Extra 11 (3).

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Los ojos de chabacano del pequeño Li Qing brillaron con curiosidad, había crecido sin su padre y su madre, y obviamente nunca había visto tantos juguetes brillantes y llamativos. Finalmente, había agarrado un libro sencillo y lo estaba sosteniendo con curiosidad, dándole vuelta, como si lo estuviera leyendo y de pronto algo se había abalanzado en frente de él.

"Da..."

El pequeño Li Qing se cayó sobre el tapete, pero antes de poder fijar sus ojos en lo que lo había golpeado, sintió que lo abrazaban con fuerza. Era tímido y su espíritu estaba indeciso, vio una pequeña carita rosada sobándose enfrente de él, su sonrisa mostraba los únicos dos dientes blancos que tenía. El pequeño Li Qing estaba sorprendido, viendo el rostro redondo de Qi Yu, nunca había visto a tanta gente y Qi Yu rara vez convivía con otros niños, por lo que los dos se sintieron atraídos uno al otro. Qi Yu estaba muy emocionado y balbuceó unas cuantas palabras, después de no recibir ninguna respuesta, se levantó y agarró la mano de Li Qing para arrastrarlo hasta la pila de tesoros que se había apropiado. Como si fueran compañeros bandidos, el pequeño Li Qing se dejó arrastrar y agarró algunas cosas. Aunque Qi Yu era más joven, era muy voluntarioso, jaló la manga del pequeño Li Qing hasta que sus hombros quedaron completamente descubiertos y aun así siguió arrastrándolo.

El pequeño Li Qing no era tan temperamental como Qi Yu, estaba aterrado sin saber que iba a hacer el otro niño y quería soltar su mano. Qi Yu pensó que él también era uno de los juguetes del juego de la semana y su temperamento testarudo estaba ofendido. Intentó arrastrarlo más, no estaba dispuesto a dejarlo ir, tenía el pequeño rostro sonrojado pero desafortunadamente no era lo suficientemente fuerte. Los dos se cayeron al suelo y forcejearon de un lado a otro, incapaces de alejarse uno del otro. El pequeño Li Qing se sentía agredido y apretaba los labios, pensaba que tenía que encontrar la forma de alejarse de ese pequeño demonio de ahora en adelante, ¿qué podía hacer para que lo dejara irse?

El cuerpo entero de Qi Yu estaba sobre Li Qing y, como sabía que no iba a ser capaz de llevárselo, expresó su posesión de la forma más directa que pudo... mordiéndole la cara. Qi Yu había abrazado a Li Qing hasta dejarlo hecho un desastre y, después de un momento, el rostro de Li Qing quedó lleno de saliva. Además, como tenía los dos dientes delanteros, le mordió el rostro hasta que le dolió, como ya no podía soportar la tortura de ese pequeño demonio, comenzó a llorar sonoramente. El llanto atrajo la atención de los adultos, Hong Lian volteó a verlos, Li Qing estaba siendo sometido por Qi Yu mientras le mordía el rostro, rápidamente separó a los dos dumplings y era como si Li Qing hubiera sido rescatado de la devastación. La mano del juguete, el pequeño Li Qing, había soltado a Qi Yu, se levantó rápidamente, abrazó las piernas de Hong Lian y volteó a ver a sus padres pidiéndoles ayuda haciendo el sonido de ba, baa, como si estuviera diciendo mío.

Shen Yu lo levantó y le dio unas nalgadas. "Pequeño bastardo, él no es un juguete del juego de la semana, es un hermano pequeño, tienen que quererse y cuidarse de ahora en adelante, ¡¿cómo pudiste ser tan rudo?!"

El pequeño trasero de Qi Yu fue golpeado pero no sentía el dolor, miraba a Li Qing y apretaba sus pequeñas garras en el aire. Shen Yu estaba un poco avergonzado, aunque ese niño era muy pequeño, le costaba trabajo controlarlo, el pequeño forcejeaba y lo empujaba con su bracito gordo.

Jun Xuan Xiao y Song Qing no le dieron importancia a la situación y se rieron al ver toda la situación graciosa.

"Está bien, los niños sólo están jugando, es sólo cuando están juntos que pueden desarrollar una buena relación. Qi Yu sólo tiene un año, como va a saber cómo debe comportarse."

Song Qing talló el pequeño rostro de Qi Yu, el niño no le temía a nadie y le alegraba que la gente le pusiera atención, pero en ese momento simplemente no podía apartar sus ojos de Li Qing, lucía como si no entendiera lo que había pasado, no entendía por qué lloraba tanto, era como si la lluvia estuviera bañando las flores de pera.

Silent lover (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora