capítulo 63

1.4K 155 3
                                    

El aliento de Ai Ziyu recuperó su flujo normal cuando observó su figura delgada y erguida
ligeramente escondida detrás de la pesada cortina de la sala de estar. No hay movimiento en
absoluto.
Ai Ziyu suspiró y caminó suavemente hacia He Zhishu:
—... ¿Todavía quieres comer espinacas?
Zhishu se dio vuelta lentamente, había demasiadas emociones en sus ojos que no podían ser
controladas. Ai Ziyu no puede entender lo que pasa —o no quería entenderlo—. Sacudió la
cabeza, extendió la mano y agarró la muñeca de He Zhishu:
—Vamos a la cama.
He se sorprendió, pero luego sonrió, su expresión era suave.
—Acabas de hablarme de comida. ¿Por qué quieres que volvamos a la habitación?
Ai Ziyu soltó la mano de He Zhishu. Bajó la cabeza y apretó los labios. Cuando finalmente
habló, su voz se volvió borrosa. Quebrada por las lágrimas que estaba soportando:
—Sé que sabes que está pasando... ¿Quieres verlo?
Ai Ziyu sabe que He Zhishu ama a Jiang Wenxu, y también sabe que si va y lo observa al
menos por un segundo... Puede que no vuelva con él otra vez. Sin embargo, todavía respeta
las decisiones de He Zhishu. Como lo ama, no puede soportar que sea infeliz.
He Zhishu parece estar muy sorprendido y pregunta:
—¿Por qué debería verlo?
Ahora recuerda claramente el día en que decidió irse. Observó la cabeza de Jiang Wenxu
desde el piso de arriba. Solo quería mirar su cara, pero el hombre no volteó ni una sola vez.
Ya que Jiang Wenxu no le permitió hacerlo, él no dejaría que Jiang Wenxu lo viera, ni
siquiera ahora. Algunas cosas ya no pueden arreglarse, algunas cosas estaban ya
suficientemente destrozadas... No se puede esperar que un vaso de agua esté caliente
cuando lo dejaste por años en el congelador.
He Zhishu también sentía que Jiang Wenxu y él mismo estaban muy avergonzados, se habían
humillado demasiado. ¿Por qué hacerlo todavía más?
Zhishu se giró y golpeó las pesadas cortinas opacas:
—Me siento mal, voy dormir un rato... Pero no lo ignores, o se va a quedar allí por mucho
tiempo más. No es de los que se cansa rápido.
Ai Ziyu abrió la boca y no pudo decir nada. Miró a He Zhishu lentamente, y notó que parecía
no tener ningún apego a todo lo que había dejado detrás de él. No podía decir si se sentía
afortunado o estaba decepcionado. Ai Ziyu teme que He Zhishu se vaya, pero aún más que
eso, está triste de ver como He Zhishu no tiene rastro alguno de nostalgia por este mundo.
Jiang Wenxu y él, finalmente tienen una de las cosas más grandes en común: No pueden
dejar de amar a He Zhishu pese a que no hay esperanza.Verdadero o falso, si es dolor o
cariño, no hay gran diferencia.
✤✤✤✤✤✤
Jiang Wenxu todavía se encuentra afuera de la puerta. Sus dedos están temblando y el
medicamento se derrama por el pasto cuando intenta meterlo en su boca. No importa si tiene
que esperar demasiado. No importa que su corazón duela, lo necesita. Lo desea tanto...
Los pensamientos de Jiang Wenxu se van haciendo un poco confusos. La imagen que se
muestra frente a él es la de un joven junto a un jazmín. El siguiente cuadro, sin embargo, es
una escena violenta de sexo en la cama del departamento.
—Zhishu, no me dejes. No me dejes, no me dejes. —Los ojos de Jiang Wenxu son rojizos
ahora—. No te vayas a donde no pueda seguirte.
En el 2003, Jiang Wenxu arrastró a He Zhishu hacía el área de cuarentena. En el medio de la
noche, sostenía su cabeza, lo abrazaba y lloraba diciendo:
—No vayas demasiado lejos, no vayas a donde no pueda seguirte... Si te pasa algo, ¿cómo
podría vivir?
Mientras tanto, He está sentado en el borde de la cama. Su mente estaba perdida en la
cintura recta de Jiang Wenxu, en el hombre cayendo de rodillas junto a la cerca metálica...
No podía esperar a que se fuera a la casa y se quedara solo en un sillón, no podía esperar por
verle llorar mientras leía los viejos sentimientos que tenía ocultos en sus poemas. Lo quería
retorciéndose. Lo quería llorando.
Lo quería...
Las lágrimas le surcaron las mejillas. A veces, la decepción es absolutamente desgarradora.

Los diez años en que más te ameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora