seis

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Estaba en el quinto sueño y no era para más, estaba bastante cansada. Sentí que alguien me removía y yo solo me quejaba.

Abrí los ojos topándome con mi nana Flor. "¿Qué pasa?" me senté.

"Ya dormiste bastante, es hora de levantarse" abrió mis cortinas y el sol estaba débil, podrían ser las cinco de la tarde. "Hay un muchacho abajo, vino a verte" me destapó "Tu mamá quiere que te arregles, irán a una cena" fruncí el ceño.

"¿Un muchacho?" mi corazón saltó pensando en que podría ser Natanael "¿Qué muchacho?" recordé las advertencias de mi mamá y aquel señor, si Natanael se había atrevido a venir, estaba muerto.

"La verdad es que no lo conozco pero se me hace familiar. Tiene muchos tatuajes" tomó mi ropa sucia y abrió la puerta para salir. Me levanté de golpe y salí de la habitación antes que ella, me gritó que no bajara pero como no la escuché.

"¿Adriel?" pregunté confundida. El me sonrió burlón.

"Bonita pijama" señaló mi cuerpo y toda la sangre se acumuló en mi cara. Estaba usando solo un brasier y unos shorts de rosas. "Así que no eres una groupie" dió una vuelta observando mi casa "Hasta tienes más billete que yo"

groupie (significado): persona que sigue a un famoso y busca relacionarse íntimamente— sexualmente— con él por admiración o dinero.

"No puedes estar aquí" cubrí mi pecho con un cojín del sofá. "¿Qué chingados
haces aquí?"

"Tu Romeo me mandó. Amaneció un poco mal y por eso no pudo venir pero..." lo interrumpí.

"Mi teléfono" extendí la mano.

"No lo tengo" dijo.

"¿Entonces porqué has venido?"

"No había otra forma de comunicación, así que consiguió tu dirección para mandarme y decirte que hoy te espera en Villa Saverios"

"Vas y le dices que no iré, así que más le vale que me envíe el teléfono por estafeta o algo así" negué con la cabeza.

"A las ocho, te recomiendo llegar tarde porque él no es la persona más puntual que digamos" ignoró lo que le dije.

"Largo" le pedí cuando escuché unos tacones resonar, probablemente los de mi madre. "Tienes que irte, por favor"

"Villa Saverios. Ocho y media quizá" negué de nuevo.

"Se puede quedar con el teléfono porque no iré. Dile que se cuide y que espero no volver a verlo" con cuidado de no enseñar de más me acerqué a él para empujarlo.

Rió. "Si no vas, encontrará la forma de verte" pausó "Lo digo en serio. Te le has metido a la cabeza y de ahí no saldrás en mucho tiempo"

Lo empujé con todas mis fuerzas para llevarlo hasta la puerta.

"A las ocho y media, quizás nueve" abrió la puerta y salió, la cerré en seguida. Me recargué sobre ella y mi mamá me miraba.

"¿Quién era?" preguntó.

"Solo el jardinero, mamá" respondí natural.

"He dejado unas cosas en tu habitación, quiero que las uses hoy en la cena, Flor te dijo, ¿no?" asentí.

"Es como una reunión con mis compañeros de generación, todos llevarán a sus hijos y nos pondremos al día" besó mi mejilla, iba de salida "Te tienes que ver perfecta, justo como yo cuando tenia tu edad"

"Okay má" la puerta de cerró dejándome a solas.

Lo único que sabía era que no podía verme con Nata. Lo tenía que olvidar y ya.

Oigan necesito que comenten en los capítulos si les está gustando, es difícil motivarme amigaas :(

Siempre tú: Natanael CanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora