Sus inicios

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Mi nombre es Sawada Tsunayoshi, heredero de la poderosa Famiglia Vongola pero eso nunca me hizo especial y mucho menos frente a él. Toda mi vida lo vi desde lejos, a él con sus preciosas orbes azul metálico, la mirada firme y fiera digna de un carnívoro como solía autodenominarse.

Yo...jamás podría estar a su altura y eso lo comprobé de la manera más cruel en mis cortos cinco años

Flashback

-Hibari-san por favor juega con Tsuna –pedía un adorable castañito con un peluche de conejo-

- No me toques herbívoro –fue la respuesta amarga y seca del niño mayor-

-Pero Tsuna quiere acompañar a Hibari-san, estar a su lado

-Escucha pequeño e insignificante remedo de ser humano, jamás pero jamás en mi vida voy a tolerar que estés a mi lado. Eres débil y un llorón-dijo y empujó al niño pequeño que cayó a abruptamente al suelo sujetando su peluche con lágrimas asomando por sus ojos chocolate-

-Pero...-suplicó ya llorando-

-Fuera de mi vista-sentenció el azabache que le llevaba 5 años-

End Flashback

Para ese tiempo vivíamos en Italia, en la mansión Vongola. Hibari era prometido gracias a un acuerdo entre mi familia y la suya, claramente por razones de poder para que ambas familias prosperaran.

Aquel día, aún en el piso en los jardines de la mansión, supe que no tenía caso ser amable y sonreír a la gente porque de todos modos me tratarían mal y me botarían tal y como lo había hecho mi prometido. Esa misma noche, lloré e imploré a mi abuelo y a mis padres para que me dejaran partir a Japón con Reborn, él también me trataba mal pero fue el único entre todos que estaba dispuesto a enseñarme cómo ser un buen jefe, cómo comportarme, cómo defenderme. Gracias a aquel hombre de patillas rizadas conseguí irme de ese infierno, de una escuela donde siempre fui la burla y principalmente lejos del que decía ser mi prometido pero me veía igual o menos que bazofia.

-No lo olvides Dame-Tsuna nadie puede hacerte sentir mal, ni yo ni mucho menos Hibari. Jamás vuelvas a dejar que alguien te diga lo contrario.

-Reborn –susurró el pequeño con los ojos abiertos y llenos de lágrimas. Aquel hombre que podía matar hasta dormido podía ablandarse tanto con el pequeño-

-Guarda esas lágrimas para alguien que las merezca –le dijo en tono firme y serio mientras le limpiaba con un pañuelo y lo cargaba para llevárselo lejos de su agonía y convertirlo en el mejor jefe de todos los tiempos- Debes ser fuerte –le murmuró al castaño que solo asintió y terminó por dormirse entre los brazos de Reborn-

***********

Llegamos a Japón y nos instalamos en Nami-chuu, desde el primer día estaba decidido a dejar de ser un inútil y ser muy fuerte como había dicho Reborn, claro que él nunca tuvo piedad conmigo en ningún momento de sus espartanos entrenamientos....

-No bajes la guardia Dame-Tsuna, esto es sólo el calentamiento

-Ya no puedo Reborn –decía desde el piso un Tsuna de 7 años-

-¿Quieres rendirte? Me das pena Tsunayoshi. No tienes la determinación suficiente –le decía altanero-

-No...-dijo el pequeño con su flequillo cubriendo sus ojos-

-¿No qué?-arremetía Reborn-

-¡No me rendiré! –decía con determinación en su mirada mientras se levantaba y desafiaba a Reborn-

Nuestro complicado y loco amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora