Life Chance

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Una noche lluviosa, así como en los cuentos infantiles, una mujer un poco mareada y con los ojos levemente hinchados por el llanto de horas atrás, caminaba sin importarle si su ropa se empapaba o cogía un resfriado. Entre sus brazos cargaba dos pequeños y tiernos bebés, una niña y un niño donde uno de ellos chupaba muy alegremente su dedo pulgar mientras que el otro admiraba las facciones de la mujer

La señora llega hasta las puertas de un orfanato y con mucho cuidado deja a los dos nenes en el suelo que se encontraba levemente húmedo, el frío hizo gimotear a la niña quien dejó de lado su dedo pulgar para estirar sus bracitos tratando de sujetar algo, el llanto no se hizo esperar y la nena ya se encontraba con algunas lágrimas resbalando por sus regordetas mejillas.

Mientras tanto el niño seguía callado mirando con curiosidad la mirada de tristeza, preocupación y dolor de la pobre madre. Desvía por un momento su mirada para ver a su hermanita, junta su manito con la de ella e inmediatamente la pequeña dejo de llorar.

- perdón... -murmura la madre dejando salir algunas lágrimas, le dolía separarse de sus pequeños pero no tenía opción, después de recibir el rechazo de su familia y de la persona que dijo que la amaba pues la depresión se hizo presente, dolía demasiado pero era lo mejor, los amaba demasiado como para arrastrarlos a una vida sin alegría.

Deja encima de la manta que protegía a los bebés, una nota donde estaba escrito los nombres de los dos pequeños junto a una breve disculpa

Dio dos toques a esa puerta de madera antes de irse del lugar sin mirar atrás, no podía seguir llamándose madre al hacer tal cosa, la culpa la carcomería hasta el día de su último aliento.

Quién diría que después de unos meses la madre sería encontrada en la cama de su pequeño apartamento, con muestras que se había medicado muchas pastillas y es que el dolor de una madre era tan grande que no se puede cargar con ese peso sola. Por otro lado los pequeños nenes que fueron acogidos por las personas del orfanato, eran bien cuidados con los recursos necesarios que necesitaban.

Los años pasaron y ese par de hermanos fueron creciendo correctamente, la pequeña niña era muy imperativa corriendo y saltando por todos lados mientras que el niño era más reservado y tranquilo, las señoras del orfanato vieron lo unidos que eran ese par por lo que en cada adopción pedían que adopten a ambos para así no romper ese lazo que se hacía más fuerte con los años.

Pero yoongi tenía planes diferentes, él podía notar la ilusión de su hermana de ser adoptada de una vez pero cada vez que se acercaba una pareja solo pedían un niño entonces rápidamente la adopción era denegada. Rechazo tras rechazo fuero esos años hasta que yoonji se encariño demasiado con una pareja, Yoongi no permitiría que la adopción sea denegada.

- ¿Qué estás tratando de decirme yoongi? ¿Ya no quieres que esté a tu lado? - yoonji forma un puchero en sus labios mirando a su hermano-

- no pienses eso, quiero lo mejor para ti y se lo mucho que quieres ser parte de una familia, sabes muy bien que es difícil que nos adopten a los dos. -

- pero... ¡No es justo! No quiero una familia si tú no estás en ella -comienza a llorar dándole golpes en el pecho a su hermano-

- no seas tonta, siempre seremos familia... ¡No llores! -yoongi también empieza a llorar, haciendo una mueca arrugando su nariz y es que a su corta edad de 7 años era muy inteligente-

Pasaron los minutos donde los hermanos seguía llorando mientras se abrazaban, es que en algo tenía razón yoongi, no importa que tan lejos estés de un ser querido seguirán siendo familia.

A los días siguientes yoonji ya había guardado sus cosas en una maleta color rosa, le había entregado a su hermano un número telefónico de la casa de sus nuevos padres por el cual se comunicarían y contarían todas las cosas. Ya había llegado el día de la partida de yoonji y yoongi saco fuerzas para no llorar en la despedida y decirle tonta a su hermana que en ese momento ella sí se encontraba llorando a por montones.

