Corazón De Cristal [PAUSADO](M-Preg)(Yaoi/Gay)(VictorXYuuri)

Capítulo 45: Práctica Y Amor Es Demasiado

[Víktor]

Me tomé el tiempo de amar, con mis manos, la piel de mi doncel, fusionando el calor de mis dedos con la de la dermis de su abdomen, haciéndolo estremecer y sonrojarse hasta el cuello, al cual comencé a esparcir besos lentos, pausados y algo sonoros, pues la música del cuerpo de mi cerdito, cualquier sonido que él emitiese, me llevaba a la cima del paraíso.

Aún más si se trataban de gemidos.

—Víktor...—.

Deteniendo mis caricias, elevé la cabeza para ver a Yuuri cuando me llamó, colocando sus manitas en mis hombros, y encorvando ligeramente su espaldita para quedar un poco más a mi altura, ya que al estar él sobre mí, yo quedaba unos centímetros por debajo suyo.

— ¿Qué sucede, mi amor precioso? — pregunté sonriéndole pequeñamente, tratando de no abalanzarme sobre sus apetecibles y rojitos labios, por estárselos mordiendo, que también me sonrieron, pero de manera apocada.

—Dé-Déjame hacerlo a mí— pidió tomándome de la muñeca de cada mano, para que pasar de estar en su espalda, a su cinturita, pero antes de dejarlo hacer, moví mis agarraderas rápidamente para deshacerme de su camisetita.

—Ahora sí mi vida, haz lo que te apetezca—.

Él suspiró como todo enamorado, y negó vibrando en risa, agachándose para besarme tiernamente, desilusionándome un poquitito, pues pensé que sería un contacto apasionado debido a que, según yo creí, su lado "Eros" había salido, y por eso fue que hizo tal petición; mas eso no fue impedimento para corresponderlo nada más la danza de belfos comenzó.

Sus labios se mantenían medianamente pegados el uno al otro, como si nunca se hubieran abierto para dejar que mi sinhueso entrase en su cálida cavidad bucal, y la verdad es que, si alguna vez lo hizo, yo ya no recuerdo, o al menos, no puedo evocarlo en mi mente, ya que toda ella está ocupada por mi nipón tan adorable y... sexy. Mi miembro estaba más que erecto, estaba ansioso por enterrarse en la persona que ocupa mi corazón, y que ahora comenzaba un casi imperceptible movimiento de caderas que lo conllevaba a mover su trasero sobre mí, excitándome aún más si era eso posible.

—Víktor...— volvió a llamar, dirigiendo perezosamente sus manos hasta el bordillo de mi remera, y así dejarme a mí también con el torso expuesto — ¿Podemos intentar algo? — cuestionó con voz trémula y sin mirarme.

— ¿Qué cosa, Yuuri? — pocas veces lo llamaba por su nombre cuando estábamos en situaciones como estas. A punto de hacer el amor. Así que lo vocalicé de manera que sonara seductor, arrastrando la "U", y sin contener mi acento ruso que, si no era en mi país, no lo usaba siquiera, de modo que cuando mis palabras fueron oídas por el contrario, quedó paralizado.

—P-Po-Podemos...— tartamudeó, y tomando grandes bocanadas de aire, vocalizó — ¿Podemos hacerlo, con... música? —.

Y fue mi momento para paralizarme.

Supongo que su lado Eros sí había salido, pero sólo a medias, y había quedado atrapado entre el amor y la lujuria, al igual que yo, que no sabía si despojarlo de sus prendas de una maldita vez y penetrarlo, tomarlo con fuerza para que sepa cómo me tiene, para que sepa que me pertenece tanto como yo a él; o si follarlo con amor, demostrarle lo rápido que mi corazón late por entrelazarse con el suyo, mordisquear su tierna piel y besar las lágrimas de placer que no tardarían en caer cuando estemos unidos.

Mierda, menudo debate en el que me he metido.

—Por supuesto, hermoso— me apresuré a contestar cuando noté que me quedé un rato callado sin responder, haciendo que mi japonés se pusiera en extremo nervioso.