Me llamo Ismael Sosa Lopez tengo 19 años soy el tercer hijo de un gran matrimonio , soy un chico de tez blanca y un altura de 1.70 metros actualmente estudio en el Colegio De Ciencias Y Humanidades Plantel Norte .Mi novia tiene 18 años y estudia en una escuela preparatoria en el Estado de México sin importar la distancia de 66 km nos queremos y nos amamos sin límites y planeamos casarnos al término de la universidad, la distancia es un factor muy importante en nuestra relación ya que no nos vemos muy seguido solo dos veces por mes , lo cual nos define como una relación a distancia pero sin embargo dentro de nuestro corazón sabemos que estamos ahí agarraditos de la mano siempre con presencia uno del otro .En la situación que se está viviendo en el mundo acerca del coronavirus no he tenido autorización de mis padres de visitar a mi novia ya que mis padres se encuentran en un estado de pánico por la pandemia por lo cual no me dejan salir de mi casa ya que consideran que andar en la calle y el transporte público es muy peligroso con este virus que se encuentra en nuestro país tercermundista
Hoy yo aquí esperando volver a ver tus ojos color cafés, tu cabello quebrado y esa sonrisa que me hipnotiza, volver estar a tu lado compartiendo esos momentos de amor, pero ya no más llego esa persona que está encerrando y matando a la población del mundo, un impedimento llamado coronavirus, el cual nos ha separado y distanciado de este gran amor que tenemos.
Todos mis amigos me dicen que como puedo mantener una relación a distancia creen que todo es una clase de brujería, que el amor a distancia nos mantiene más unidos que un amor cercano, que nuestra relación es una en un millón, una relación con fuertes bases de confianza y lealtad
Mi hermana me lo repite una y otra vez que no me aleje de ti que eres la chica indicada que nunca jamás podre encontrar en otro lugar del universo, eres las nena que me hará feliz por toda la eternidad, la chica que se quedara conmigo todos los días de mi vida, la chica con la cual se quedara a tu lado aunque la tormenta sea más grande que la luz de esperanza.
Desesperado y loco no soporte un día más sin ver a mi novia así que decidí escapar de mi casa estoy cansado de los protocolos del estado y las medidas de prevención de mis padres necesito el calor de mi novia , necesito libertad para ir a ver a mi novia al final es mi corazón el que provoca todo esto , el amor que siento es inevitable, escape de mi casa sin que se dieran cuentan mis padres y decidí ir a la casa de mi novia, fue lo más agradable en días de cuarentena ver a la niña de mis sueños enfrente de mi estirando los brazos para darme un abrazo, fue un momento de felicidad que plenamente no será borrado de mi ser ,alegrado por esas horas de amor de ver a mi novia regrese a mi casa sin que mis padres se dieran cuenta.
Quien diría que en medio del caos y el conflicto de la pandemia nuestra amor se devastara en un cerrar de ojos, esa chica que pasaba la mayor parte de su tiempo hablando por Skype sintiendo esos hormigueos en el pecho , dejaría de latir su corazón por el chico de su corazón , ese pequeñito virus que empezó en un mercado al otro lado del mundo , decidió acabar con la vida de la mujer de mis sueños , esa chica que era todo para mí la razón de vivir en este mundo tan desagradable se había esfumado , la pequeña luz de esperanza se había apagado dentro y fuera de mi corazón , el virus del que tanto se cuidaba las personas estuvo dentro de mi novia dañando su sistema respiratorio , quien más pudo contagiarla si ha estado en cuarentena .Me siento muy arrepentido de todo lo que provoque mis padres me lo advirtieron nos salgas a la calles te puedes contagiar , pues por mi soberbia y mi sentimiento de amor , me contagie de coronavirus al momento de ir a la casa de mi novia , yo mismo provoque su muerte la contagie de coronavirus sin pensar que ese día fueron los últimos besos que me daría. Me siento muy arrepentido de todo lo que ha pasado, después de que mi mamá se haya enterado de que mi novia murió por mi culpa, no tengo el valor para verla de frente y pedir perdón por no seguir las reglas que se tiene en la familia y por el hecho de cometer de cierta forma un homicidio, a la persona que era dueña de mi corazón