La primavera se hizo presente luego de varios meses. Como todas las mañanas, Taehyung salió a correr al parque cautivando a centenas de mujeres solteras y claro, también no solteras.
Que sé podía hacer, Kim Taehyung tenía su encanto mandada de la misma naturaleza.
Cuando llegó a su departamento inmediatamente sacó una bebida hidratante de su refrigerador. De pronto, escuchó un suspiro. El muy idiota olvidó que la noche anterior había traído una mujer.
—Buenos días. —le dedicó una sonrisa cubriendo su cuerpo con las sábanas blancas. Taehyung caminó hacia ella y se acercó para depositar un beso en sus labios. —¿Quieres que desayunemos juntos? —preguntó la chica con esperanza de que diga sí.
—No puedo, tengo partido dentro de una hora. —respondió sin mirarla y tomar una toalla. —Pero ahí hay leche. —señaló el estante.
Sin más que decir se encerró en el baño y procedió a ducharse.
La chica se dejó caer nuevamente en la cama soltando un suspiro. Sabía muy bien que Taehyung y ella no serían nada en tan solo una noche. Tenía en claro la clase de hombre que es, sin embargo, algo dentro de ella creció. Vaya estupidez.
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Desde temprano, todo el personal de Jisoo se habían puesto las pilas ordenando y decorando la vitrina de pasteles o cupcakes de varios sabores.
La castaña se encontraba probando las galletas que su amigo de confianza, Jeon Jungkook, había preparado para el día de hoy. El muchacho se quejaba porque la chica se lo comía cuando la galleta no estaba completamente fría.
—Dios, Kook. Están muy deliciosas. —se chupó hasta el dedo. —Deja de quejarte un poco, ¿quieres? Hasta me las comería del piso. —le dijo acomodando las galletas en la vitrina.
—Del piso, que asco. —exclamó el chico arrugando su frente.
Jisoo notó por las ventanas de la cafetería, un hombre con terno y de sonrisa encantadora estaba por entrar al local como todos los días. Ella como siempre, se quedó embobada.
—Oh, el pastel tres leches está aquí. —continuó hablando mientras miraba la dirección de los ojos de Jisoo ocasionando un susto a la chica. Jisoo, sin decirle nada, se quitó el sombrero de cocina caminando directo hacia la caja. —¡Lo sabía! ¡Lo haces siempre que él viene! ¡Te pones como loca!
—No, no, nada de eso. —dijo acomodando su cabello y tirándolo hacia atrás. —Solo quiero ser responsable.
—Claro, pero no eres así cuando Kim, tu ex fracaso, viene aquí.
Jisoo bufó molesta al recordar miles de veces esa horrible cita que tuvo con Kim Taehyung, que hasta ahora, no se podía dejar en el pasado.
En algunas ocasiones, Kim vino a la pastelería solo para sacar de sus casillas a la dueña. Esto entretenía mucho a Jungkook porque desde que tiene memoria, no ha visto a su amiga en una relación.
—Oye, ya supéralo y ve a hornear galletas. —el chico solo rodó los ojos y se retiró.
Mientras tanto, el hombre entró al negocio y se acercó al mostrador muy sonriente.
—No me digas, ¿un pavo orgánico bañado en baguette? —dijo un tanto sonrojada.
—Soy muy predecible.
—Yo diría que confiable. Has pedido treinta y cinco veces el sándwich.
—¿Las cuentas? —él se sorprendió por tal revelación.
—Creo, creo que son treinta y cinco —mintió caminando al costado de la caja donde se encontraba el mostrador. —Escucha, hay otras cosas en el menú, quizás quieras algo diferente.
—Entonces sorpréndeme.
—Lo haré.
Decidida tomó el mejor cruasán, lo envolvió para luego meterlo en la bolsa y se lo entregó orgullosa de su elección. A cambio, recibió un billete.
—¿Como es que no lleva una de esas batas blancas con su nombre? Así sabría cuál sería.
Ella solo le dedicó una cálida sonrisa y se encogió de hombros.
—Es Jisoo.
—Jisoo. Lindo nombre. —estrechó su mano con la de ella. —Soy Seokjin.
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Sweet Baby [K.TH x K.JS]
FanfictionElla, una pastelera con el gran sueño de expandir su negocio con muchos, pero muchos planes a futuro. Él, un director técnico de una cadena deportiva con el sueño de ascender de puesto. Sus vidas se cruzan tras un empujón de sus amigos trayendo con...