Bang se acomodo sobre la rama de aquel grueso árbol mientras colocaba sus manos tras su nuca. El lugar era tranquilo y era precisamente por eso que lo había escogido. Cerró sus ojos, sabiendo que era el momento perfecto para tomar una pequeña siesta que le hiciera recuperar su cordura. Así después podría volver a su vida normal sin la necesidad de pensar en aquel muñeco de porcelana que vagaba en su mente durante los últimos días.
Abrió sus ojos levemente mirando hacia el cielo, las nubes cubrían una pequeña parte del sol mientras un grupo de aves volaban formando un triángulo hacia alguna zona que estuviera con el clima que desearan. La sonrisa del chico llegó hasta su mente en cuanto un pequeño pajarito de paro en la rama cercana a la que estaba el. Mordió levemente sus labios en cuanto una dulce sonrisa se formó en su rostro. Maldición, estaba completamente perdido.
«¿Qué estará haciendo?»
Pensó para sí mismo mientras se perdía en millones de pensamientos que eran únicamente referentes a una sola persona. Todo era imposible. Todo le gritaba que un amorío con aquel chico era imposible, desde su posición social, ideologías, forma de vida, habilidades, educación, familia, y al parecer lo único que los unía eran sus emociones. Se sentó de un golpe sobre el tronco de aquel árbol, ¿Emociones? ¡Maldición! Había sacado conclusiones aceleradas respecto a toda la situación. Si bien el chico nunca le había mostrado alguna sensación de rechazo, esto tampoco significaba que le amaba.
Esto lo hizo sentir miserable de alguna forma.
— ¿Qué me está pasando?— soltó una risa amarga mientras sentía como su cuerpo temblaba. Paso su mano derecha por su rostro, sintiendo la humedad en sus manos, miro aquel líquido salado sin saber que pensar. Sus labios se curvaron hacia arriba nuevamente, se sentía tan miserable— ¡Diablos! ¿Por qué me importan tanto que él sienta lo mismo que yo?— se detuvo.
Si antes se sentía miserable, ahora deseaba desaparecer. ¿Lo que él sentía? El... ¿Realmente le quería? Suspiro mientras se dejaba caer colgando sus brazos y piernas de aquella rama. Tenía miedo, realmente estaba asustado, era la primera vez que sentía algo hacia alguien pero todo le parecía tan difícil.
Un caballo chillo cerca, los ojos de Bang se movieron sin emoción hasta la dirección de dónde provenía el sonido. Su cuerpo casi se cae del árbol en cuanto diviso a Minho en uno de los caballos que pasó a todo galope justo bajo el. Sus labios se abrieron con la intención de gritarle, pero se contuvo, no era correcto. Al menos no si deseaba seguir con vida y que aquel príncipe también lo hiciera. Bajo del árbol en cuanto considero que estaban lo suficientemente lejos para no notar su presencia, para iniciar a seguir el rastro de pisadas que los caballos habían dejado en el terreno pantanoso.
[🏹]
Minho se movió con cuidado para no lastimar sus manos, que se encontraban atadas así como sus pies con una rígida soga que las estaba presionando desde hace varias horas atrás. Aquellos hombres que lo habían alejado de su padre, se encontraban riendo mientras comían carne que asaban en la fogata que habían hecho hace unos pocos minutos atrás, puesto que la noche comenzó a caer, y debían evitar quedarse en la oscuridad.
— ¿Cuánto crees que nos dé el rey por él?—. Pregunto uno de los hombres mientras miraba a el príncipe, Lee noto que aquel hombre estaba faltó de algunos dientes, por lo tanto cuando sonreía absurdamente había huecos en su boca, dándole un aspecto gracioso, fácilmente se podía confundir con un pirata. Sonrío suavemente—. ¡Ja! Míralo como sonríe.
— Exijamos cien mil piezas de oro— exclamó otro de ellos mientras elevaba un trozo de carne como si fuese algo valioso.
Minho miro hacia varias direcciones tratando de matar un poco sus aburrimiento, al poco tiempo después aquellos hombres había caído en un sueño profundo mientras se apoyaban unos sobre los otros con sus bocas abiertas, con baba saliendo de estás mientras caía a la tierra o sobre la ropa de ellos mismos.
— Pss~—. Escucho de algún lugar cerca, miro hacia todos lados, sin embargo, no encontró a nadie. Al menos no hasta que vio aquel rostro conocido ocultado entre un par de arbustos que le miraba con preocupación.
— ¡Señor bonito!— las mejillas de Bang se calentaron— ¿Qué hace usted aquí?— Chan rápidamente se acercó hasta el chico cubriendo su boca mientras esperaba que el tono alegre del príncipe no despertara a los bandidos, los labios finos del menor rozaron las manos pálidas del contrario, quién sintió una pequeña sensación de nervios recorrerle todo el cuerpo.
— Cállate, ¿Por qué demonios estás tan tranquilo? ¿Te das cuenta que estás secuestrado?— las cejas de Bang estaban fruncidas, sus ojos mostraban una pequeña llama de furia que se disipó en cuanto noto la expresión confundida del contrario.
— ¿Secuestro? ¿Qué es un secuestro?— pregunto con su cabeza suavemente hecha a un lado, Bang suspiro mientras soltaba las manos y los pies del menor, para luego cargarlo, bajo la atenta mirada de Minho quién únicamente se dejó hacer. Camino lentamente hasta los caballos que estaban cerca, subiendo al menor primero para luego saltar el, cayendo sobre el lomo de aquel animal que chilló.
Los bandidos despertaron ante esto, notando como su preciado bloque de oro estaba en el lomo de uno de sus caballos siendo manejado por un jinete. Chan abrió sus ojos con sorpresa, agarrando las cuerdas de la montura para golpear suavemente el hombro del animal haciendo que este comenzará a galopar. Minho, quien iba al frente, se apoyo contra el pecho del pálido quien lo aferró a su cuerpo, manejando aquel animal a la misma vez que trataba de proteger al chico entre sus brazos.
El corazón de Bang comenzó a latir, tan vivamente, con alegría, y está vez, Minho pudo escucharlo. Mientras huían de aquellos hombres que también le perseguían, el príncipe sintió que sus latidos, eran los mismos que los de aquel ladrón. Y ambos estaban en la misma sincronía, haciendo que aquel pequeño bosque, marcará el inicio de la inminente tragedia.
ESTÁS LEYENDO
AS YOU WISH
Fanfiction- Te muestra, lo que realmente deseas. ʕ・ิɷ・ิʔฅ Drama, soft, angst, tragedia. Historia corta. ©No copias ni adaptaciones sin permiso.