Aquí estoy, besando a un hombre al que casi ni conozco, su lengua se abre paso por mis labios y noto como se me estremece el cuerpo de deseo. Mis lecciones me han enseñado como dominarlo, Como despertarlo, como rendirme a el.El hombre se marcha con un último y prolongado beso para prepararse... Y mi ansiedad crece dentro de mi ¿En que me he metido? ¿Como podré salir de todo esto? ¿Tendré la valentía necesaria para traicionarlo? Y nada más pensarlo le oigo gritar: "¿¡pero que demonios!?" Me preparo cuando viene hacia mi ¿Habrá descubierto la verdad?
Cierro los ojos, incapaz de hacerle frente, y oigo su acusación... "¿Me estabas mintiendo, verdad?"
*********
Repasaba el correo sentada en el sillón de la sala ¿¡Es que está gente no puede darme un respiro!? Se que voy retrasada en los pagos de la hipoteca, pero estoy trabajando en ello.
El sonido del timbre hace que deje mis dolores de cabeza a un lado y abro la puerta para recibir a mi mejor amiga, le doy un abrazo y me hago a un lado dándole espacio para pasar, ella habla tan rápido como camina.
- Hey, perdona por haber venido sin avisar ¿Que tal si hoy salimos? He roto con brando. Otra vez.
- Maldición, lo siento - la miró apenada y le doy un abrazo.
- Bah, ya sabes. Es lo mismo de siempre... - está se separa de mi y me mira sonriente - pero necesito soltarme un poco esta noche, ya sabes, dentro de un mes cumpliré 30 y estaré soltera... Es un asco. Pero necesito encontrar a un buen hombre - se encoje de hombros y me mira esperando mi respuesta.
- Claro, si es que puedo... - le sonrió - ¿Que tenías pensado para esta noche?
- ¿Que tal si vamos al ThelAviv?
¿El ThelAviv? He oído hablar de él pero no estoy segura de que se trata ese sitio.
-¿Es un restaurante? - mi frente se arruga en una expresión de confusión y brie se ríe.
- Es un club nuevo, dicen que es increíble, no puedo creer que no lo conozcas.
- Y yo no me puedo creer que pienses que todo el mundo debería conocerlo - me río un poco de la situación.
- Como sea París ¿Puedes venir conmigo, por favor? - me mira con ojos de cachorro y al ver que tardó en responder entierra su cara en mi hombro y comienza a llorar - te lo suplico, no quiero estar triste y sola.- ruedo los ojos.
- Está bien llorona, iré, pero con una condición... - brie se aparta de mi enarcando una ceja.
-¿Es en serio?
- Si, calla. - le doy una palmada en la pierna- ¿Si o no?
- Vale, dime.
- Que tú pagues todo, no tengo ni un puto dólar.
- Te pagare lo que quieras solo acompáñame.
- en ese caso, me apunto - me río y me levanto del sillón en el que estamos para subir al segundo piso y cambiarme con brie pisandome los talones, rebusco en mi armario y entonces brie habla.
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Los colores de la lujuria
Teen FictionParís no es la capital de Francia, es una mujer de 23 años con un gran problema. Una persona que pensó no ver jamás aparece en su vida nuevamente para ayudarle sacándola de el hueco en el que estaba. París tiene un nuevo problema, Nicolás Weill.