Lord Amor [Harrymort]

Suave(mente).

Voldemort se despertó apenas sentir el leve movimiento a su lado. No se molestó en abrir los ojos y luego todo estaba quieto nuevamente, creyendo que su chico en realidad se había movido entre sueños. Comenzó a ocluir para volver a dormir cuando lo sintió moverse de nuevo, pero esta vez, una mano lo tocó en su mejilla con delicadeza. Evitó fruncir el ceño y obligó a su cuerpo quedarse flojo ante las manos del Hufflepuff a su lado.

Una pequeña risita sonó, lo suficientemente bajo como para dejarle en claro a Voldemort que su chico creía que estaba dormido y no quisiera despertarlo. Quería fruncir el ceño ante el tonto pensamiento, pero dejó a su chico creer lo que quisiera, levemente curioso de lo que haría. 

Los dedos en su mejilla comenzaron a moverse tentativamente de un lado al otro, casi desapercibidamente, y cuando Voldemort no hizo ningún movimiento externo, su chico comenzó a mover sus dedos, alejando la palma. Los dedos de su chico recorrieron todo su rostro con suavidad, acariciando sus labios y peinando sus cejas con cuidado; trazaron su mandíbula e ignoraron deliberadamente su cuello para luego sentir la mano apoyada contra su pecho, sobre la camiseta y el pequeño dije del collar debajo.

Unos labios húmedos se asentaron en su mejilla unos segundos y luego comenzaron a moverse por todo su rostro, hasta terminar en sus labios. Voldemort trató, realmente trató, pero se vio incapaz de ignorar los labios de su chico y comenzó a profundizar el beso, antes de que su chico se alejara, riendo bajo. Voldemort abrió los ojos, automáticamente topándose con los ojos verdes y brillantes que lo miraban con sentimientos que lograban hacer que su estómago se retorciera con satisfacción, dejándolo incómodo.

—Sabía que estabas despierto— susurró su chico con una sonrisa tirando de sus labios. Voldemort le frunció el ceño y pasó sus manos por la espalda del adolescente, atrayéndolo más hacia él, casi colocándolo encima suyo.

El Lord lanzó un tempus en silencio y frunció el ceño cuando vio la hora, más molesto porque tendría que levantarse en menos de veinte minutos que por descubrir que eran las cinco y cuarenta y cuatro de la mañana. Su chico restregó la mejilla en su pecho y se escuchó a sí mismo suspirar.

—¿Algo interesante hoy?— se escuchó preguntar, a pesar de que se decía a sí mismo que no le interesaba para nada la vida en Hogwarts de su chico.

—Partido Hufflepuff contra Ravenclaw— Harry le sonrió—. ¿Irás a verme ganar?

—Claro, como si no tuviera nada que hacer más que ver un montón de niños en escobas- la ironía palpable en su voz logró hacer reír a su chico.

Sin embargo, casi entrada la noche, Lucius Malfoy se encontraba informando de algunos tratados en Francia al Lord, en las gradas de los profesores en el campo de Quidditch de Hogwarts, donde el Lord ignoraba la pequeña sonrisa divertida que Severus le estaba dando a su lado y mantenía los ojos puestos en su chico, quien iba detrás de una pequeña bola dorada, moviéndose con una velocidad impactante.