Capítulo 47 ________

172 17 0
                                    

—No es así. Lo entiendo.

—Puedes cuidar de ti misma. —Me imaginaba en su mente cuando me puse de pie ante el consejo en Londres—. No necesitas que ande por allí golpeándome en el pecho y reclamándote, aunque es lo que quiero hacer. No necesitas que dispute tus batallas por ti.

—No creo que fueras demasiado lejos. Está bien que me protejas.

Además, fue Niall el que trataba de pelear contigo.

—Sólo trato de encontrar el equilibrio entre ser el tirano y dejarte ser.

—Bebé. —Levantó la cabeza—. No creo que seas protector porque trates de controlarme. Creo que estás siendo protector porque me amas.

Negó con la cabeza, con la boca ligeramente abierta. —Pensé que estarías enojada conmigo por lo que le dije a Niall.

—No, me alegro que se lo dijeras. Él fue quien ni siquiera trató de entender. —Me levanté un poco sobre mis codos. Me dolía la cabeza, y Harry apretó los labios en mi frente una vez más para detener el dolor. Me incorporé completamente y lamí mis labios—. Quería que nuestro último día fuera tranquilo y feliz. En cambio ha sido caótico y emocional.

—Lo sé —suspiró—. Lo siento. Esas personas ahí abajo puede que lo disimulen bien, pero se preocupan por ti, aunque sea a su manera pequeña y egoísta.

—¿Qué están esperando? —pregunté.

—A que despiertes. Dijeron que querían asegurarse de que estuvieras bien primero, antes de irse. Tu papá prácticamente golpeó a Niall para que no nos siguiera al piso de arriba —se rió entre dientes.

—Es sólo que no lo entiende —dije, y deseaba que hubiera alguna manera de que lo hiciera—. Nunca entenderá que no me robaste de mi vida.

—Lo sé —susurró contra mi piel. Se inclinó y me besó en la mejilla—.Lo siento.

—No es tu culpa que Niall sea un idiota.

Esbozó una hermosa sonrisa. —¿Idiota?

—Sí. —Pasé el pulgar por su barbilla. Lucía tenso. Pero por algo más que mi desmayo—. ¿Qué pasa?

—Nada —dijo con demasiada rapidez y comenzó de nuevo la cuenta—. Terminemos con esto y más tarde podemos discutir este otro asunto.

—Con mucho gusto —acepté su cambio de tema. Mientras bajábamos por el pasillo, Harry me pidió que le escribiera un texto a Bish y que le dijera que se encontrara con nosotros. Él respondió de inmediato, y Harry me hizo añadir que no trajera a Jen. Le dirigí una mirada curiosa, pero hice lo que me pidió de todas formas. La respuesta no fue tan rápida. Casi podía oír el mohín en su voz cuando me respondió.

Está bien estaré ahí pronto.

Mientras tenía mi teléfono en mano, decidí seguir adelante y escribirle a Ele otra vez. Tendría que hablarme en algún momento, ¿cierto?

¿Dónde estás? Estoy preocupada. No tienes que decirme dónde estás exactamente o volver a casa, sólo déjame saber que te encuentras bien.

Me metí el teléfono de nuevo al bolsillo y olvidé todo sobre él una vez que entramos en la sala. Ahí estaban. Todos sentados como patos en una fila en mi sala de estar. Mi madre, que llevaba el ceño fruncido de una mujer despreciada en lugar de la persona que hizo el desprecio. Mi ex novio, que fulminó la mano de Harry sobre la mía como si nunca hubiera visto una escena como esa antes. Mi nueva madrastra, cuyos ojos bailaban alrededor de la habitación con incomodidad. Mi padre y luego mi padre

Parpadeé y me incliné hacia Harry para equilibrarme antes de mirar de nuevo a la variopinta multitud.

—¿Estás bien? —preguntó papá, y se acercó para envolverme en sus brazos, reconfortándome.

Haddock parecía como si sintiera un dolor real por no tener permitido hacer lo mismo. Harry y yo nos miramos, y me dio una sonrisa llena de simpatía cuando papá me soltó y le lanzó una mirada de advertencia a mi madre cuando empezó a levantarse del sofá. Ella se volvió a sentar, ofendida.

Niall tenía la mirada gacha.

—Estoy bien —solté.

—¿Qué pasó? —preguntó Niall y levantó las cejas, esperando la respuesta.

—Es sólo que no me siento bien. Y contigo gritándole a Harry, y tú aparición —le dije a mi madre—. No pude manejarlo. No puedo lidiar con todo esto ahora, ¿de acuerdo?

Me di la vuelta y paseé por la habitación. Nadie se movió, sólo Haddock. Se acercó a mis espaldas y me volví para encontrarme con una mirada triste en su rostro. —Lo siento si mi regreso te molestó.

—No lo hizo, te lo juro. Es sólo que tengo tantas cosas en mente en este momento —le susurré—. La boda es mañana.

Sus ojos se iluminaron. —Oh, ¿de verdad? —Echó un breve vistazo por encima de su hombro—. ¿Te importaría si asisto? —preguntó en voz baja.

Me lo pensé. —¿Está eso siquiera permitido? Tú no eres de este clan.

—Creo que ustedes son los que hacen las reglas ahora, puedes hacer una excepción. —Sonrió. Cuando no sonreí de regreso, se retractó— . Sin embargo, está bien. Entiendo. Me quedaré en mi casa a unos veinte minutos de aquí. Si llegaran a necesitar algo, déjenme saberlo.

—Haddock —lo detuve. Me miró con esperanza. Esperaba estar tomando la decisión correcta—. Sería estupendo si pudieras estar allí mañana.

Lucía entre aliviado y devastadoramente felicidad—. ¿Estás segura?

—Claro que sí. —Entonces se me ocurrió. Él podía ser la clave para encontrar a Zayn—. De hecho, tengo algo con lo que quiero que me ayudes.

—Cualquier cosa —dijo sin dudarlo.

—¿Has oído hablar sobre Zayn?

—No. No he escuchado sobre él. ¿Por qué?

—Porque yo sí.

Atando Cabos (Harry Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora