1. Atrapados

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[SEGUNDA PARTE DE "PERFECTA CASUALIDAD". LEER LA PRIMERA PARTE ANTES. GRACIAS]
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No sabía nada de Hordak ni de Imp desde hace más de 48 horas.

La habían confinado nuevamente al encierro en una celda un poco más asegurada que la anterior. Sus horas pasaban lentas y la tortura en su mente era eterna.

Aterrada era poco en comparación a cómo se sentía. La incertidumbre de no saber de sus amigos, el nudo en su pecho por no haberse reunido con Escorpia y los pensamientos tortuosos de haberse entregado al enemigo la comían viva.

Pero tenía una pista.

Había escuchado a los guardias hablar acerca de los rondines nocturnos que daban fuera de la nave, así que calculó más o menos a qué hora la nave tendría las defensas bajas para intentar escapar.

Una vez llegó el momento, Entrapta sacó de sus bolsillos algunas pequeñas herramientas que cargaba consigo y empezó a desarmar el sistema de seguridad de su celda. Le tomó tiempo, pero una vez lo consiguió, lo primero que hizo fue correr a los ductos de ventilación. Era una experta fugándose por estos, pero huir no era opción todavía, primero debería encontrar a Hordak y al pequeño.

La nave era inmensa. Muchas veces se perdió, y sin ningún plano a la mano para saber la anatomía de la misma, su búsqueda parecía eterna.

Antes de darse por vencida escuchó un chillido.

"Ese es..."

—¡Chester!

Al parecer, el pequeño la había olfateado cerca y se puso a llamarla con desesperación.

—Chester, ¿me escuchas? No te calles, sigue hablándome.

Este siguió hablándole y finalmente pudo dar con él. Un gran alivio invadió su ser cuando se dio cuenta que el clon también estaba con el pequeño.

Permanecían encerrados en una pequeña habitación un poco oscura y bastante alejada del área de celdas. Hordak estaba sentado sobre una camilla. Se veía desganado, cansado, triste.

Él alzó la mirada, viendo el ducto de ventilación que estaba sobre su cabeza al escuchar ruido. Se puso de pie, poniéndose en guardia, pero en cuanto la rejilla se abrió y vio a su amada salir de la misma, sus ojos rojos se abrieron de la impresión.

—¿¡Entrapta!?

—¡¡Hordak!!

Sin pensarlo dos veces, la joven se lanzó a los brazos del hordiano, haciéndolos caer al suelo mientras ella sollozaba con miedo, abrazándolo como si la vida se le fuera en ello. Imp también se les unió, soltando unas lagrimitas mientras los abrazaba.

—Pensé que los había perdido. Estaba muy asustada...

—¿Pero qué pasó? ¿Cómo llegaste aqui? —Preguntó con dudas en la cabeza.

Ella se separó un poco para verlo a los ojos.

—Y-Yo... ¿No te lo dijo Chester?

—¿Decirme qué?

Entrapta miró a la gárgola y luego a su amado.

—Detalles. No importa —dijo ella, restándole importancia mientras se quitaba sus guantes para limpiarse las lágrimas y los guardó en su pantalón—. Tenemos que irnos ya, Hordak. Los hordianos están en sus rondines nocturnos, podemos escapa...

La belleza del caos || Entrapdak || Fanfic She-RaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora