudo, duerme a mitad de la tarde.
Lo que más teme Ai Ziyu ahora, es ver a He Zhishu dormir.
Cada vez que lo encuentra tendido en el colchón, un sudor frío le recorre por completo el
cuerpo... Tiene miedo de que algún día esta persona duerma tan tranquilamente que ya no
esté dispuesto a despertar.
✤✤✤✤✤✤
Zhishu descubrió un día, que el doctor tenía un alma puramente artística. El hombre a
menudo escribe y pinta en un lugar cercano a él, con un enfoque encantador y acuarelas
brillantes. En este día, Ai Ziyu finalmente levantó la cabeza de su oleo tras darle unos últimos
toques, se relajó bajo el cálido sol de la tarde y preguntó:
—Tu cumpleaños será pronto, ¿verdad?
He se inclinó un poco hacia adelante. A excepción de las personas en el trabajo de Jiang
Wenxu, nadie más tenía idea sobre eso:
—¿Cómo lo sabes?
Ai Ziyu sonrió y dijo:
—En el pasado respondiste un formulario médico. Tenías que llenar una casilla con la fecha
de tu nacimiento... Y yo la memoricé.
He Zhishu no se siente particularmente incómodo por eso y está dispuesto a hablar con el
médico por más tiempo del que lo ha hecho en otros días:
—Bien. Ahora dime, ¿qué estás pintando?
—No te lo voy a decir.
He Zhishu tenía mucha curiosidad:
—Entonces, ¿me llamaste y también a los perros nada más para que no te sintieras solo?

—Así es... —El corazón de Ai Ziyu está más cálido que el Lago del Oeste cuando He Zhishu
está junto a él... Pero obviamente, esa no fue la razón principal—. Cuando estás mejor, los
perros también se sienten más animados y corren un montón.
El sistema inmune de He Zhishu ya es muy débil. Aunque los animales están entusiasmados
y le llevan constantemente ramas a los pies, Ai Ziyu no está tranquilo. Sin embargo, ¿cuál es
la otra opción? ¿Dejarlo encerrado? Ai Ziyu niega con la cabeza para quitar esas ideas
destructivas de su mente y, después de pensar por un momento, se apresuró y dijo:
—¿Te gustaría que comprara juguetes para los perros y para los gatitos también?
Zhishu sonrió con alegría:
—¡Sí! Quiero que les traigas unos de esos muñecos hechos con calcetines. Trae muchos,
porque no quiero que se peleen por ellos después.
Ai se inclinó hacia He Zhishu y le elevó la barbilla con los dedos.
—Lo haré si me das un beso.
He se quedó en blanco por un momento, pero logró contestar:
—No me molestaría hacerlo.
Esa pequeña oración cortó el autocontrol de Ai Ziyu justo a la mitad, no lo pensó de nuevo y
se inclinó rápidamente para besar la mejilla de He Zhishu.
Los ojos de He Zhishu se cerraron... Y suspiró.
✤✤✤✤✤✤
Gracias a la eficacia de Ai Ziyu, las cosas hechas con calcetines llegaron pronto.
Después de eso, la relación entre los dos parece estarse desenvolviendo mucho mejor que
antes. Ai Ziyu ya no tiene vergüenza en mostrar de una manera más descarada sus
sentimientos. Al principio, se sentó con un libro al lado de He Zhishu y leyó un par de
capítulos en voz alta. Cuando He Zhishu no pudo seguir prestándole atención y cerró los ojos,
Ai Ziyu sacó entonces sus poemas. Poemas de amor extranjeros, persistentes y cálidos. Los
leyó desde el principio, sin hacer pausas. Los leyó en inglés americano y en inglés británico
también. Finalmente, se los susurró en francés junto al oído.
He Zhishu no tiene un corazón duro. Además, cuando es más necesario estar acompañado,
no puede resistirse al profundo calor que le ofrece Ai Ziyu.
Jiang Wenxu y Ai Ziyu, no son lo mismo. A Jiang Wenxu le interesaba amar al joven de
diecisiete años de edad que conoció en la escuela secundaria. Ai Ziyu ama al hombre que
tiene una enfermedad terminal.
Pero ambos casos, son un asco.
✤✤✤✤✤✤
El clima en Beijing es muy malo. Hay pocos días soleados y muchas semanas destinadas al
viento y a la nieve. Este es el invierno más frío y más largo que Jiang Wenxu haya visto, y trae
consigo el recuerdo de una pálida desesperación. Acostado en la cama por la noche, solo
queda una persona en su mente...
Recientemente, su adicción al cigarrillo ha sido mucho mayor. Ya sea en casa o en la
empresa, el cenicero sobre la mesa tiene siempre una capa muy gruesa de colillas. Más tarde,
Jiang Wenxu también bebe y se emborracha a propósito en su casa. Si pudiera estar ebrio
todo el tiempo, pasaría las noches sin preocupación. Sin temor a despertar en medio de la
madrugada, y su soledad seguramente disminuiría.
Jiang Wenxu tiene pesadillas recurrentes. El sueño del primer día será siempre el mismo que
el del segundo día. Sueña a menudo con He Zhishu, solo en su casa. Tiene una pijama blanca
y camina una y otra vez en la gran sala. Nunca mira en su dirección, sus pasos son lentos y las
puertas de los dormitorios se abren una por una cada vez que va avanzando. Ese día, sin
embargo, el sueño de Jiang Wenxu tenía una voz, y He Zhishu se quedaba todo el tiempo tras
una puerta. Finalmente, cayó exhausto en el suelo, con lágrimas sobre sus mejillas que
formaban un charco. Con la voz rota le dice:
—Jiang Ge... No puedo encontrarte. Regresa...
El llanto se hizo más y más profundo. Más tarde, Jiang Wenxu notó que las lágrimas en el
suelo se convirtieron con lentitud en sangre y, finalmente, el He del sueño levantó la vista con
su cara pálida y su boca escurriendo de sangre también...
—Jiang Ge...
Jiang Wenxu se despertó, y ya no se atrevió dormir.
—Me equivoqué... —El corazón de Jiang Wenxu se desgarró de dolor. Se sostuvo el pecho y
sin darse cuenta, sujetó también su estómago—. Me equivoqué... He, mi pequeño He... Yo
nunca volveré a... Estoy equivocado... ¡Estoy equivocado He...!
Al principio, Jiang Wenxu pensó que su angustia era la causante del inmenso dolor que le
irradiaba hasta el abdomen, pero más tarde colapsó en la empresa y Jiang Wenxu fue
trasladado al hospital para ser examinado.
El corazón de Jiang Wenxu, realmente tiene un problema. Uno médico. El dolor es abrazador
y los labios de Jiang Wenxu se tornan entonces azules...
Quiere, enserio quiere ver a He.

Los diez años en que más te ameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora