La hija de Sirius Black (Fred Weasley)

Baile

25 de Diciembre. Estábamos en la mañana de Navidad y hoy por la noche seria el baile, todo el colegio estaba emocionado, algunos olvidadizos habían dejado las cosas para ultimo momento y corrían de un lado a otro mientras que otros estaban demasiados relajados para la emoción que manejaba el ambiente. 

Estaba sentada en mi sala común leyendo un libro que me había mandado mi Tía Andromeda como regalo por las fiestas, era un libro muggle que había encontrado en su ultima visita al pueblo muggle cerca de donde vivíamos. 

"Madd..." 

Resonó la voz de Fred en mi cabeza.

- Fred ¿Que paso?-

- Te espero en la Torre de Astronomía, tengo algo para ti.- 

Salí de la sala común y me encamine al lugar donde me había indicado el pelirrojo. El ya me estaba esperando sin embargo no había notado mi presencia. 

- Hola señor de mis más dulces sueños.- dije tapándole los ojos.

- Hola preciosa.- dije dándose vuelta - sabia que no podía salir de tu cabeza ni siquiera cuando duermes. - sonrió. 

Nos miramos y reímos por unos segundos. 

- ¿Para que me necesitabas Fred?- pregunte sonriendo.

- Feliz Navidad Madd.- dijo tendiéndome un pequeña caja azul.- Lo vi en una tienda muggle en vacaciones y pensé en ti...- 

- Fred no hacia falta, ademas ya recibí sus regalos... muchas gracias por lo ingredientes de pociones...- dije mientras tomaba a cajita.

- Solo ábrelo Madd, este es un regalo solamente mio.- 

Abrí la caja, tenia un collar con un pequeño dije en forma de corazón. Era hermoso, sumamente hermoso. 

- Fred esto es... es precioso.- dije asombrada - yo no se que decir... muchas gracias Fred.- 

- Le puse un encantamiento, tiene guardado un recuerdo que me gusta mucho y en el momento que te lo pongas, podrás verlo y se guardara un recuerdo tuyo.- dijo 

- Eso es asombroso Fred...- respondí sorprendida - ¿Me ayudas?- dije mientras le tendía el collar. 

Sentí sus dedos rozar en mi cuello y lo próximo que vi fue una tienda que recordaba muy bien. Fue hace unos meses, en verano, unos días antes del Mundial de Quiditch, habíamos ido con Fred al pueblo muggle que estaba cerca de la Madriguera, estábamos caminando cuando vimos una tienda que tenia varios instrumentos musicales muggles y había unos chicos tocando fuera de esta. Nos acercamos a escucharlos hasta que Fred tomo mi mano y me hizo girar para comenzar a bailar al ritmo de la música pero como si estuviéramos bailando un vals, no podía dejar de reír. 

Volví al presente a la Torre de Astronomía con un pelirrojo detrás mio. 

- Me encanta Fred.- sonreí - Esto es hermoso, no puedo creerlo y también me gusta mucho ese recuerdo.- 

- ¿Qué recuerdo has guardado?- pregunto sonriendo.

- No lo se.- dije - ¿Como puedo saberlo?-  

- Debes tocarla la piedra con la mano derecha para ver tu recuerdo y con la mano izquierda para ver el mio.- respondió.

- ¿Quieres ver cual es mi recuerdo?- pregunte.

- Me encantaría señorita.- dijo riendo.

Agarro el collar y luego de unos segundos pude darme cuenta que Fred ya estaba sumido en el recuerdo. El pelirrojo estaba con una sonrisa enorme en la cara, abrió los ojos y conectamos nuestras miradas. 

- Gracias por tu recuerdo.- dijo todavía sonriendo - Creo que también es uno de mis favoritos.- 

Bajamos juntos hasta el Gran Comedor porque ya era la hora del almuerzo, cada vez faltaba menos para el baile. Así que la locura se incrementaba con cada segundo que pasaba.

                                                                                  ***

Eran las 17:30, faltaban dos horas y media para el baile. Ginny, Hermione y Angelina me estaban esperando fuera de la sala común de Ravenclaw con cara de pocos amigos. 

- Lo siento mucho chicas, estaba en...-

- En la biblioteca.- dijeron al unisono.

- Algunas veces eres peor que Hermione.- hablo Ginny.

- Vale, vale pero ya estoy aquí.- respondí - Venga, vamos que falta poco para que comience el baile.- 

Comenzamos con los preparativos, peinado y maquillaje para después colocarnos nuestros vestidos. El tiempo paso entre risas y sugerencias, íbamos un poco tarde pero había valido la pena. 

Estábamos llegando al Gran Comedor aunque Hermione se quedo mas atrás, ya que había quedado de encontrarse allí con su cita. Estaba tan hermosa como nerviosa, se que le afectaba mas de lo que decía, lo que había dicho y hecho Ron.

- Herms estas hermosa.- le dije antes de irme - Estoy segura de que tendrás una noche muy divertida, es imposible aburrirse contigo.- 

- Gracias Madd, estoy tan nerviosa.- 

- Todo saldrá bien leona.- dije riendo.

Ella me respondió con una pequeña risa y un asentimiento. 

Ginny se había ido con Neville mientras que con Angelina estábamos bajando por unas escaleras para encontrarnos con los chicos. Íbamos riendo de los difícil que era caminar con tacos cuando vimos a nuestras parejas esperando al final de la escalera, estaban de espalda a nosotras hasta que George se da la vuelta y comienza a subir. 

- Woow... Están bellisimas.- dijo el pelirrojo - Madd tu...estas hermosa.- 

Me tomo de la mano para terminar de bajar las escaleras y entra al Gran Comedor que hoy estaba decorado de manera muy distinta y sumamente hermosa. 

Comimos, bailamos, reímos y seguimos bailando. El baile fue de lo mejor sin embargo había llegado a su fin, eran las 12 y ya debíamos subir a nuestras habitaciones. 

- Ojala esto nunca terminase.- dijo Anne, la pareja de Lee.

- Podemos hacer que dure un par de horas mas.- respondió George sonriendo.

Tratamos de ser sumamente precavidos y sigilosos para que nadie viera como 6 estudiantes salían el castillo en dirección al Lago Negro. 

Al llegar no pudimos evitar reírnos y comenzar a bromear, había sido una noche hermosa. Todo parecía tan irreal que creería estar soñando. Estábamos jugando con George en la orilla del rió cuando Angelina se acerco para hablar conmigo.

- Madd...- me llamo - Debo contarte algo.- dijo sonriendo.

George se alejo a donde estaba su gemelo para que nosotras pudiéramos hablar.

- Dime chica.- dije riendo - ¿Qué paso?-

- Fred me ha invitado a salir.- respondió emocionada.

Todo parecía un sueño que se volvió una pesadilla pero debía alegrarme por mi amiga.

- Wooow...- dije sorprendida - ¿A ti te gusta?-

- La verdad que no se, no lo veo de mi tipo pero vamos Madd tienes ojos en la cara.-

No podía evitar reírme ante su comentario. 

- Tienes razón, los gemelos son guapos.- respondí riendo.

- Claramente, así que un par de saliditas no me vendrían nada mal.- 

Reímos ante la cara que había hecho Angelina al decir eso. No me sentaba nada bien pero yo había decido quedarme callada cuando escuche a Fred decirme aquellas palabras.

Cuando el sueño nos gano decidimos volver al castillo y cada quien ir a su habitación para poder descansar.