Al año las cosas para yoongi no fueron tan mal que digamos, fue adoptado por una hermosa pareja que le quería brindar mucho amor, el lugar donde sería su nuevo hogar quedaba un poco lejos de donde estaba viviendo su hermana pero no importaba mucho ya que era una hora en bus y valía la pena. Claro estaba que sus padres adoptivos sabían de la existencia de su hermana y viceversa, no había ningún problema que ellos se visiten algunos fines de semanas o pasen cortos tiempos en algún lugar para divertirse.

El tiempo seguía corriendo y los dos hermanos continuaban comunicándose, pero las cosas no iban tan bien en la vida de uno... Yoonji no quería preocupar a su hermano mayor y tampoco a sus padres, no quería contar lo que estaba pasando en su escuela, el abuso que estaba sufriendo por una compañera recién llegada. Ya venía aguantando varios meses todo tipo de maltratos tanto psicológicos como físicos, ya no sabía cómo ocultar aquellos moretones en su rostro o algunos dolores en su cuerpo.

Quería tirar la toalla por así decirlo pero justo cuando estaba a punto de hacer una locura, su hermano la llama, ella duda en responder pero al final respondé.

- estoy para ti ¿No entiendes eso? -

Como un abrazo cálido esas palabras la hicieron entrar en razón, en medio de lágrimas le explicaba a su hermano todo lo que estaba pasando, como se estaba sintiendo y los miles de pensamientos que llenaban su cabeza. Sentía que estaba sacando un peso de encima y es que esa misma noche pudo dormir tranquila, su corazón había expresado todo el dolor que estaba sintiendo.

A los tres días yoongi se despide de su familia con la escusa de pasar unas vacaciones junto a su hermana, lo cual no era del todo mentira y es que tenía algo planeado para poder ayudar a su hermana, una idea descabellada la verdad pero él haría cualquier cosa por el bienestar de su hermana, hasta usar una estúpida falda.

Sus padres juntos los de su hermana había comprado un apartamento un poco alejado de la ciudad para que los hermanos puedan pasarla ahí en las pequeñas vacaciones que tenían y justo ahí se dirijan ambos hermanos

Los padres de yoonji no sabían de nada sobre el viaje que estaba haciendo pero era mejor, el plan era así según le había dicho su hermano. Esa tarde faltó a clases para ir donde yoongi y a pesar de que estaba nerviosa también le entraba el sentimiento de curiosidad por saber que era lo que estaba planeando su hermano

En la cabeza de yoongi todo estaba calculado y sí, tenía algunos obstáculos en sus planes pero había una pequeña posibilidad que se presentasen por lo que estaba arriesgando a recibir un gran regaño por los padres de yoonji y claro también de los suyos.

Su hermana ya había llegado al departamento y a él le faltaban unos minutos para llegar. Yoonji deja su mochila en el sofá mientras se dirije a la cocina para preparar algo de comer, siempre había un encargado de cuidar ese apartamento para que cuando los hermanos estén pues tengan a su disposición comida en la nevera. Yoonji sacá una cajita de leche y  busca algunas galletas para acompañar.

Al salir de la cocina escucha la puerta principal ser abierta y en eso ve entrar a su hermano, no había cambiado mucho la última vez que lo vio que fueron meses atrás justo cuando toda su vida se vio atrapada dentro de una nube gris.

Yoongi quien dejó caer su maleta a sus pies mira con atención a su hermana que estaba al frente suyo con una caja de leche y algunas galletas en su mano, lo que le llama la atención no es esa sonrisa cálida en sus labios sino ese pequeño hematoma en el pómulo de su mejilla izquierda. A pesar de todo lo que había pasado aún podía regalarle esa sonrisa típica de ella con un toque de picardía, era su hermana algo especial.

- hay que empezar con el plan hermanita.

Una sonrisa también se forma en los labios de yoongi y es que tras todo esto tenía el presentimiento que se iba a divertir en vengarse de las basuras que pusieron una nube gris en la vida de su hermana, se arrepentirán de todo.





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