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Al fin tenía a Jimin como quiera desde un principio y no de buena forma.

El pequeño estaba acorralado en la pared, no tenía escapatoria, había cerrado la puerta de mi cuarto con llave, su madre no regresaría de su trabajo hasta las 6 así que tenía tiempo de sobra para volverlo mío y verlo colapsar.

Había tenido mucho auto control en este tiempo, pero ya no quiero tenerlo, su cuerpo me provoca tanto que podría solo bajar sus pantalones y metérsela de una estocada.

 Yoongi... No estoy listo, por favor no...  Sus ojos están llenos de lágrimas más mi cerebro no responde a ningún sentimiento de empatía.  Espérame un poco. ¿Sí? Por favor amor...

La palabra "amor" suena tan lejano en mis oídos, lo único en lo que puedo estar concentrado es en lo que mi cuerpo me pide.

Jimin no lo hagas más difícil, si lo haces por las buenas no pasará nada.  Ronroneo contra su cuello aspirando su dulce olor.  Verás que te gustará.

Niega una y otra vez con su cabeza mientras las lágrimas corren por sus mejillas.

— Por Dios Yoongi, no quiero no quiero.  Suplica mientras me toma de los hombros para alejarme de él, pero solo lo tomo con más fuerza y jalando su cintura para apegándolo más a mí.

— ¿Todo el drama que me estás haciendo es por Dios, Jimin? Joder, pensé que ya habías superado ese temita, te lo deje muy en claro el primer día que fui a esa iglesia tuya, debías escoger bebé ¿No o no lo deje muy claro?  Me burlo en su cara, soltando un "uf" mientras lo suelto. — ¿Tienes miedo de ser excomulgado del mormonismo por no obedecer la ley de castidad, Jimin Carajo, esto es muy divertido e hilarante.  Aunque creo que, en este caso, sería el orden natural, digo, deberías estar con una mujer.  Paso mi dedo pulgar por su labio inferior y no puedo evitar relamer mis labios al sentir su fina textura.  Pero estas aquí conmigo. Un chico.

El pecho se me infla de orgullo; por fin pude hacerlo caer, desde un inicio estaba dicho que ambos terminaríamos en esta posición y me importa una mierda que él no quiera.

No hay nadie que pueda impedir lo que está pasado a menos que yo lo haga.

«¿Y, por qué querría hacerlo?»

 Si...  Baja la cabeza.  Pero controlaré mis deseos y esto solo es una tentación.   La molestia y el miedo están clavados en sus ojos.

Tomo con brusquedad sus mejillas, aplastándolas contra sí, dejando un poco de sus dientes a la vista. Lágrimas salen con más fuerza ahora a mis manos, mientras su cuerpo tiembla.

— Cariño, esto quedará para siempre en tu testimonio. Eres una adicta tentación Jimin. Mi tentación.

«Y poco a poco caíste niñato, Jimin»

 Pues tú no eres la mía Yoongi. ¡Por favor! ¡No quiero hacer esto contigo!  Golpea mi pecho con sus débiles puños, estaba agotando mi paciencia poco a poco y no era bueno para él.

 ¿Así? ¿Y con quién quieres hacerlo?  Me acerco tanto a su cara que puedo sentir su respiración.

 Con Taehyung.  Habla como puede, al escuchar ese maldito nombre aplasto más fuerte sus mejillas haciéndolo soltar un quejido.

Dentro de mi ser estar formándose un incendio, por una mierda, no puede estar mencionado al pendejo de mierda de Taehyung, justo ahora.

 Haré como que no escuché su puto nombre salir de tu boca, Jimin.  Suelto sus mejillas empujándolo con tanta fuerza que le debe doler toda la quijada hasta el cuello.

Silence • YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora