El segundo Orbe estaba ya en el Templo de Atenea. El Orbe de la Oscuridad creado por Osiris, capaz de conceder el poder de la resurrección se encontraba junto al Orbe de la Luz. Durante la noche, Asmita y Regulus lo habían traído de la Antigua Alejandría. Ya sólo quedaban dos por encontrar. Creían que uno podía estar en Byblos y el otro en Busiris.
Sísifo bajaba los escalones cuando Atenea le detuvo del brazo. Sorprendido se giró a mirar a su diosa.
-Sísifo, desearía que fueses tú a buscar el siguiente Orbe, es el más importante y confío plenamente en ti para hacer esta misión. El tercer Orbe es el Orbe del Agua, posee el poder de la creación. - Sísifo asintió a su diosa.
-Mi señora Atenea, partiré hoy mismo. - Sísifo se giró para irse pero ella lo retuvo. -Sísifo, llámame Sasha, por favor. -Le miró dulcemente y rozó sus labios en un beso casto. - Tenma te ayudará en esta misión. - El caballero de Sagitario vio marchar a su diosa al interior del Templo. Un sentimiento ya olvidado se agitó en su interior.
Aspros había observado la escena en silencio con el ceño fruncido. Ese comportamiento no era muy propio de la diosa.
Acercándose a Sísifo le saludó. -Bueno, tú vas a Byblos y a mí me toca ir a Busiris con la guapa de tu alumna. - Aspros rió para sus adentros, sabía lo mucho que le molestaba a Sísifo que Sofía estuviese bajo su mando. Mantenían una sana competencia por la atención de la joven.
Sísifo ignorando el tono cínico de su amigo le deseó buena suerte. Aspros podía interpretar si se refería a la misión o a la compañera de fatigas.
Entrando en la Casa de Sagitario, notó que Sofía no había regresado aún de la Casa de Piscis. Se encontraba preparando sus cosas cuando Sofía entró en su habitación.
Sísifo la cogió entre sus brazos y la besó. A su mente le vino el beso casto de Sasha y apartándose de Sofía siguió con su equipaje. -¿Sucede algo?- Sofía miraba atentamente al caballero. - No, debo partir a Byblos a por el tercer Orbe y tengo que darme prisa, Tenma está esperándome.
Sofía se cruzó de brazos, preocupada. Aspros la había acorralado contra la pared al salir de Piscis para robarle un beso. Le había informado de que debían partir a Busiris y Sísifo iría a Byblos.
En Byblos se encontraba el Orbe más poderoso de los cuatro, creado con la magia de Isis. Hubiese preferido que Aspros y ella fuesen los que lo encontrarán.
Sofía no tenía ni la más mínima intención de hacer lo que le había ordenado Seth. No iba a destruir los Orbes, sino usarlos contra él. Pero sabía que no estaba sola en esto. Seth no era un dios que le gustase dejar las cosas al azar. Debía tener esos cuatro orbes antes de que alguien se le adelántase.
Sísifo cogió a Sofía de la cintura sacándola de sus pensamientos. Le agarró la barbilla obligándola a mirarle. -Prométeme que volverás de una pieza. -Sofía asintió. -Lo prometo. Sísifo... Por favor, lleva esto contigo. -Sofía cogió el colgante de Sísifo y añadió una pequeña Ankh. -Te protegerá de las energías oscuras. - Volvió a ponerle el colgante a Sísifo. Él sonrió y la besó. Primero con suavidad y luego con una insoportable necesidad de poseerla.
El caballero se separó un poco de ella para quitarse la camisa. -Todavía tenemos tiempo. - Se desnudó rápidamente y empujó a Sofía a la cama. Entre risas él la desvistió y empezó a acariciar y besar su piel. Ella le empujó para apartarlo de encima de ella y se subió a horcajadas sobre él. Sísifo la miraba con deseo mientras sus manos acariciaban sus pechos y apretaba las nalgas de ella contra su duro miembro. Ella se inclinó sobre él y con su lengua fue recorriendo cada centímetro hasta llegar a su pene. Él gruñía de placer mientras ella saboreaba su pene dentro de su boca.
Sísifo quiso voltearla para ponerla bajo él, pero ella cogió sus muñecas y las levantó por encima de su cabeza y entrelazó sus dedos con los de él, mientras rozaba sus pezones duros contra su pecho e introducía su miembro dentro de ella. Sofía empezó a mover las caderas suavemente arriba y abajo, aquello estaba volviendo loco a Sísifo. Ella gemía de placer mientras mordisqueaba el cuello del caballero. Él empujaba sus caderas para entrar más dentro de ella. Cuando ya no podía aguantar más ella gritó de placer haciendo que él se dejase ir dentro de ella.
Ella se recostó sobre él y le besó con ternura. Rozó con la punta de sus dedos los labios de Sísifo. -Sísifo.... Yo... - Unos golpes en la puerta de la casa interrumpieron lo que Sofía iba a decirle. -¡Maldición! Siempre tiene que venir alguien a molestar. - Sísifo molesto se levantó, se vistió y salió de la habitación a ver quién era.
*Byblos, Egipto*
Sísifo y Tenma habían llegado sin problemas al Templo de Isis, ante ellos estaba el Orbe del Agua. Sísifo todavía se felicitaba de la suerte que habían tenido. Sólo un par de espectros les habían bloqueado el paso al Templo, pero Tenma uso Meteoros de Pegaso y los espectros cayeron.
Sísifo cogió el cofre que había en la base del altar y lo abrió para que Tenma guardase el Orbe. Tenma depósito el Orbe. Miró atentamente el Templo observando cada detalle.
-Es una lástima que tengamos que destruirlo. - Sísifo miró confundido a Tenma. -¿Cómo que destruirlo?- Tenma rió ante la mirada atónita del caballero.
-El Templo tiene que desaparecer, igual que los otros tres. En ellos residen parte de la esencia de los dioses a los que se les rinde culto. Aunque no esté el Orbe, alguien que no deseamos que se haga con el poder del dios puede cogerlo.- Tenma cogió el cofre de manos de él. Sísifo comprendió las palabras de Tenma, tenía sentido lo que decía.
Ya fuera del Templo, Tenma usó la técnica de Cometa de Pegaso y el Templo de Isis saltó por los aires. Extendiendo las alas de sus armaduras los dos caballos se dirigieron al Santuario.
*Busiris, Egipto*
Aspros y Sofía se acercaban a las puertas del Templo de Horus cuando un rayo surgido de la nada atravesó el pecho de Sofía. Ésta cayó al suelo retorciéndose de dolor. Aspros se arrodilló junto a ella y la sujetó con fuerza contra su pecho mientras Sofía convulsionaba.
Podía sentir a través de la armadura de Géminis el calor abrasador que desprendía el cuerpo de Sofía. Lo que fueron unos minutos interminables, las convulsiones cesaron. Sofía yacía inconsciente en sus brazos.
Aspros con Sofía en brazos entró al Templo de Horus y la dejó a los pies del altar. Ella respiraba débilmente.
A sus espaldas se oía el sonido de unas pisadas acercándose. Aspros se puso en guardia protegiendo el cuerpo de Sofía tras él.
-No tienes nada que temer.- Un joven de extraordinaria belleza se acercó a él. Aspros sin bajar la guardia se dispuso a escuchar lo que aquel tenía que decir.
-Sabía que tarde o temprano ella vendría. - Aquel miraba el cuerpo inconsciente de Sofía. -Se pondrá bien, ha sido alcanzada por el último rayo de luz de la diosa Isis. He sentido como su presencia en la Tierra se extinguía.
-¿Quién eres?-Aspros empezaba a impacientarse con tanta palabrería. El joven se arrodilló ante Sofía. Aspros fue a apartarlo de ella, pero fue lanzado por los aires hasta estrellarse contra una columna del templo.
-Soy Horus, hijo de Isis y Osiris. Nacido para vengar la muerte de mi padre a manos de su hermano. Mi venganza se ejecutó, pero él encontró la manera de regresar.- Horus tocó el hermoso cabello de su hermana. Con tristeza depositó junto a ella el cofre con el Orbe del Fuego, el cual poseía el poder de la destrucción.
Horus miró a Aspros. -La dualidad reside en ti, el poder del bien y del mal; del odio y del amor. Llegará el momento en que debas elegir a cual servir. - Aspros iba a replicar cuando el dios desapareció.
Aspros cogió el cofre, cargó a Sofía sobre su hombro y salió del Templo. El cual ardió hasta los cimientos cuando los dos Santos desaparecieron por un portal dimensional.
**Las imágenes multimedia aquí publicadas no me pertenecen. Créditos a sus respectivos autores. **
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Más allá del tiempo [Saint Seiya: TLC] [FINALIZADO] #FL2020
Fanfiction50 años después de la Guerra Santa... Los caballeros de oro del S. XVIII han resucitado, desconocen el motivo, pero no pararan en su empeño de defender y proteger a la humanidad tal y como Atenea siempre ha deseado. Sofía intentará por todos los med...