—Probablemente deberíamos ir saliendo —dijo, pero no hizo ademán de moverse—. Tenemos que encontrarnos con todos pronto.
Casi me dormía de nuevo mientras sus dedos trazaban pequeños patrones estrellados en mi espalda. —Boo.
Se rió, su aliento cálido revolviéndome el cabello. —Vamos, preciosa.
No hagas esto más difícil de lo que ya es.
Entonces escuchamos un golpe. —¿Ves? —dijo, riéndose, y saltó para vestirse—. Ahora ya está. —En lo que a mí respectaba, podía estar hablando en chino, porque la última noche había sido oscura, y ahora ya era de día, y no iba a cerrar los ojos en esta ocasión. Lo observé con placer cuando se deslizó en los pantalones negros sin ponerse los bóxers—. Tu padre está aquí para regañarme por no dejar salir a su hija de la cama.
Me reí. —Te echaré toda la culpa.
Sonrió maquiavélicamente mientras se volteaba y decía sobre su hombro—: No juegues con fuego, nena.
Se me escapó una risita tonta en las sábanas antes de echarlas a un lado y correr al baño. Me puse la gruesa bata y salí a saludar a quien quiera que hubiera venido a hacernos la visita, pero Harry estaba solo. Llevaba una bandeja hacia la cama que contenía jugo y dos platos enormes de panqueques con cubiertos. —¿Ordenaste servicio de habitaciones?
—No, él dijo que alguien más lo hizo. Probablemente alguien en laoficina sabía que era nuestra luna de miel. Bonito gesto de su parte.
—Sí —coincidí, y me senté en su regazo. Levanté la tapa—. Ahora ni siquiera tenemos que dejar la habitación para comer.
Me quitó la bata del hombro y besó mi piel cuando mordí el bacón.
—Oh, Dios he creado un monstruo, ¿cierto? —se burló.
—Bueno, entonces puedo vestirme y
Se aferró a mí para mantenerme en el lugar cuando comencé a levantarme. —No. —Movió mi cabello a un lado y me besó el cuello—. Déjame plantearlo de otro modo. Tú has creado un monstruo.
—Así es —bromeé y me giré para montar su regazo. Le di un pedazo de bacón—. Esto se siente tan normal. Por una vez siento que somos sólo una pareja normal haciendo cosas normales. También me gustan las cosas sobrenaturales —le aseguré. Sonrió y asintió como si entendiera—. Pero ser normal está infravalorado.
—Sí —Suspiró—. Desearía poder huir contigo a algún sitio. Nunca mirar atrás.
Ladeé la cabeza. —No, no lo deseas. —Me sonrió al ser atrapado en su mentira—. Extrañarías a Maria y a Bella como loco.
—Lo haría —concordó—. Ya extraño a Bella ahora mismo. Me estaría robando el bacón.
Me reí. —¿Vivirá con nosotros o se quedará con tus padres?
—Nosotros. Le gustas demasiado.
—También me gusta. —Inhalé profundamente. No podía creer lo feliz y calmada que me sentía—. Soy tan feliz —me escuché decir.
Él hizo esta cosa de un medio suspiro, media risa. —No tienes idea de lo feliz que me hace eso.
Me besó, envolviendo sus brazos en mi cintura y tirando de mí hacia él dulcemente.
Cuando finalmente nos las arreglamos para terminar el desayuno y el jugo, y nos vestimos, ya era casi hora del almuerzo. Deambulamos por la puerta trasera a través de la arena hacia la baranda. Este lugar parecía hecho para lunas de miel. Las transparentes cortinas blancas hacían juego con las que teníamos en nuestra habitación. Flotaban al viento y bloqueaban la arena, evitando que nos cayera encima mientras nos hallábamos en las tumbonas. El resto de ellos se nos unieron poco después, y les cerré la mente, no queriendo escuchar sus pensamientos sobre sus noches, y no queriendo escuchar sus preguntas o lo que sea sobre la mía.
Papá ni siquiera me miraba. Tampoco Bish. Liam y Lynne eran los únicos normales, pidiéndole al mesero té dulce para todos y riendo y bromeando el uno con el otro. Harry observó el material de la silla a nuestro lado como si estuviera hecha de oro.
Comencé a reírme tontamente. No podía evitarlo. Me resultaba tan chistoso el que todos supiéramos que lo habíamos hecho anoche, y ahora cada uno actuaba de manera rara al respecto, como si no fuera algo normal o lo que fuera. Harry comenzó a reírse bajito a la par mía.
Papá me miró con curiosidad, pero Bish debía haberlo visto, porque él y Jen se echaron a reír también. Suponía que al final entendió que la incomodidad que todo el mundo sentía era la causa de nuestros estallidos de risa. Se rió un poco y sacudió la cabeza. —De todos modos —dije con una sonrisa—. Ahora que eso ya está zanjado, necesitamos definir cuánto tiempo estaremos aquí. Lo que necesitamos hacer en lo que a Zayn respecta.
Harry me respondió de modo que pudiera escucharlo, pero no las demás personas en la playa. —Papá tiene la mirada familiar. No ha aparecido en el complejo Malik o en ninguna de las otras casas familiares. Botó su móvil. No tenemos idea de dónde está.
Gruñí—: Si tan solo tuviera algo suyo, podría tocarlo y encontrarlo.
Me frotó el brazo—: Está bien, nena. Nos aseguraremos de encontrarlo.
—¿Han escuchado de Ele? —preguntó Liam.
Asentí. —Está bien. Están a salvo en algún sitio, pero dijo que dejáramos de llamar, así que
—Ay, _______. Eso apesta. Eleanor siempre fue bastante tozuda.
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Atando Cabos (Harry Styles y tu)
AcakUltima Entrega _______ y Harry deberán atar todos los cabos sueltos de sus vidas y buscar una forma de estar completamente juntos y por sus cuentas. Con todo lo que ha pasado con Bish y el padre de _______, ella está casi reluctante a seguir adelant...