Capítulo 76 _______

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—Me gusta —dijo, sacudiendo la cabeza—. Es útil. —Se giró para mirarme—. Supe que no eras mía porque tu mamá y yo siempre, siempre fuimos cuidadosos. Cuando me dijo que estaba en cinta, me preocupé por ella. Estaba actuando rara, como si usara una máscara todo el tiempo. Así que un día vine a casa temprano cuando no respondió al teléfono. Ahí estaban ellos. —Frunció los labios—. Nunca vi el rostro del tipo, pero supe cuándo dejó de verlo, lo cual fue bastante rápido después de eso. No podía abandonarla. Te habrías quedado sin un padre porque el orgullo de tu madre nunca le habría permitido estar con él. Le importaba demasiado su propia imagen, y de igual forma me sentía emocionado porque habría un bebé en la casa. —Se rió—. Cuando naciste, pensé que ella me amaba. Pensé que seríamos una buena familia y que todo estaría bien. Y así fue por la mayor parte, durante un par de años. Entonces, cuando le pedí a tu madre tener otro bebé, dijo que no. No estaba lista para pasar por todo eso de nuevo. No mucho después de eso vino a casa con un paquete mostrándonos cómo podríamos adoptar del estado. Dijo que estaba dispuesta a tener otro chico en casa, pero que no podía poner su cuerpo bajo el estrés de otro bebé. Estaba emocionada con tener a Bish. Le decía a todo el que veíamos que íbamos a adoptarlo. Ahora veo la razón del por qué, por su apariencia, pero realmente creí que quería tener una familia.

Lo procesé. —¿Cómo supiste que Haddock era? —Dejé la frase a medias, sin intención de terminarla.

—Lucía extraño cuando estuvo aquí esperando por ti. Miraba todas las fotos y cosas en la casa. Entonces, cuando viniste, tenía esta mirada en su rostro. El puntillazo final fue cuando dijo que era el dueño de la floristería.

—Sonrió sin gracia—. Tu mamá siempre tenía flores frescas para la casa, y los días en que las conseguía eran cuando él venía. En retrospectiva, pensaba que eran regalos suyos, y lo eran, pero porque era su negocio, su trabajo. —Asintió—. Entonces fue cuando supe que él era tu padre.

—Siento no habértelo dicho. Lo supe ese día que mamá vino a casa antes de irnos a Londres. Pero no importó. —Lo miré directamente a los ojos—. No importó, papá. Siempre has sido, y siempre serás, mi padre.

—Y por eso te crié como mía, porque no importaba. —Acunó mi mejilla—. Cuando tu mamá se marchó, todo en lo que pude pensar era en que había hecho algo mal. Que no había sido el padre o el esposo que necesitaba ser y por eso se fue. No tuvo nada que ver contigo y te suplico que me creas.

—Lo hago. Lo siento.

—No, yo lo siento. —Tiró de mí hacia él y me abrazó—. Siempre serás mi pequeña.

La salida de la ciudad fue silenciosa. Harry fue paciente y esperó por mí. Cuando finalmente me senté a su lado, jaló inmediatamente de mí hacia él y me besó la frente antes de marcharnos. Bella dormía en el asiento trasero y la envidié un poco por eso. Me sentía agotada, pero de un modo positivo. Muchas cosas habían salido a la luz en los últimos días.

Recosté la cabeza sobre su hombro mientras conducía, y sentí cómo todo fluía a través de mí.

Esa noche nos quedamos en un hotel, y Harry simplemente me sostuvo. Fue el mayor tiempo que pasé sin decir palabra, pero me sentí a salvo y cómoda al mismo tiempo.

Al día siguiente llegamos por fin al estado de ensueño de Harry.

Sonreí cuando cruzamos la línea estatal y disfruté la sonrisa de Harry. No mucho después, aparcó en un complejo de apartamentos. Era hermoso, con colores brillantes pintados sobre cada superficie del lugar. Nuestro edificio era rojo. Miré hacia arriba a través de la ventana mientras Harry me abría la puerta. Me ayudó a salir y luego se volteó, haciéndome una señal para que me montara sobre su espalda. Me reí mientras me alzaba sobre él. Presioné la cara contra su mejilla. Subió las escaleras hacia la puerta principal, con Bella siguiéndonos. —¿Y qué hay de nuestras cosas?

Atando Cabos (Harry Styles y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora